miércoles, noviembre 30, 2022

Vallas y seres escalera. Los 8 de la Caixa

 Conozco personas que ponen una rodilla, luego una mano y le añaden su hombro para que la gente pueda alzarse sobre los muros que la sociedad y muchos de nuestros silencios les va subiendo.

  Existen saltos de obstáculos que como los de Asier son hechos a la carrera. A una banca que se entusiasmó con las ganancias que serían infinitas, la auparon decisiones políticas que se aprovechaban de quienes creen y creerán siempre, que bajar el lomo ante la palabrería es necesario para que un país sumiso siga adelante. 

   La banca, los especuladores, los esclavistas, los evasores de capital, ¡vaya tropa! siempre lo agradecen poniendo banderas e himnos mientras pisan las espaldas de quienes se la ofrecen.

   Como diría aquel, porque estoy aquí y vivo entre estos y los primeros, que ofrecen la escalera de su mente para que su cuerpo sirva como escalera, tengo que ser español, a mí, que nadie me lo niegue. 

   Ni los que dicen arriba, que me importa un carajo, ni los que dicen abajo, entre mis compañeras que sólo enseñaban cuando les asesinaban, no hace ni un siglo.

   Los importantes, como diría Benedetti, que, por cierto, me dice que por donde ando y que él tiene el ritmo de saxofón en sus palabras, ¡qué vuelva, vamos!.

   Los importantes son los que hoy se sentarán en un banquillo, y a los que les piden 3 años de cárcel. Ellas, mientras trato de abrir caminos que van llenando de pesadas piedras para que se posen en mentes juveniles, estarán a las 9 en los nuevos juzgados de Guadalajara y se abrirán las grandes avenidas para que a los que nos liberan de las dictaduras de la riqueza sin corazón las hojas les acaricien pars decirles: ¡Siempre, gracias!

martes, noviembre 29, 2022

Al corazón

 En su despertar, nos brotaron besos para que le llenarán cada poro de su inmenso corazón.

  Con su mente, nos allanaba pedregales

Un soplo

 Me asomo a una cuesta de un tiempo que se acaba. Resoplo para seguir avanzando y alguien me dice:

 - No; sólo sopla en el momento justo y después de haber echado lo antiguo y dejar cabida para lo nuevo. 

Le oigo y me viene al recuerdo las reflexiones de ayer. Como se hacen, como salen y quizás la necesidad que habría que dejarlas reposar; así, después de dar una cabezada necesaria, desaparecería lo superfluo, asomaría alguna palabra que estando en la punta de la lengua, te indicaría, con esta, que buscando en el diccionario, pudieras darle la acepción necesaria y eliminarías, mucho, consciente, porque aunque se escribió en una bruma en la que parece te adentras para encontrarte, como en la subida Bulnes que preferiste hacer antes que la ruta del Cares; sin embargo cuando, en aquel momento, esa nube peligrosa cayó y te cegó, te llevó a un bosque en el cual, si cabe aún más caos, te desorientó y como salida te enconstraste en la expectativa de un canchal, con piedras y laminas de pizarra que más que dejarte escribir, te podría tapar y golpear para dejar encerrada la imprudencia de ayer y los textos, de los que se podría prescindir, de hoy.

  Y entonces, mientras estás despierto, porque sabes que necesitas un instante de no estarlo, porque sientes  a quien dormirán, para explorarla como ella, a su vez, lleva explorando una sociedad después de entregarla compromiso, acción y un pulso entre sabiduría y abrazos con las manos que acarician y los actos que tejen.

  Un segundo y la consciencia de funde en negro. El saxofón destruye el placer por pensar futuros que no tienen presente. 

  En estos instantes, ella pisa cada grano de un desierto de oscuridades, aferrándose a sus texturas, sus ardientes besos, sus uniones para retenerla aunque el sol, se les haya cegado, la salida sea incierta y las estrellas se hayan caído por si necesitan ser parte del camino que sustente a quien las mira como pulsos para renovar pasos de una sociedad a la que tratan de quebrar en sinrazones.

   En algún círculo, creemos viajar al pozo de la aceptación, al horizonte de un muro al que le lancemos imprecaciones y plegarias, con nuestra mente desdoblada para escalar o aceptar su alturas. Cada pocos pasos luces, ¿estrellas? nos marcan salidas. 

  ¿Alucinaciones ante el miedo, la incertidumbre?

   Las ha mandado ella, en correo postal, con besos conmemorativos de instantes por la vida. 

  Empezando, consciente, una nueva vuelta, me despojo del hábito y me lanzo a su luz, para conmemorar los nacimientos en los que me ha embarcado.

   De su desierto, soñamos sacarla con tablas de un surf que desliza sobre las arenas movedizas que nos lanzan dentelladas 

lunes, noviembre 28, 2022

Pudo ser sólo eso

 Cuando se dio cuenta que llevaba tres años oteándose, vislumbró cosas que habían pasado entonces; reconoció que muchas veces había estado agotado y en esos momentos le había sido imposible adentrarse por la maraña de ideas que se iba dando cuenta, anidaban en su cabeza. 

  No se salía de aquel laberinto, como podía hacer Juan José mientras tomaba un té verde; todo era más complicado, se ponía delante de una pantalla y no tenía una historia que contar, vertebrada con su guión, sus búsquedas, sus estructuras internas y externas. Él se daba cuenta que todo eso, por ahora, le sobrepasaba. Lo suyo podía ser como un encuentro furtivo, nada duradero, nada que le ofreciera cada día, una búsqueda más profunda, tanto en las entrañas de ella como en la suya.

  Podía ser sólo una proposición, lanzada al azar para, ambos, o él sólo comprendiera como había una parte de él, que necesitaba aflorar, buscaba quitarse todas las vestiduras con las que se habían encerrado en la mente y salir desnudas; habían sido aceptadas, sin más, pero, antes, nunca había comprendido la profundidad de cada uno de esos encuentros, al posarse en alguna de las estancias; al descansar, como dormida, tal que ida, o es más, como amortajada. 

  Cuando en uno de los momentos como el de ahora, encontraba la luz, la buscaba como aquel día, también a ella, para decirla que, era posible, que no hubiera mucho más, pero que si le había ofrecido un encuentro era porque le importaba, como ahora lo estaba haciendo con esos más de mil días, en los que había ido forjando su forma de escribir, a través de torpezas, repeticiones y carantoñas a algunas palabras que las había buscado porque en ese momento, el éxtasis estaría más próximo. 

  Comprendía que le hubiera rechazado, aunque como siempre, luego se daba cuenta que decirla, parte de lo que ahora anda escrito, hubiera sido necesario decirlo para que comprendiera la desesperanza porque todo, como lo escrito, tuviera la duración de una trilogía, pero si la intensidad de un tiempo corto con alguien que le había marcado y a la que quería entregarse, como a este texto, para que supiera que todo lo que fluye con sus imperfecciones nacen de una salida a la luz de los momentos que han besado pasiones, han abrazado tristezas y, muchas, nunca sabre si demasiadas o pocas, o en exceso, han sacado a airearse muchas de mis ideas, confrontadas con unas posiciones políticas que hacen daño a la convivencia, por mucho que las blanqueen.

