Jaimie me pasea por sus sonidos, los activistas por el clima son criminalizados, el hedonismo favorece la indiferencia y los medios públicos nos lo exacerba con coches potentes, ciudades por la contaminación y nos señala a Monstruos que perturba nuestros apacibles días. Estos se diluyen en maquinarias estatales que se los tragan o en aguas que quitan esa efímera fealdad.
Un nacionalismo vence pero señala al otro. Tiene dos razones muy importantes; primero siempre el otro, es el enemigo, el peligroso, el que rompe la armonía. Todo se evoca teniendo detrás un panel con las empresas que dan soporte a esas palabras y son servidas con dinero extra. Admitido el capitalismo como forma de convertirnos en Ogros que destrozamos todo lo que encontramos a nuestro paso; tenemos esos conglomerados empresariales, dopante de lo mediático, como la religión que nos alivia de todas nuestras agresiones al medio ambiente.
Existen las ensoñaciones donde los pobres, no son aislados por los gobiernos que votamos, para que se vayan de la Cañada Real y algunos de nuestros heroes futboleros puedan "tirar para adelante" con su labor de seguir construyendo pisos, innecesarios si en esta sociedad la tan nombrada Constitución fuera respetada en el apartado de todo ciudadano español tiene derecho a la vivienda. No el extranjero que da salida a pisos, para quitarlos del mercado y además penalizar a la sociedad con su exención de parte de los impuestos
Contemplas como delante de esos paneles colocan a quien erosiona todo los cimientos de la convivencia pero como el gitano, ni el migrante no eres tú, pues cuando habla de esos jóvenes que no quieren comprar casas, te pones a Jaimie Branch, con su trompeta salvaje y en la percusión que la adorna cierras los ojos y bajas por el río Ara acompañado de una serie de jóvenes intrépidos en los que creías encontrar una camaradería que te permitía salir de aquella encerrona en Torla para bajar hasta Broto y allí, ver como uno de los nuestros se escapa, porque ha abierto los ojos y no quiere dejar de votar; seguro, sí, a la persona que está criticando a los outsiders que, sólo por un momento, no entran en la rueda a la que movemos como los ratones de los experimentos.
Ahora, envejecidos, con los actos cerrados, aliviados con una cierta asunción de apoyo a esos Activistas por el clima, que jamás van a comprar minutos de radio, páginas de periódicos, segundos de televisión en contraste con tantas empresas, que se dicen emprendedoras, promotoras de nuevas barriadas, enganchadas, como drogadictas, a los dineros corruptos que construyen "LA ULTIMA GRAN PERLA EN HOSPITALES" o un barrio ECOLÓGICO, con las ultimas tecnologías aplicadas, GRACIAS al innegable sacrificio y la gran oportunidad emprendedora de los niños sacando coltán en condiciones infrahumanas y viajera en la barca de los sobreprecios anabolizantes de dinero negro que marcha a las paradisiacas islas fiscales y otro mucho se solaza en las cubiertas de embarcaciones-basura periodística que ha sido aceptada, porque si entregamos a todo lo anterior, lo único que pasa es que ellos son el fruto.
Mientras Jaimie Branch entra con su World War, pareciera que ya todo ha sucedido, que se van levantando algunos brazos, abriendo algunos ojos para tomar conciencia de la gran catástrofe que nos hemos producido.
Nos ofrecieron apoderarnos del mundo, luchando contra los otros. Las banderas se han destrozado entre ellas, ansiosas; mientras en medio de esas batallas, los activistas por el clima luchando por hacernos conscientes de la futilidad de esos trozos de tela y la importancia de nuestras alas para volar y crear otros mundos.
Estamos asustados, a la policía y a los fiscales, nuestra salida a defender el medio ambiente les asusta porque nos ven haciendo un "tonel" como aquel F18, al que penalizaron a su piloto, mientras los cielos se nos desploman y no somos capaces de ver desplomes continuos en las condiciones de la naturaleza.
Las bestias mediáticas hacen bellas a quienes contribuyen a destruir nuestras condiciones de vida en la Tierra
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