Fíjate, dice venir de las crustadas y te encuentra hecho un dios del barro; él se presenta como uno, pero dios verdadero de la libertad.
Le ofreces la mano. No siempre se encuentra uno. Sale pitando,
Leches, pienso, algo te habrás manchado de sangre por aquellos lares. No seas tan exquisito.
Como comunidad le has dado todas las redes que pasan por tu campo e incluso por las cruzcampo, egregia cerveza; muchas de las tecnologías, las han tomado de lo creado por lo publico, de las que pueden utilizar y ahora él, lo que antes podríamos llamar que es un coordinador y se arroga la condición de ser el Gran Libertador, que necesitaría una estatua de la Libertad, al lado de la Nueva York; al lado del Cristo de Río de Janeiro, de las torres de Yakarta. O es un dios o un charlatán milmillonario
Niega a su hija y te habla de libertad
Promociona la mentira para meterla en medio de todas las informaciones, como una posibilidad más y te dice lo que es la libertad porque, seguro, que quitado todo su séquito protector, le pones ante el espejo de sus mentiras y recularían como los acosadores de Anne Lindane
Del señor feudal universal, sabemos que aquellos tenían la protección de encontrarse protegidos en altos y con las piedras de altos muros. Estos, se puede decir, que han evolucionado; han cogido miles de filas de tweets y de redes sociales y han creado castillos más grandes, mil millonarios; con muros de seguidores abducidos que son más peligrosos que las piedras porque no están quietos en el lugar que se les implantan sino que pueden lanzar sus garras sin limites espaciales.
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