   En exceso han sido los días, en que en medio del apasionamiento, del hacer o escribir hubiera debido parar porque lo precoz, en uno y otro lado, de lo expresado, puede dejar insatisfecho tanta a la amante como a un lector que echa de menos, más profundidad o deternerse en esa zona donde el placer de la mutúa búsqueda puede provocar un asirse el uno al otro, como amantes tallados para el instante, que creemos infinito. 

  El contraste de esos tres años largos, son los veintiun días, emprendiendo otra búsqueda entre los sonidos. Ayer, el saxo, como el escribir, como esa cita no correspondida, me reveló que si llego a ese tiempo y luego sigo, y sigo, aunque el tiempo quiere mostrarse cada vez con la pantalla de "the end", sólo un encuentro de un día más, con nuevas directrices, te dará una satisfacción que no esperabas ya tener. 

  Dia 21, reencontrarse en la búsqueda

 

domingo, noviembre 27, 2022

Sobre un cristal

 Sobre un cristal veo pasar muchos aspectos que me rodean. Las identifico y de alguna manera me definen en lo que pienso, en lo que siento.

 El cristal es transparente y no está opacado para convertirse en una televisión. Quizás en algun lado, aún no me he dado cuenta, esto este sucediendo.

 Miro a un punto fijo, hablan en diferentes idiomas imágenes interpuestas, prescindibles porque todas llevan el mismo aliño, preparado por un estilista: pulcra presencia en la ropa, blanca en la piel, gafas de diseño que intelectualicen, peinado retro, sobre un pelo rubio para remarcar la exclusividad. Si tuviéramos que sacar alguna conclusión veríamos en esas mujeres que son integrantes de una tertulia, una debilidad que sería admirada por esos hombres, que las rodean, y las consideran como casi como ellos; a la vez, en esa imagen mesurada, creemos encontraremos las palabras aseadas de una mente impoluta, como parece aceptamos a ver en su imagen.

 En un click oigo diferentes idiomas, pero las traducciones, escritas a la vez, tienen el mismo mensaje. La sujeto, porque hablan de una mujer, en esta es puesta en duda su feminidad, creen haber oído que es un macho, existen en ciertos lugares constancia de la veracidad de estas afirmaciones. Alguien ,con nombre y apellido, incluso, ha podido comprobar las bondades de esas dotes masculinizadas. 

 Por un momento, vuelvo a todo lo que me sugiere esa mujer, su voz como un agua de un manantial parece creer fluir como en el nacimiento de un río sin grandes caídas, casi nos llega el sonido de una meseta que nos endulza nuestros futuros pasos y que nos habla de un tiempo sin grandes estribaciones que superar.

  Porque es pequeño ese punto, en el que me hallo atrapado, consigo en un momento determinado ampliar mi horizonte, la luna, aparece creciente, pero en sus inicios, recostada como para escuchar a Coltrane, a su lado, cientos de estrellas parecen descansar sobre ese regazo mientras toman un gin tonic, con esencias de universo impregnadas en cada nota. Fijo mi mirada en tierra, la ruta es entre sombras de árboles que parecen quitar importancia a los matices en cada persona y si, concluir que estan todas transitando por un camino común, no existen fronteras, sólo seres buscando el agua del Tajo, o puede ser el de los hechos cotidianos en los que nos encontramos para ir al trabajo, convivir con otros seres para jugar, disfrutar, dudar, sufrir, no tiene nada físico que se interponga entre estos momentos, nada en la noche, les deshumaniza sino que les da la mano para los encuentros. 

 Te viene a la cabeza que esa noche tan cerrada, podría ser terrorífica si expusieras y propusieras vivir la experiencia, por separado, a cientos de personas; ni los matices de luces, ni las imágenes que me había mostrado ese anterior punto valdrían. La oscuridad sería inmensa, como los amores de Pablo Neruda; la afrontarías contigo mismo, lo que vives, tus limitaciones, tus aciertos, tus grandes zozobras. El tiempo que será el eterno de una hora, parece que te martilleará en cada segundo, como un gong a las tinieblas en la que estas embarcado encadenado a un timón que diriges sin gobernar. Momentos de la vida que se te cruzan en cada contorsión del cuerpo y la mente para intentar evitar las aproximaciones a las piedras que caían de acantilados o buscar la salida que te arrojarán a las tormentas perfectas. 

  Intuyendo la carretera, vuelves 

  También retomo ese punto, esas imágenes embutidas de perfección; escucho mi idioma, leo las traducciones de todas ellas. 

    Palabras labradas con cuchillo de degüello, transcritas con lanzas de odio; iguales, aún a miles de kilómetros porque les fueran talladas para que las repitieran con matices ponzoñosos que penetran, suaves, pero constante para descuartizar la imagen del diferente. Pese a ser a la misma hora, la luz de este ínfimo espacio es un sol, artificial, que irradia, pero te das cuenta que sus rayos, están hechos de odio; luces celestiales para destruir al otro. Ellas, vestidas, diseñadas débiles conseguirán maltratar y descomponer su mente; porque necesitan la claridad, para que las exhiba, las veneren, aunque sólo sea para morir en su mente, sin haber obtenido que un dedo de lascivia de quienes denostan las hubiera quebrado, por un segundo.

   Mientras otras mujeres, multitudes, caminan con la luz de las manos en las que se guian.

sábado, noviembre 26, 2022

Corazas y corazones. Las 8 de la Caixa

 Muchos escudos juntos fortalecen las instituciones como la coraza de las tortugas. En algunos lugares, a estas, las cogen y las asesinan para utilizar partes de ese cuerpo, como herramientas mitológicas; lo hacen mafias con pobres hombres con sueños de  salir de la miseria y cobrar recompensas de  los ricos con alma de psicópatas. Por la exhibición que hacen de su capacidad de hacer exterminar especies.

  Nuestra sociedad es mucho de corazas; conocemos a instituciones que se la fueron fabricando para que muchos de los suyos queden impunes ante sus canalladas.  Dominan y banalizaron tanto los tiempos que consiguieron que muchos receptores de sus recetas las tomarán como medicina. 

  Otros, los 8 de la Caixa crean sus corazas a partir de sus corazones; poseen la cabeza y la utilizan pero para dar valor al peso de su corazón. Este unido para enlazarse y permanecer en una entidad bancaria que quería ejecutar un desahucio de un piso con personas.

  Llamarían, desde dentro, quizás quien les tenía miedo a la actitud de los ocho, mientras, a la vez, este ejecutante tenía pánico a la presión que le hacían sus jefes para ser, cada vez, más inhumanos contra quienes, también, estaban en debilidad. 

  Ser cruel entre los de abajo, por mucho que a los empleados, les ilusionaràn con que les llamarán clase media. 

