miércoles, noviembre 16, 2022

Hook; los piratas

 Los colores de las hojas tienen los sonidos de Charlie Parker. Crujen los amarillos, aún sujetos en unos árboles.

  Dice Dustin que fue una "mierda", pero lo dice con mucha dulzura; la periodista se parte de risa. 

  Javier Ruiz, no se como de antiguo es ese corte, dice algo que nadie se atreve. Tememos a algunos periodistas impúdicos porque son los pequeños dictadores, aclamados por tanto televidentes y oyentes que han sido abducidos por los trajes que utilizan. Incluso expulsan voces, sin perder la dignidad para defender a su creación de personaje que acaba de hacer una huelga patronal indefinida, de 14 horas. Si la eternidad fuera así, nos quedaban por escuchar dos conciertos de Coltrane

  Alemania ha dejado de pedir responsabilidades a las grandes empresas que apoyaron al nazismo y utilizaron mano de obra esclava, en principio no aria, pero con estos que se rebelaron contra ese régimen criminal, también.

 Javier, ya llego, denuncia que son todas esas empresas las que dan posibilidades a esos periodistas de crear sus mentiras. 

    ¿Puede ser el hospital Zendal un nicho de pagos a empresas, para que estas sustenten las televisiones y periódicos con publicidades que serían innecesarias, para sus fines promocionales pero que es devolución de favores por los pagos de una construcción, igual de prescindible?

      Al ciclista o al corredor dopado dejaban de patrocinarle, sólo cuando se descubría ante el gran público que estos deportistas estaban haciendo esa trampa. 

      No tienen principios para provocar que una sociedad no sea engañada por gestores que han robado o no cumplen con la Constitución. Sustentan a periódicos, hinchas, como Jero, que han conseguido que por las calles vayan enmascarados con su camiseta. Cuando eso está conseguido, saben que sus periódicos, sus televisiones, no les van a poner ante el espejo de sus traiciones, de sus productos mentirosos. Son empresas traidoras, como aquellas, sin moral, que sujetaron a los nazis, porque entonces eran los que la enriquecían. 

    Existe el periodismo decente, pero si la sociedad acepta lo irreflexivo, no van a ser ellos quienes se pongan ante el espejo de su falta de decencia.

     "Una mierda" chica, "una mierda", esas empresas que alimentan, pues eso, la basura.

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