sábado, enero 13, 2024

Pasadepasardepalabras

 En una imagen se hace mofa de alguien que se ve obligado a decir una palabra que no quiere pronunciar: España

  Pasa mucho a todos; en mi casa entra un señor que apoya controlar el precio de los alquileres en zonas tensionadas y le digo: sabes lo que pienso, creo que la mayoría de las personas que conozco agradecerá esa medida; claro prescindir de la capacidad de autocrítica y dar voz y voto al vocero de la libertad que te censura, te llevara a ver a aquellos conocidos sin poder entrar en sus necesarias moradas, porque el precio lo ponen los fondos que se alimentan con esos gobiernos y a estos les dan la imagen de glamour que tanto admiran sus votantes: España

  Le pasó el otro día a mi saxofón; tenía un diálogo con él acerca de los siguientes pasos a dar, después de un año y dos meses practicando. Me decía que era un ser pretencioso. Me recordó que a los carnavales de Cádiz, se les puede censurar; siempre, siempre, always por parte de los reyes de la libertad. Me invita a la reflexión y al trabajo,  por lo que pueda pasar. Si, comento, noto que a la técnica la tengo que dar mi corazón. Si, si, responde, lo mismo hacen las charangas, ven las fallas del sistema y como temporales bufones, las ponen en evidencia. En Andalucia, no es tiempo de zarandajas, ni bromas; es tiempo de virreinatos por montar. La censura a esa su maravillosa libertad, tiene nombre: España y cierra.......... la boca.

   Esa palabra: España se mira, se gusta, se reconoce, se remira, se ama, se extasía y ay, ayyyyy, aaaaaayyy, ufff, ah. Cuando se recupera, se pregunta y que tengo que ver yo con las empresas a las que me entregan y se dedican sólo a sus beneficios; otros cuestionarán si es que a mí me gusta que en mis tierras, tengan que vagar en largas colas las personas enfermas que no son atendidas porque los recursos se están dando a las entidades con gran animo de lucro.

   Se cruza con un espejo, la palabra España y no empecemos, pero si se vuelve a enamorar de si mismo, se grita a la imagen que le devuelve: ¡Tómame! pero no para diferenciar a un alumnado de la concertada-privado de los estudiantes de la Pública. No se concibe esa gloriosa palabra, discriminando, desde la religión, en su mayoría, a los que caminan buscando preparándose para su futuro.

  Ah, ahhhjh, ahjjaja esa entelequia España, mentida en sus tantos y tantas de sus ciudadanos, ciudadanas por tantos medios de comunicación patrocinados por esas empresas que poníamos arriba, son sobrealimentadas por concesiones corruptas, vamos a llamar Zendaleadas. Nuestra palabra se pregunta a qué intereses obedecen y porque quieren enfrentarnos engrandeciendo nuestras pequeñas diferencias y  anulando el día a día de cada calle, barrio, distrito ciudad, provincia, comunidad, España en la que lo cotidiano tanto nos acerca.

   

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