   Las 8 de la Caixa dejaron que fluyera la sangre de la empatía. Oyendo el tema de los niños robados y vendidos, con la colaboración de la Iglesia.  Crees que los corazones pueden tener muchas sangres, las ver a la persona, es una honerosa en lo material pero enriquecedora para hacerte más humano, pero está, incluso, la venenosa, de servir al dinero como camino de llegar a un dios, aunque también pudiera ser la miseria personal, cubierta con un manto, que a lo largo de los años se demuestra que no ha sido una excepción y que ha sido ofrecido, buscando réditos terrenales a muchos sátrapas.

  Las 8 de la Caixa, querrían el apoyo inmediato, cercano. 

  Esto, aunque es muy poco, siempre gracias 

  

viernes, noviembre 25, 2022

Saliendo

 No siempre se puede estar.  

  Existen momentos en los que te ves saliendo. 

  Evitar el conflicto puede ser sano, cuando lo que queda enfrente son sólo convenciones sociales. Nada que sustente futuros. No porque se busque riqueza, no porque no se sea consciente de la necesidad de apoyos mutuos, sino porque por queda, no queda ni tan siquiera de comunicación.

   Queda nadar hasta las orilla, tumbarte por si unas olas perdidas en la bajamar aún quieren llegar por insuflar oxígeno y sal a esos instantes. 

   Al contacto, con la sal, escocerán, los restos de recuerdos, por un lado y el oxígeno dará una brisa de aliento a tu sangre que fluya herida.

   Puertas que suenan y cierran

miércoles, noviembre 23, 2022

Irene, humanizada para luchar

  Sabía que la botavara tenía muchos peligros. 

 Me subí a la barca, pero no para manejarla, para eso ya estaba Manolo; nunca pensé que lo fuera a hacer pero tiro para adelante. Todo a pesar de haber sido denostado con aquellas imprecaciones por aquella especie de vozarrón metida en un saco colocado al azar.

 El capitán sabía que los vientos portantes son felices. Todo es abrir las velas para recibir un viento que parece quisiera fecundarlas en una bacanal interminable.

  Muchas veces, se animaba a sacar el spinnaker para que todo fuera buscar un éxtasis infinito y eterno. 

   Ví que muchas personas trataban de subirse a esa especie de fórmula 1 del placer. Gente que es alagada, que la anuncian que la protegerán con bellas ropas que las calentarán incluso en las aguas más firmes. Las aseguran, también, que su efigie romperán las olas más violentas y que incluso en las encalmadas, lucirán de tal manera que su aura moverá la nave más pesada.

  Estos que montan, lucen la soberbia de ser reconocidas por los grumetes que todo lo creen y que buscan hacer méritos ante sus iconos.

  Algunas grumetes reciben la orden que han seguido, antes, tanto de los suyos, embestir porque su cascarón volador romperá a los enemigos que les ponen por delante.

  Cuando se dirigen ensorbecidas y triunfantes soltando su golpe y veneno, ven que ante un ligero cambio del viento, la botavara cambia de estribor a babor,

  La golpea en la cabeza, destruyendo su aireado menosprecio y queda sobre la cubierta, si recogida y protegida por los suyos pero destruida su autoestima y su dignidad. Esta, si alguna vez la hubiera tenido.

   Sus hienas la protegen, emitiendo chirriantes "oh me están atacando", suficiente para sus grumetes, se piensen: ah, pues si, mientras ignoran las dentelladas que su instinto criminal, siguen las hienas y sus risas, porque es como atacan, histriónicas y petulantes.

 

Compuesto y sin pareja

 Siempre insisto en las cabriolas, pero no siempre las cabras han estado para eso. Cuando pensaba que eso era posible me compré una escalera y una trompeta, pero un día dejé la primera encima de la segunda y por azares de la vida, la tecla que tocó, se quedó presionada y hete aquí que llega un viento del norte gélido pero que sopla con una fuerza que mete a la cabra en un estado de sobrexcitación que le creó un problema de bulimia.

  Yo, para la tontería y el bullicio estaba preparado, pero claro, como tratas un caso tan grave con la cabra que te está dando como toda explicación una nota en be; vale corta, pero y si cuando se prolonga en el tiempo es un beeeeee mantenido. Del animal, no tienes todas las certezas de lo que quiera decir por mucho que "el antropólogo inocente" te abriera muchos caminos; pero claro, te empiezan a nombrar mantenidos y a nadie se le escapa que un zángano se ponga la toquilla de rey y vaya por ahí, con su faralaes luciendo todo lo que le reporta su estado y estadio, que puede ser lo mismo o tener sus matices.

  Tu, les vas preguntando: ¿en qué estado estás? e igual te sale por uno de la India que por el de Tegucigalpa, que, quizás, tiene su interés pero que también entraña su peligro, porque las costumbres no son iguales y los tés tampoco, por mucho que a los dos, los pidas como verdes, pueden tener aditivos que te pongan en problemas. 

   Así que tu ves a un mantenido en un estadio y le dices a tu pareja: Mari matizando, entre admiraciones, no vayas a mostrar que preguntas y te diga: ¡pues majo, deberías haber tirado de la cadena!, así cuando lo haces en forma exclamatoria ¡Cómo está el servicio!, lo que buscas es una cierta afinidad, porque ves a un insigne moreno que un día anduvo por ahí, luciéndose como un pavo real y hablando como una chamán y, entonces, te preguntabas, una y otra vez, ¿pero tanta desfachatez como puede ser premiada?

  Y claro, luego piensas y te preguntas en voz alta, chamán, chamán, ¿No son los que se visten y se revisten para que te fijes en sus ropajes, creyéndoles, a veces, payasos y otras muchas, elegidos.

  Así que terminas dándote cuenta que el estadio al que te llevó ese estado de abducción te ha puesto en un estado de aceptación que igual lo haces con un acaparador de pisos y fincas, que casi no te lo crees, pero le aplicas el dicho, que aquí le define de forma tan certera: "el colega se lo lleva muerto". 

  Y mientras, el vuelo de las abejas a catar flores te hace preguntar si su estadío podría suponer un estado de las cosas que le llevara a buscarse otros mantenimientos

martes, noviembre 22, 2022

Cabalgar entre Culebras

 Creo que he tenido que coger dos caballos para darme cuenta que quería llegar a un sitio, donde no era imprescindible estar el primero, ni tan siquiera llegar para tener más. 

 Sólo contemplar como se han deteriorado mis calcetines, me ha puesto ante la situación de tener que salir un día a recoger uno de los caballos, después de haber cabalgado durante tres horas. 

  El jinete apenas me presta atención, dispuesto a coger la otra cabalgadura, el caballo, a cambio, es otra cosa, ha decidido que dado que he prescindido de los espolones con los cuales les suelen castigar y viéndome como puedo ser victimas de un terreno pedregoso y con grandes cascotes de cristal porque la gran orquesta del alcohol, les ha montado una fiesta a mis vecinos; este caballo se acerca y tomándome una de las piernas, nada menos que un lunes por la mañana, me pregunta si quiero que me ponga una herradura. 

