Mira que la quieren invisibilizar. Ya ni los ricos quieren bufones. Siempre habían consentido que se hiciera alguna gracieta con su desvergonzada forma de ganar dinero y dominar el mundo, pero ahora se nos han puesto estupendos y ya no les gusta que nos riamos, ni tan siquieera de forma inofensiva de ellos. ¡qué tiempos!.
Cogen y como en una procesión, la sacan en andas, la ponen un micrófono y empieza a soltar por su boquita, todo lo que son los otros; porque si no puede ser bufona de los ricos, al menos que sea, quien se mete con sus enemigos; pues nada, termina de lo primero, porque lo que suelta como exabruptos contra el enemigo, dibuja de manera que ni pintiparada a sus amos.
Y estos, que ya se van dando cuenta, que si, su manada lo siguen a pies juntillas; pero que los pocos, los de siempre, los "DISIDENTES", de "la vida de Brian", no terminan de callar y de aceptar; poquito a poquito van haciéndose mayoría, y el poder se mosquea.
Por el escenario, se van colocando las diferentes comparsas, las celebran, las ensalzan, cuando no tienen el dominio de "la cosa política" mandan a sus escribas y aparecen por los medios que han sido subvencionados por las obras "sobredimensionadas", se les permite escucharlos por las radios que dan paso a la cháchara mientras preparas la comida y te sueltan un oremus. En lo audiovisual, te comentan las palabras de las comparsas, profesionales del humor, abiertos, jajaja, jajaja, jajaja a ser siempre comprensivos con las letras y martillos pilones con los que atacan a sus dueños, porque saben quienes son sus dueños, ¿no? Antonio, Virginia. Esos es válido para esas épocas.
Ya cuando, no han tenido el poder durante demasiado tiempo o, al final, porque lo de Susanita ya atacaba a la inteligencia y entregamos la autoestima y los votos al mugido de un emperador que baja las escalinatas porque nos desaparecimos, sin más justificación; entonces no, en ese momento mandan que vistan en negro las pantallas que retransmitían los carnavales de Cádiz y que ensordezcan con un descomunual silencio sus letras, que les reprochan sus gananciales presidenciales.
¡Qué tontos! dicen que me he subido el sueldo, se piensa, mientras el salario mínimo defiendo que se quedé como está.
Claro que si "cuquis" por eso estoy donde me embellezco, porque soy lo que mando y me defienden los que ordenan, que si, "churris" que no sois vosotros.
Roma no pagaba a traidores, pero los ricos, estos hasta les hacen altares para que tu te digas, con estos no puedo, me meteré con los que me digan y me los hayan, antes ridiculizado
Carnaval, carnaval, para los otros; vale moreno, vale; comparsa de la historia y de tus señoritos
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