Poco queda para que llegue el capitán, ahora que soy grumete, que soñé embarcarme en este barco, me imagino al joven siendo condescendiente con las manías adquiridas por los años.
Te levantas para hablar cuando ya todos se han ido. Decides cantar una jota, bailarla como sardana y hablar de estos días pasados
Mientras parece que el libro se acabará de leer cualquier día que los sueños monten sobre una tabla de surf. "Last colonny", escrito por Philips Sand, sobre una mesa, conviene destacarlo por si se ponen en duda por la consistencia que nos produce la visión de una granítica playa. Chagos fue tomada por lo que quedaba de la aspiración del Reino Unido de ser un imperio. Utilizó la isla para sus experimentos, sus cárceles para ejecutar su justicia que un día impuso por los diferentes continentes; a cambio creyó comprar las personas que estaban arraigadas allí; las puso unos billetes como maleta de viaje, para dejarlos tirados por las diferentes tierras. Les había dado un dinero, como si aquella inglesa, subiendo por las escaleras "a gatas" pudiera ser una pantera, convertido en gatita que vaga por las calles, buscando las sobras de quienes no las acogen en su hogar.
Llegando por estribor vienen vacas volando, quienes vamos por la cubierta nos tiramos porque por algunos tramos de la barandilla parece llegan manadas de avispas, con los aguijones recién estrenados. Todo lo van transmitiendo vigías que se desgañitan anunciando más plagas de las que sus bocas han podido tragar para ser saciados.
Cuando salen de ellas sus bocas paladean decir las inconsistencias de una realidad a la que expulsan entre los altavoces por los que escuchen la brutalidades que realizan mientras las ponen en el debe de lo que llega.
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