  Me veo débil, los cristales amenazantes y los de la orquesta tocando la última canción, aunque ya se debieran haber ido hace varios días. Aún así, contemplo la posibilidad que se me ofrece, pero la descarto.    Mi podólogo siempre me quitó la idea de ponerme piercing en los pies. La lengua, bueno tiene lugares donde entrar pero estos, en principio, no tienen porque ser cortantes. Pero claro el pie, va un día por el barro, otro día sobre piedras y las menos, mejor, sobre cristales y ponerse una herradura no ayuda pese a las apariencias. 

   Otra cosa es que formemos un equipo y en ello analicemos nuestros puntos fuertes y los más flojos y nos dediquemos a cuidar el campo. Nuestra sierra de la Culebra, es parte de nosotros, aunque muy lejana, pero y ¿nuestro Alto Tajo?; este nos espera y nos pide que no haya intermediarios de esos de voces en los periódicos y proclamas en las radios y televisiones para hablar de sus pagadores y quitar el dinero a los proyectos públicos, de fijación de personas.

   El programa de carnecruda.es, sobre el incendio en la Sierra de la culebra, termina así. La voz de un habitante de aquella zona, que habla de los 600 millones que se han dado a empresas para que cuiden aquella zona, a parte de rentabilizar sus negocios y de con la mitad, este agricultor, ganadero proclama que abría planes que fija población y previene incendios.

  Existe un inconveniente grave: Los políticos no saldrían con su aureola en "los ecos" parroquiales en lo que se han convertido muchos periódicos locales.

   ¡Cuántas lágrimas salen de los incendios que se ven impotentes de apagarlos!

lunes, noviembre 21, 2022

Renacido

 Creyeron asesinarle y le renacieron

domingo, noviembre 20, 2022

Durruti, los que nos hicieron.

Alguien en otro espacio, podrá crecer ajeno a las guerras de los mayores. Las escalerillas se quitan y en el barco, algunos están a punto de soltar las amarras. El pasaje, niños-as quitadas de sus juegos en las aceras, en los jardines se asoman, con un terror dibujado en sus rostros, parecen encadenadas a las barandillas por si estas se volvieran a tierra; abajo, sobre suelo firme, otros cantan "a las barricadas", con el corazón en un puño cerrado, para conservar el último aroma de su descendencia que irá a otro país.

   Durruti, un mecánico anarquista, murió uno de aquellos días, dicen que un millón de personas acudió a su entierro.

   Fetterman, será senador en Estados Unidos, ha conseguido que el obrero blanco vuelva a confiar en políticos de izquierdas. 

   Page, un populista que tomó una izquierda promocionada y tomada por el capital se ofrece en una portada de un periódico que mintió en el 11M, para seguir esparciendo odio entre comunidades. 

   Los dos primeros, miraron y miran a la cara al obrero, sin ponerle adjetivos, para empoderarles y hacerles partes de un futuro. El otro, enfrenta a los obreros, poniéndoles fronteras, muros con los que alimentar bilis. Muchos votan a este tipo de personajes, Trump, Aznar, Le Pen, Bono, gente a los que mercenarios psicólogos, sociólogos les han estudiado como hacerles crecer y ser votados a partir de ser tan miserables que enfrenten a personas, a zonas, agrandando las diferencias y apagando las muchas que nos uniría. Se me grabó a cincel una conversación en un barrio próximo al Paral-lelo, en un bar donde un Juanito, chino, con sus clientes hablando en castellano.

   Tienen éxito, pero sólo han ganado. No han hecho sociedad.

   Los importantes, los imprescindibles son los dos primeros. Durruti, desde su anarquismo, en mis sueños, subió una cuesta, luego otra, para encontrar a uno de los suyos, que serían todos los que se han ofrecido a los demás, los que han tocado instrumentos para producir música con la que bailar desde la revolución que produjeron plantando encuentros. Cuando le vio, arrodillado, le posó en tierra y tomó su corazón para que el mundo siga renaciendo.

   Fetterman, hoy, siembra encuentros; como en nuestra ecolenta, las plantas que parecen ajenas a lo que queremos obtener, las vemos cómo necesarias para que la tierra se enriquezca.

sábado, noviembre 19, 2022

Pyramide in Lebanon

 Esperas encajar para que seas reconocido. Ondara, un sonido para viajar por los campos sin tiempo para decir Saying goodbye. Voz de ensueño

  Lebanon, el Líbano de Maruja Torres, el mundo de León el Africano, tan alejado de apriorismos, de odios fabricados para ser esclavos. 

  La comprensión de esta canción, tras escurrirse por tanto tiempo escuchada en el "avivir". Fernando Neira me descubre el título y el autor. La patria y el arado profundo de la voz que penetra para sembrar lazos.

   La vida es breve y no siempre te da tiempo a decir adiós. 

   Buscas entre las notas, lanzar un abrazo porque demasiada gente se quedó sólo con la última sonrisa y el frío helador de no poder penetrar ese glacial que cayó salvaje, congelando, incluso, un meteorito, que nos aplastó. 

  No pudimos subirnos, ni tan siquiera al alto caballo que nos apartó sus clines.

   Es, quizás un la mantenido o un si sucesivo el que nos viene tras tantos noes.

   El frío teme nuestra lágrima, sobre un suelo que se apresta a recibirla; querida tierra, diste la caricia a un paso mortal. 

    La democracia es para los pájaros. Estos que se levantan para dejarte pasar y huyen tras escucharte tocar. 

    Democracia con actos anarquistas con los que teñiste muchas tardes en el Rincón, en La Vereda. Sentir volar entre sudores

Sólo el pájaro es capaz de coger la democracia y prescindir de las noticias que ponen cadenas o de escapar de los púlpitos de los tiranos. 

    A la justicia la edifican pirámides sus escribas. Tanto tiempo encerrados para querer enterrarse en túmulos desde donde se levantan muertos, atrapados por los velos de sus creencias y los dueños a los que sirven para creerse también, dioses imperecederos


viernes, noviembre 18, 2022

Nudos

 No es fácil hacer un nudo para la corbata. Lo aprendí, bueno no, cuando como recurso de vida, busqué hacerme vendedor, por dos instantes de una de esas estafas piramidales, poco duraron, la chaqueta marrón y los zapatos de gamuza azul.

 Cuando el barco descansa en el puerto. Observas su horizonte y escuchas las olas que rasuran las aguas. El corazón de las grandes tormentas se alimenta de las grandes avenidas de los vientos desatados en todas las direcciones. Cuando se siente invencible y eterno comienza a desparramar toda esa energía como una furia destructiva que tarde comprenderá, la reducirá, exhausta a una brisa que despierte a quienes perdieron todo y una tabla retorcida les habrá abrazado.

  De tierras muy diferentes serán quienes, pletóricos de imágenes y voces, llegarán a embarcar en ese nave. En tierra se habrán quedado, los pequeños practicando con los nudos marineros, escuchando los raps de las gallinas y patos, cantores de espasmódicos ritmos.

