El señor está por dejarlo. La mujer escribió una esquela y él, se lo piensa, aunque ser muy cabezón le lleva a decir: "pues va a ser que no".
Se acerca por el campo y es tiempo de moras. se dedica a coger higos. Ya andan chungos y estos mismos lo saben, con lo cual ya no se cuidan con el mismo esmero. Como en un desafío te dedicas a coger bastante de ellos. Siempre has tenido presente el dicho "de las apariencias engañan".
Félix que se dedica a la horticultura vertical, lleva una época que se pasa el día postrado. La razón son los fuertes retortijones que se le repiten con una frecuencia que prefiere no ponerse en pie. La perspectiva, cuando se hace acompañar por su mujer, es bastante diferente a la de esta, y eso que desde la lejanía podría tener la misma, pero para él, el olor siempre ha sido muy importante y luego está el hecho de los matices. Para él, estos, son muy importantes, trascendentales.
Estar en horizontal, lo ha podido aguantar durante unos días; veía como se iban trenzando cada una de las ramas que había preparado para que creciera así. Le ha sido curioso, conocer por dentro esas enredaderas; se ha hecho a la idea de lo que le sirve y lo que puede ser superfluo.
Con el tiempo, han conseguido ponerle unos pies a su cama. La sensación de su mujer ha sido, por un lado, vaya no confiaba en mí; por el otro lado, le ha dicho, pareces Anibal Lecter, eso lo ha hecho público a través de una acotación bastante ácida. Lo cual ha revelado, su primer pensamiento.
Félix, aún valiéndonos, el anterior pensamiento de la desconfianza, tiene mucho de aquel personaje fílmico y mítico, pero en su caso, dedicado a los insectos. Tiene una paciencia infinita y una lengua contorsionista y exploradora como podría confirmarnos Teresa.
El caso es que en unos días, el murciélago que se había contratado para que controlará el número de insectos, se ha ido. Ha alegado que le habían llamado de Ulan Bato para una emergencia pero en realidad creen en el lugar donde se ha puesto el jardín que nuestro personaje, o acaso no podemos denominar así a Félix, a un ser que ha sido capaz de dejar su jardín sin estos voladores, con lo cual sabe que le queda poco a su creación porque son necesarias para eliminar ciertos podadores y ciertos envenedadores y algunos polinizadores, pero el ansia. El ansia le ha vuelto loco.
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