lunes, enero 23, 2023

Juntar los dedos

 Con los años he aprendido que poner los dedos de las dos manos juntos te da un aura de persona juiciosa. Algunas personas reciben la indicación a la primera, por parte de su coach. Para llegar el primero, la apuesta tiene que ser ponerse manos a la obra y buscar las mejores sombras, mirad el pequeño Nicolás, un monstruo con las ideas claras sobre cómo es la sociedad donde vive.

  Me he puesto de tal guisa para escuchar a quienes hablan de Piketti, como dirían otros están mis neuronas para pocas folladas y me cuesta seguir los temas. Así, claro, llego tarde, también a mis intervenciones. Cuando ya la cabeza admite poco trasiego, separó los dedos, y lanzó un exabrupto; perdí mis apariencias, me digo. 

  Sale el tema de los sindicatos; siempre alguien ha tenido una mala experiencia y yo, siempre pienso que soy el primero que les falla, al menos eso digo. Luego, termino de oír La Base,  hoy narran como los países de América del Sur tratan de quitarse la corrupta tutela, primero de Estados Unidos y luego de sus traidores patriotas, que venden la patria para vivir en su paraíso en el que ponen guardias y militares porque ese es el orden, suyo, a palos

   Nos acordamos de las chicas de Zara, que han comprendido que, o se mojaban todas o se rompía la baraja por el débil punto de algún representante, no sindical, sino de lo suyo. Muchas banderas de CGT para implicarse todas, sin delegaciones en nadie.

   Quienes ven las debilidades de los sindicatos, nunca, después de recordarlo diciendo; ¡joder estos malísimos! pero y los que tienen la riqueza por el aprovechamiento de las plusvalías que generan sus trabajadoras, que evadan impuestos, ¡Qué putada!; que se crean con derecho a que seamos siempre sus clientes, ¡Qué necedad!. Oigo que dice que tiene que generar riqueza para crecer, ¿Hasta el cielo?. Se olvida de decir a costa de sus agricultores patrios, si de esa su amada Patria, que firmaron contratos para su propia explotación e inmolación. De los productos traídos de otros países con agricultores sin derechos y que sirven para minusvalorar aún más a los de aquí.

  El relato, eso es lo importante, nos cuenta Pablo y éstos tienen las fuentes del relato; por eso hablamos de los sindicatos, de los políticos que no dan la medida, porque las Ana Terradillos y otras comisionistas, decidieron que su patria, tenía el altar de la traición y las imágenes, serían bañadas en oro, eso sí una vez retirada su parte.

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