   Mientras, viajan en mieles y sueños, las cabezas de familiares; no necesitan velas, los optimist son cosa de niños. Les metieron la gasolina de los fórmulas 1, compuestas de grandezas, de superioridades, de ser lógicos ante las cosas que suceden en la vida. Son unos afortunados y creen que la sociedad son como ellos y claro, por supuesto, los de arriba, quienes les dan el vademecum de como se debe actuar y que se debe amar. 

   Abajo están los que es más que probable, han querido permanecer en los bajos, donde los ruidos de los motores hacen insoportables la acción. Ellos lo quisieron, parecen decir. 

   Echan rápidas miradas y como por casualidad, ven a algún compañero, subiendo por una maroma que le han ofrecido con su nueva casa, suda, pero anda derrotado porque está impregnada de la grasa de los bajos salarios y de los incrementos de los precios, en lo que creía que tenía controlado. 

   Desde cubierta, con piscinas de halagos y daiquirís con frutas de sabores indescriptibles, erotizados, sienten explosiones, que desde los altavoces de los ojos de "gran hermano" se apresuran a decir que son de volcanes marinos, profundos que no les afectará.

   Un niño sigue en tierra ensayando el as de guía, el nudo llano, el ocho, el de rizo, ballestrinque. No le dará para ir muy rápido en la vida, cuando los ponga en practica en los barcos de vela. Le anuncian trabajo, sudor, descubrirse, reconocerse en el otro, ayudarse entre todos, ilusiones juveniles para crear lazos. 

   En cada tumbona de esa nave explosionada, quedan restos de un egoísmo exacerbado. Incluso en esas condiciones, no permiten que nadie se suba a su exclusiva tumbona.

   Con el último nudo que sale del foque, niños sabios comprenden que ellos deben emprender sus propias rutas

jueves, noviembre 17, 2022

Mirar un cuadro

Mientras miro el cuadro, sus personajes se incorporan y el ambiente se puede palpar como demasiado denso.  Ella, se ha acercado a mi cuerpo y me ha llamado por si podía volver del lugar, que intuía lejano, donde se encontraba mi mente 

  Un balón salido del cuadro ha golpeado eal hombro de Aitana, bueno debería decir ha sido posado por ella, como una caricia sobre el espacio.

  La noche se echa encima, sólo luces, curvas de naranja, a veces blancos, más difíciles observar los rojos. El viento ya es de otoño y los aromas, los del campo. John Coltrane como fondo, para tapar el do, combinado con los mi, re, si, la, después los sol, otra vez re, la, el do mayor. El fondo no se ve y los cielos descansan tras regalarnos su esfuerzo por soltar un agua, que parecía ser más escasa que nuestras lágrimas. 

  El lienzo tiene por debajo aquellos picos, aquellos llanos y cuando el viento no encuentra su chimenea, el aire del recuerdo de una imprecación y un imposible; lo aceptas, porque los años nos hicieron entrar en esa edad, en la de no retener a quienes apreciábamos. 

  Pedimos al perro que ladra, su comprensión y a la bandada de pájaros que estaba en el camino de entrada a la huerta, la despedimos. Se levantaron en el último momento. Cuando el saxofón estuvo montado emitimos una primeras notas y al levantar la vista, vimos que andaban esperando en los cables de la luz, por si algo pudiera apaciguarlas, tras un día de lluvia y viento del Oeste. Levantaron el vuelo, tras los primeros minutos. Comprendieron que la música del móvil que las había retenido se apagaría con las notas, torpes y buscadoras de encontrar los pinceles para dibujar los sueños.

   Creo oír palmadas, pero son unos plásticos que tenemos atados para protegernos de un calor que ya se escapa. 

    Se reiría, como Luis, me recuerda que le reprochaban en los primeros tiempos, cuando los acordes son más desacuerdos con la musicalidad. En el fondo de la pantalla, tocando el saxofón en el Pajares, nos ayudaste a ser felices. Ojalá, esos pitidos continuarán, no para los paso pequeños de una carrera, sino para acallar, por un rato el saxofón. Para lo uno, y para lo otro, era una invitación al encuentro. 

miércoles, noviembre 16, 2022

Hook; los piratas

 Los colores de las hojas tienen los sonidos de Charlie Parker. Crujen los amarillos, aún sujetos en unos árboles.

  Dice Dustin que fue una "mierda", pero lo dice con mucha dulzura; la periodista se parte de risa. 

  Javier Ruiz, no se como de antiguo es ese corte, dice algo que nadie se atreve. Tememos a algunos periodistas impúdicos porque son los pequeños dictadores, aclamados por tanto televidentes y oyentes que han sido abducidos por los trajes que utilizan. Incluso expulsan voces, sin perder la dignidad para defender a su creación de personaje que acaba de hacer una huelga patronal indefinida, de 14 horas. Si la eternidad fuera así, nos quedaban por escuchar dos conciertos de Coltrane

  Alemania ha dejado de pedir responsabilidades a las grandes empresas que apoyaron al nazismo y utilizaron mano de obra esclava, en principio no aria, pero con estos que se rebelaron contra ese régimen criminal, también.

 Javier, ya llego, denuncia que son todas esas empresas las que dan posibilidades a esos periodistas de crear sus mentiras. 

    ¿Puede ser el hospital Zendal un nicho de pagos a empresas, para que estas sustenten las televisiones y periódicos con publicidades que serían innecesarias, para sus fines promocionales pero que es devolución de favores por los pagos de una construcción, igual de prescindible?

      Al ciclista o al corredor dopado dejaban de patrocinarle, sólo cuando se descubría ante el gran público que estos deportistas estaban haciendo esa trampa. 

      No tienen principios para provocar que una sociedad no sea engañada por gestores que han robado o no cumplen con la Constitución. Sustentan a periódicos, hinchas, como Jero, que han conseguido que por las calles vayan enmascarados con su camiseta. Cuando eso está conseguido, saben que sus periódicos, sus televisiones, no les van a poner ante el espejo de sus traiciones, de sus productos mentirosos. Son empresas traidoras, como aquellas, sin moral, que sujetaron a los nazis, porque entonces eran los que la enriquecían. 

    Existe el periodismo decente, pero si la sociedad acepta lo irreflexivo, no van a ser ellos quienes se pongan ante el espejo de su falta de decencia.

     "Una mierda" chica, "una mierda", esas empresas que alimentan, pues eso, la basura.

martes, noviembre 15, 2022

Dia 28. Entrenar para descubrir lo desconocido

 Me dijeron que tenía que salir a pasear. Estaba dando vueltas sobre algo que ya se había acabado en ese preciso período. Aún con ese malestar, calzarse, abrigarse salir de un espacio físico confortable siempre supone una ruptura a la que muchas veces nos negamos.

