lunes, enero 20, 2025

Tiempo, fuego. Tonto, tan torpe

  Lees algo de Lovecraft y se te nubla el día. Él tenía sus motivos; más de 15.000 cartas aclaran un poco lo que era. Sus escritos de terror y el vacío que se abre como en aquel pozo que mirabas para vivir terrores y ahora recorrerías para encontrar rutas del dagua

    Las nubes han caído; la lluvia entra hasta el hall de los huesos. 

    Ideas y peticiones se derrumban con ganas de cogerte abajo y allí enterrarte, por si no te apañas a sacar ese brazo petitorio

     La pasión te la confunden y el desparpajo para subjetivar actos, lo visten de ser consecuente, siendo eso un ente amorfo que se adapta a sus propios deseos.

     Leer o escuchar debe estar sobrevalorado, sobre todo si buscas entre lo vivo que te rodea. 

   Escuchas a David Uclés, te debo una visita Jesús, hacer esa consideración tan contundente, acerca de un militar traidor y dictador, que era tan pobre y tan torpe que no acierta a comprender como estuvo cuarenta años en el poder. 

    Muchas gente no le comprende, menos ahora en los que la apariencia de democracia te llama a la mentira, verdad alternativa. Relato colado en cientos de miradas viajeras en un tren que les devuelve a casa, tras un trabajo que sólo les da dinero. Han conseguido su vista y su mente. Creen que ven a miles de kilómetros, les da libertad, pero cuando llegan sus respectivas paradas, se bajan y se refugian en un cariño y otras imágenes que les venden más consumismo, pero no les permiten pensar. Están aislados para parecer independientes y sin embargo, se enfrentan desvalidos a los Garamendi, impúdicos jefes de la patronal que ya se permiten decir cuales son las preguntas correctas, cuando se le pregunta si el actual salario mínimo es decente. 

    La desvergüenza es descomunal; a Silvia la eliminarán, otros políticos porque el esclavo se hace empático con el que le permite trabajar, no ser. En un barco negrero, el capataz con el látigo hace la misma ruta que el remero; pero no van de la misma manera. El capataz sirve al rico, a través de atemorizar a los más siervos del potentado. El combo Blanco, traficante desde el Africa a la que se empobreció. Como después Sudamérica; lo seguirán haciendo. 

 Ojalá si hacen devoluciones desde el gran Explotador; fueran los miles de millones que les esquilmaron para que haya esos grandes conglomerados. Juran biblias, con las que golpean sueños, y les dicen que allí está escrito su desamparo con el que se tienen que conformar. Mentes criminales, como dueños del mundo.

     Te dicen: se iban a morir igual, la futilidad de la vida, les llegó a aquellos ancianos, 7291; cuando fue dejarles en el desamparo y en una cruel agonía si no tenían seguro privado.

    La democracia en la que crees que vives pero te informas con los Risto, con las Ana Rosa, con las Susana, con los Vicente, fieles sirvientes que te atemorizan con los migrantes, con las ocupaciones. Seres que cumplen, fieles, con los designios de sus jefes, regados de forma desacomplejada por las instituciones públicas. El dinero de estas, utilizado para crear diferencias y sobre financiar al que no les importa difundir las patrañas que otros les elaboran.

     Les eligieron, crédulos de los Iker, amamantados sus fantasmas en la codicia con la que han infundido bulos. 

      Estercolero de la democracia, ingentes riquezas de unos pocos, que tienen kilómetros para no encontrarse con nadie y hacinamiento de los desfavorecidos. Deshumanizados, convertidos en cobayas de farmacéuticas y otras vomitadas mentes. 

       Arrojadas a la muerte aquellas miles de personas que no recibieron el medicamento para la hepatitis C porque eran caras. 

       Dice David que aquel era todo lo escrito, torpe, tonto; y a nosotros, ¿nos lo han hecho?, cuando más nos creíamos tener el mundo en nuestras pantallas.

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y