sábado, enero 21, 2023

Combos

 Estaba escribiendo sobre penetraciones y me ha venido a la cabeza lo de los combos. Por momentos, pienso que me faltan las mil horas que aguantaron aquella pareja que trabajaban desde casa, oyendo a un adolescente tocar un clarinete; otras me digo de ritmos me han hablado desde Paco, don Máximo con sus hostias por mi tendencia a la chorrada a su destiempo, hasta Sten, que con su paciencia, y mi mal inglés, si tontaina mi chungo entendimiento que tú vivías a diario en el Londres que acoge hasta a los iluminados, he ido comprendiendo aquellos razonamientos, sobre el espacio, el tiempo y las intensidades cuanto más he trabajado en los ejercicios que realizábamos.

  El grado de inconsciencia debe ser el de esa pequeña a la que no se le imponen ni los muros de sus limitaciones, ni las trampas de sus equivocaciones. 

   Lanzarse no es al vacío, las telas de sujeción también se tejieron en Granada, con sus cursos y un mirar atrás como Boabdil, llorando por haber sido un niño, cuando ella te interpelaba como Federico al teatro. También en Málaga, con aquellos teóricas francesas que clamaban por la creatividad con las ideas y el movimiento.

   Agarrarse al pentagrama, a las teclas para crear cimientos para construcciones más seguras. Soltarse de los mástiles de la prudencia para que tantas sirenas vayan lanzándote o a la piedra que te esperaba en la orilla, que magulle a tu catamarán, o a las olas con hambre de cien noches. A ello aspiramos cuando olvidamos las raquetas para atravesar los cienos que atrapan diferentes animales y buscamos compañía para descubrir los interiores que siempre tienen belleza, en el descubrimiento 

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y