  Sucedió, cerré todas las ventanas que se habían ido nublando y bajé las escaleras para abrir una puerta que parecía cerrada con llave. El golpe de frio penetró por mi mirada que encontró sólo las menguantes luces de la noche. 

  Anduve unos pasos y la oscuridad me acogió. La conocía, estos últimos años, se ha hecho compañera, pese a mis miedos juveniles. Da igual que haya ojos explorando y, de vez en cuando, ruidos que perturban los pensamientos en los que te envuelves, que ya se han limpiado de los que te tenían cercado, en un bucle. 

  La sensación de soledad abruma; me había acostumbrado a sonidos ajenos a mi exploración; con el tiempo los van asumiendo como el golpeteo sordo y alejado de un día de lluvia en el que, por fín, has retomado el libro de Michel Houellebecq. Te ha ganado, pese a que lo has tenido postrado en un oasis en medio de las tempestades que te invaden. 

   Parece que te esperaba como te escuchaba con un corazón en los oidos quien en estos días ha tenido que exponerse a un al mar que la ha encorsetado en "la tormenta perfecta"; en este caso, ella si, aún con sus "ojos de buey" vidriosos, tiene un barco con una tripulación entregada a su patronaje. 

   Me quedo mirándola; a su belleza, porque es obvio, la exhibe con una luz propia, que te hace olvidar en que momento del día te encuentras; a su corazón que me ha abrigado este tiempo, porque tiene cincelados retazos de escucha, actos de búsquedas y barcos para navegar la sangre soliviantada.

   Caminas, sin darte cuenta te vas introduciendo en los otros yos que te poseen. Ese que se desata en su encuentro con la naturaleza; lo urbano, por una noche semidesierta va dulcificando los encierros interiores, cuando llegas a las cercanías del río, te recuerda a alguna famosa bahía de esa película icónica. Intuyes vidas embarcadas, iluminadas por los miles de farolillos colgados a la salida de sus búsquedas. 

   Es un gran mar, te quedas absorto; aquí, ves coches que han llegado a esta orilla; algunos lo celebran en grupo, bridando con las botellas de ron que siempre descansan sobre, en este caso, la hierba; otros, exploran el cuerpo de su pareja para celebrar el placer de reconocerse y conocer a la otra. 

  A lo lejos, en la otra orilla, gana la oscuridad. Encima, intuyes alguna luz. Quieta, sabes que vendrá, mientras, sus ojos, permanecen en ti. Tienes miedo de no saber manejar la driza, ni la vela que te ha asignado para compartir tantas cosas que vamos pasando a babor y estribor

lunes, noviembre 14, 2022

Marco y el mono

  Cae una hostia de Íñigo; con toda su ironía, ha perdido la cabeza, la ha lanzado indignado contra un bote de tomate. A quienes lo tenían les ha puesto a su mismo nivel, sin cabeza.

  Si te fijaras en los golpes que se reparten para los que eliminan a la sociedad, en realidad son "pellizcos de monja" los golpes para quien contaminan este mundo, el único que tenemos. Es más, parece una broma de mal gusto, que empresas que generan gran cantidad de residuos, son las que patrocinan la COP y países, con ciertos problemas para respetar aspectos de la naturaleza, acogen estas reuniones. Cuando fue en Madrid, fue graciosa que a los periódicos de distribución nacional, Endesa les envolvió en su publicidad "verde". Empresa que tiene la mayoría de las ganancias en las energías fósiles y de ella se había enriquecido, incluso aprovechando y ayudando para que se paralizará la introducción de la energía solar.

  Marco salió de su hogar, para buscar a su pobre mama que había tenido que partir, cruzando el mar, a otro país. Le quedó a él y a ella la morriña de reencontrarse de participar cada uno de ellos en el crecimiento del otro o, al menos, verse para que ese vínculo no fuera cercenado. 

  El Prestige y la marea blanca de la sanidad que ayer dio una muestra de lo que necesita Madrid, unos servicios públicos de calidad, no vendidos a lo privado, que alimenta a un partido que destroza a los ciudadanos. 

   Periodistas como Domínguez, indignados porque a los cuadros, en sus marcos se les ha dañado. Esas pinturas esencia de una civilización, es el recurso desesperado de unos jóvenes, para respetándoles porque siempre han sabido donde han ido, decir que el cuadro que cada amanecer se muestra ante nuestros ojos, se está destruyendo aunque este otoño nos siga dibujando grabados como el de la arboleda de Cifuentes, cuando apareces por el alto de la carretera a Canredondo.

  No existen esperanzas, hablaba ayer con Fer, porque las empresas eléctricas, las del petróleo, siguen basando su crecimiento en lo seguro, en lo que les ha dado miles de millones de dividendos. Y no, no está el problema tan lejano, quizás hoy hable con mas de uno que tiene acciones en esos conglomerados y les está dando unos dividendos jugosos; como a aquellos habitantes de la zona O de la rotura del Prestige, pocos, que dijeron que más barcos de esos, cuando para acallarlos les llegó un dinero tan rápido como miserable.

  A la riada de ayer, que inundo Madrid de consciencia de estar siendo saqueada, no fui; a la riada de blanca que acudió a Muxia, Corcubión y tantas otras playas, tampoco. 

  Marco despide a su madre, que solloza desde el barco, flameando su pañuelo blanco que será llenado de lágrimas y sudores, muchas veces negros, como los trabajos que realizará. 

  Marco siente que tiene que ir en su busca, no quedarse por mil y una excusa que la vida te pone para no estar en aquellos dos momentos. Enfrente, tiene un espacio de tierra agua que se llena de chapapote, de periódicos con directores impúdicos que ponen que la gente no quiere la reapertura de los Centros de Salud. 

   Este es el mundo que nos ha tocado vivir como el de Stefan Zweig, un lugar lleno de chapapotes, patrocinados por periódicos que dicen lo que les mandan sus amos. 

  En proa vas viendo toda la basura, y hablando contigo, alguno cree que eso nos ayudará a andar por encima del agua. 

   Comprendes, entonces, que la gran ola de la indiferencia te ahogará y el de al lado, te mirará caído, preguntándote para que te pones en medio.

