Por las noches se revelan la`¡ realización de unas ideas ante una pantalla líquida, afloran de una manera concupiscente
A las bestias les ponen un bozal con micrófono y asnan por encima de él, todo por la promesa de la alfalfa que le caerá como un mana, sin darse cuenta que se están autolanzando las plagas a las que alimentan con los detritus que contienen su cerebro.
¿A quién creen que se dirige?
A mí, a mí, clama mi neurona. Recojamos excrementos y los reciclemos.
- Imposible
Y entonces pones un vídeo y escuchas la conversación entre Enmanuel Rodríguez y Pablo Iglesias. Sabes que están analizando, que no necesitan ni insultar, ni menospreciar al contrincante. Sólo reflexionar con todos los datos que ellos manejan.
¿Da resultado?
No; las encuestas dicen que todo favorece a los que sólo aportan odio hacía un lugar en el que una gran parte de la sociedad reacciona de una manera visceral, la emigración. No importa que, no sólo en la sociedad española, en Europa se calcula que tienen que entrar una cantidad ingente de personas migrantes para sostener un sistema al que nos hemos acostumbrado.
Lo inmediato es focalizar ese miedo del ciudadano medio que ve muchas cosas que no le cuadran:
- Ve a personas con problemas para tener vivienda aunque tienen trabajo. Puedes dirigir el foco, una y otra vez hacía los migrantes, en la mayoría de las veces con mentiras o achacándoles violencias, o beneficios o problemas de integración. En algún momento saldrá que existe una sociedad de rentistas que ha decidido invertir su dinero en casas por la rentabilidad, sin producir nada y sin una penalización por unas ganancias extremas enfrente de un derecho constitucional que los gobiernos no son capaces de proteger.
Se dará la paradoja que percibas ese problema pero que en cualquier banco te sugieran que entres en un fondo de inversión que entre su cartera tenga los famosos fondos buitres que se apropian de casas y que están convirtiendo las ciudades más grandes en parques temáticos con pisos de alta rentabilidad monetaria y una arma de destrucción masiva para el tejido comunicatorio que la sustenta como una gran tela de araña.
Focalizar en los extranjeros el problema y apoyar a los naves propias enemigas que torpedean su propia línea de flotación es un éxito por el dinero que emplear en crear esos imaginarios que nos alejan de la lucha por lo real.
En ese lenguaje de serpiente que decía Krahe o es un "language du bois" con el que se distrae a las personas con bellas palabras que distraen del problema principal; decíamos, ahí, encontramos a quienes hablan de sanidad o educación pública cuando con sus hechos están destrozándola por dotarla de menos recursos y a la vez, la marcha de, un ciudadano, por ahora, acomodado que prefieren que en lo fácil le atiendan antes, suponiendo que lo complicado no le llegará, en una probabilística que cuando se rompe, como en Estados Unidos, rompe economías.
Si esto es lo repetido siempre, fue en el lenguaje de una viñeta donde de forma aceptada se nos mostraba que la industria armamentística necesita crear enemigos, para sacar a la luz todo su arsenal malvado y destructivo que alimenta odios, guerras y matanzas en nuestras propias sociedades. Con el mensaje de vamos a protegernos, generamos miles de muertos y violencias. A ese hipotético medio inversor, al que se le dice que meta una parte de su dinero en esos fondos de inversión, pudiera ser que un tiro perdido en una mente errática, le asesinará. Nos crean odios armados, rentables para ellos, y escondidos del debate que lo focalizan.
Salía no hace mucho un reportero que se metía entre medias de pequeñas reuniones en un Salón de la Industria Armamentística. Pacíficos vendedores negociaban sobre la eficacia de esa bala para volar una cabeza o de esa otra limpia arma que no dejaba rastro de quien había sido un ser humano, colocado en el lugar inadecuado, cuando alguien creía que cumplía su deber de eliminar un enemigo para el equilibrio del orbe. Un dos por ciento de lo que se lleva a esa industria, alimentaría muchas bocas, no crearía necesidades de marchar de sus hogares. Pero claro, quien renuncia a ese suculento porcentaje cuando la promesa es de vivir un poco más, aunque sea con zapatos encharcados en sangre
Aparece Lalachus y del caos en el que nos quieren sumergir, surge el picador del hielo que nos paraliza, con esas demandas de precarios creyentes que tratan de criminalizar un momento humano, de clamar por la diversidad de cuerpos desde ese punto de vista divino que dicen defender.
Entre las estridentes voces de Belenes, que quizás por clasismo, se intentaron obviar en la vida, surge la simpatía de un David o nuestra chica de Fuenlabrada que activan la empatía, fuera de esas maquinarias que consiguen medidos éxitos, se diría que inexplicables, pero conocedores de lo próximo en humano
Personas incómodas, entrevistadoras y tertuliana, en una agitación sin parangón, cuando el inagotable Pablo les vuelve a cambiar el guión de sus apriorismos
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