    Es un mono paralizado el que te acompaña y te tira del pelo para que no renuncies a estar comprometido con esta sociedad tan golpeada.

domingo, noviembre 13, 2022

Dance where you are

El chapapote suena. Hubo un tiempo en que las gallegas, las galletas ocuparon toda la costa.
  A los 20 años, carnecruda.es: Celtia, Marta, Eva, Rocío, Javier y otras, con Ana Pardo de Vera a la narración hacen un ejercicio de periodismo apabullante. Ofrecen sus cuevanos para quitar la basura de información que promovieron los Aznar's boys y perpretaron los "Urdaci sin dignidad" boys.
   Aquello o fue un ensayo o un entrenamiento de "modus operandi" de control informativo que se ha ido llevando a cabo a lo largo de la historia.
   La Iglesia, esa que la semana pasada se postulaba como diocesana, tenía los tentáculos de la enseñanza extendidos par acoger o ahogar, según su resistencia, cuenta Arturo Barea, a quienes podían destacar en el plano intelectual. Hoy, también los tiene, con el beneplácito de otros políticos, elegidos por su falta de escrúpulos para hablar de hilillos cuando existe una emergencia climática.
  Danza aquí, con estas televisiones pluralistas, pero sólo por coger a una variada fauna de diferentes odiadores de lo que indican sus amos, y por tener los más diversos disfraces para mostrar un mundo que no existe.
  El famoso Ferri, se especializó en travestirse de izquierdas para dar hostias, con informaciones mentirosas que ponía en el mismo escaparate que otras contrastadas.    Esos lugares tienen mucho peligro. Te los visten, con ropas elegantes, con focos, proyectando los lados apropiados y con una música enlatada escupida con la suficiente fuerza. Su actitud fue miserable, aunque para la sociedad sus ropajes son brillantes, se lo pagan los Sánchez y las Ayusers.
  Oírnos y quitarnos todas las lianas para que
 podamos bailar con la realidad de nuestro cuerpo y nuestros conocimientos, es una necesidad. 
  Un día ves a un rey, ya sin su trono, sin su corona, pero con un séquito de lacayos que ensalzan su venida a la tierra. Magnánimo le ves entregar un premio a un periodista; creo que un tal Vallés, parece ser que por parecer honesto. Este coge noticias no contrastadas y se sumerge en ese barro, rebozándose, como en aquella piscina olímpica de jabalíes que existe en la Hueva, donde intuí una avidez y cara de satisfacción, que le hacen a la vez, salivar.
  Al ser tan repetitiva esa acción, deduces que tiene una tendencia natural a faltar a la verdad a la hora de exponer informaciones. Que un rey premie una obsesión, te lleva a aquellos tiempos en los que utilizaba bufones que remarcaban su grandeza, pero no podrá que está desnudo, aunque esas fuerzas que les rodean, llamándose "colaborativas" que no es una visión moderna de mutualismo, sino una caterva de depredadores que se van quitando de enmedio a los que los exponen en sus debilidades.
  Bailar es una necesidad, pero para salirse del tablado de estos memes que se creen dueño de una realidad.
  Nunca salen a confrontar, sólo hablan desde púlpitos.
  Parece canallismo, querer destruir al diferente que busca sustentar una sociedad desde otra perspectiva. 
En eso se ha convertido ser reconocido como uno de los vasallos, traidores, ¿Se lo pondrán en sus perfiles? capaces de mentir para cambiar percepciones que se tenía.
  En la sala de trofeos de sus entrañas, tienen su espacio de honor para la podredumbre: saber que engañas para someter a unos a otros.
  Dance, tomar tus propios pasos para crear lo que será siempre una coreografía inacabada pero hoy, en Madrid, en la manifestación por la Sanidad Pública, se da un paso más.

sábado, noviembre 12, 2022

Fire

 Nadie se imagina que la entrada a los infiernos, sea a través de confiar tu libertad a encerrarte en tus propios barrotes de tu lógica.

  Salir, solo, cuando en un lugar has creado unos lazos que protegen tus miedos, parece de insensatos. Tomar las herramientas que te dan para ese trabajo de introspección no siempre apetece. Explorarte es exteriorizar lo que has entendido y darle tu propia percepción de lo que tu vives. El refugio en las otras, puede estar más que justificado.

  Estar sentado en el último peldaño que lleva a la  entrada al gimnasio. Sentir debajo de tí, un leve ruido sordo, como venido de centro de la tierra, pero del mismo centro, te lleva a una pequeña inquietud, pasajera y que no te hace perder el hilo de la conversación. Cuando otro pequeño ruido, te remueve las entrañas, por intenso,  próximo y desgarrador, tensas todos los músculos y pierdes el hilo de la conversación que tenías sobre tu práctica de piragua. Al desprenderse ese espacio en el que te hayas sentado, una rigidez calavérica define tu tensión y una cara desencajada, tu terror; gritas, como lanzando un ancla desde ese peldaño a una tierra que empiezas a ver desde otra perspectiva. No comprendes nada, desde esa posición miras y ves que tu interlocutor y alguno más huyen despavoridos. Gritas, a un más fuerte, como un contrapeso que al menos te sujetará a esa altura. 

   Miras a tu alrededor y muchos otros alumnos están a tu altura. Como por la ley de Benlluilli todos parecemos atravesar un tunel del viento , arrastrados hacía el Oeste, en medio, al menos para mí, la torre del campanario de los Santos Niños; todo se acelera y sin poder dirigir esta piedra voladora, me resigno a estrellarme; de repente a 10 metros, el re del primer tañido de la campana me expulsa de ese recorrido. A mis gritos de auxilio y de pánico, se une el de cierto alivio y un momento verborreico que no frena.

  Junto con los demás, nos dirigimos al río Henares, en este Veratoño, empezamos a descender de una forma vertiginosa y en punta, plano sería un peligro para la columna. Nos introducimos en el agua, dos metros, nuestros alaridos por la impresión son dionisiacos, de placer por agarrarnos aunque sea al agua. De forma física, igual que nos hemos hundido, somos expelidos. 

  Las piedras se han convertido en piraguas. El río Henares, lo podremos navegar a la espera de alguna presa o de algun foco de contaminación.

     Este, oh, ah, ahhhhh, ah, que olor tan horripilante, caemos desmayados sólo los aromas de los jardines de Aranjuez, nos despertarán, nunca recordaremos como llegamos al Jarama y de este al Tajo.

    Somos mucho de lo que hemos vivido. 

    Cuando ves a Doncic crear un ballet de 5 segundos, para escapar de una derrota segura, rodeado de las torres de los nuevos Hércules, con brazos como redes y dedos en garras  sueñas que transmitas, la necesidad de explorarte en los movimientos básicos.

    Los años te han enseñado que lo que pides, confiando en que ya lo hayan adquirido, se lo tienes que ir dando a bocaditos, porque ahora si, tú, debes comprender que eres fruto de lo vivido, que ya va siendo mucho

jueves, noviembre 10, 2022

29. Flow. Un lugar

 Alguien, me dijeron su nombre, ha dejado un terreno al Rincón Lento para poner una huerta. Como la cabra tira al monte, no tardaron sino que ya habían empezado a programar todo lo que supondría aquel espacio.

  Un grupo aguerrido le ha dado forma, siempre desde el respeto a la naturaleza y sus tiempos. 

   He empezado a bajar, y siempre voy fijándome para aprender. Todo es muy intenso y las ideas que había ido copiando, previas se van deshaciendo en azucarillos. Es Noviembre, en Cabanillas y los tomates siguen madurando y la huerta tiene ya preparado lo que soportar bajas temperaturas pero como los anteriores, te quedas maravillado de productos que en el pueblo ya haces tiempo habías desechado, aquí los tienes, casi, como en una exhibición obscena de poder.

   Hoy he bajado; estas lluvias, que no terminan de abnegar un espacio con tanta sed, las recibe como unos masajes de alguien que los ha estudiado, pero no es el fisioterapeuta que incide con una mayor precisión.

   Lo que si es bello, es el lugar. Muy poco elevado sobre la Vega del Henares y enfrente subiendo unos doscientos metros de altitud, la continuación de esa Meseta.

   Aparcas el coche y te pones al Doctor John que allí te llevó con tu espíritu titiritero a tocar la pandereta mientras recorrías diferentes fanfarrias. 

   Has preparado todo, y sabes que pronto cambiarás tu elección. Cuando has recogido lo que te han pedido más lo que has creído te podía servir, todo lo dejas al lado del coche.

   Entonces abres la puerta; te vuelves a fijar en una caja que estaba tirada un poco en medio de la ruta y descubres que está protegiendo dos setas; coger el nuevo maletín y con una cierta paciencia que tanto te ha costado aprender coges una pieza, luego otras y a las dos las impregnas de vaselina por el lugar conveniente y te dispones a insertarlas, en la pieza grande. Aflojas unas llaves que ya vas viendo necesario que no olvides ni en el momento de inicio, ni luego al estar ensamblarlos.

   Miras, respiras hondo. A un lado, el Sol que ya se acuesta, con sus acuarelas para ofrecértelas de nuevo mañana. En la parte de atrás del coche, te apoyarás luego para ver el paisaje de antes, pero es tan bella esa vega que te deja ver el Pico del Águila, la Peña Hueva y los otros salientes, que alguna vez, cuando correr era una posibilidad sin estar anclado al suelo que ya te recuerda tus limitaciones, pensabas que recorrerías.

   Ahora toca, despedir al Sol. El saxofón ya está montado. Hoy, menuda vergüenza los dos días anteriores, lo tocarás sin estar rodeado de casas y personas. Al menos esos esperas. Es el tercer día tu sólo; por delante, casi una hora, al menos. Piensas en la lengua, en los dientes, en el aire, por donde tomarlo, por donde soltarlo. El éxito viene y va; crees que consigues sonidos que no sean el de una vuvuzela y activas alguna tecla por si encontrarás una semejanza. Pero no, un infinito existe en la nueva música que has puesto. Lo has hecho por apaciguar si al final una animal viniera o algún trabajador sintiera que existen cosas peores en el mundo.

    Cuando te giras, en tus descansos, por encontrar el aire o el lugar correcto donde clavar los dientes, que tanto te cuesta mantener aferrado a la boquilla, decides que el Sol se fue. Pero mirar a la "Hueva", es sentir las risas que te hubieran abrazado al contarle la anécdota, que el mismo propiciaba

    Bajas por la antigua carretera del Sotillo, apenas transcurren coches. Cuando te falta 300 metros para pasar al otro lado del puente y tomar ya el camino que te lleva a las pistas de atletismo, ves que un coche se acerca; piensas que es uno de autoescuela; más cerca, parece otro, de la guardia civil; cuando ya se acera y reduce la velocidad, hasta ponerse a mi altura, veo que es un coche de la policía municipal, tiene bajada la ventanilla, no le doy tiempo

    ¡Qué! ¿Qué voy demasiado rápido?

   El joven que me iba a hablar se queda mudo. La conductora ríe. Un hombre anda desorientado. Parece ser que no soy yo. 

   Me quedo sólo, no puedo dominar la risa. Enseguida recuerdo tantas y tantas bromas con mi velocidad de ahora.

    Es el cuarto día, parece ser que el aire va encontrar el lugar correcto, pero se necesita muchos descansos y harán faltan los bocaditos que nos permiten comer un bosque. 

    En el corazón, mientras todos esos intentos caminan entre el fracaso y la esperanza, queda el agradecimiento por tanta bondad y tanta ironía. 

    Un abrazo físico ayudaría, pero te vas acostumbrando a recordar el tiempo vivido, compartido

    La noche te envuelve; celebrar la vida en cada nota, aunque ahora toque recoger 

  

30. Actitud. Encuentros. Voz

 En una galeria de arte, lanzo una voz. Nadie se extraña. Esa galería recoge las voces de los diferentes personajes a través de los siglos. La madre protagonista de "las cenizas de Ángela" también está. Su inglés me lo imagino ininteligible cuando tenía que someterse a su primo para que este la arrojará un dinero para alimentar a Frank y los otros. Algunos noches, saldría, de su boca, letras solitarias, con sangre porque se le agotaban los pies que tienen estas y no lograba juntarse con otras en los desiertos que recorría y con los cuchillos que debía pisar por los suelos que le eran de cenizas incandescentes que parecían reavivarse a su paso. Eran las, todas, noches, que no conseguía tapar todos los agujeros que tenía la casa donde se posaban las miserias que parecían infinitas 

  Lo mío era menos sugerente, sólo que mi baldosa  se ha despegado y yo estoy planeando ahora por esta rara pinacoteca de cuadros y sonidos. 

    Confieso que es desgarrador mi grito, pido su comprensión, pero imagínese la dureza en los tristes momentos que me encuentro, hablando con una de las Menidnas, medio quedando; recordándonos que cada uno lleve lo suyo: yo el whisky escocés; ella, los preservativos. Y de repente te elevas, de esa manera que nadie puede explicar y se te ahoga la voz y sueltas el terror, sobrevenido, ipso facto. No podría intuirlo ni en mil vidas; era un plan, perfecto. Pero una gota de lluvia, pareció retenerse y entonces, desde el plano cenital, he podido observar el puñal que lleva ella entre sus pechos. 

   Te asaltan las dudas; pudiera ser que fuera para defenderse de los anteriores y a tí, ya te había abierto puertas y bocas. El regusto amargo te queda.

    Estás en Nueva Orleans y los dos nos hemos unido al cortejo del Doctor John, estamos entregados a sus ritmos hipnóticos, sentimos cada poro tomado por su ritmos. En un momento determinado todos, excepto yo, que quedó como un advenedizo, sacando sus puñales de las faltriqueras, de entre los contornos de unos pechos perfectos y los colocan horizontales con una ligera inclinación, hacía el Sol; ella no me lo explica, yo no la pregunta; sé que la noche se nos hace infinita y que en mitad de una noche inmensa, muchos rayos de luces me atraviesan mientras permanecemos enlazados y la música es un altar

miércoles, noviembre 09, 2022

31 días. Luna llena

  El movimiento es universal, a la vez que personal. Conocer nuestro cuerpo es un viaje por la exploración de nuestro cuerpo a través del tiempo y del espacio.

   Iluminarse con las otras personas, tiene su aquel. Para escribir este texto tendría que recoger muchos más textos de los que voy a elegir y sería bueno que recogiera los testimonios directos de algunos de los personajes que nombraré.

   Hace mucho tiempo, alguien salió a pasear, no eligió las sendas y los caminos habituales, si que, a cambio, fue buscando avanzar por sus propios espacios. Todo se le ha enmarañado alrededor de él y en algun caso, ha tenido trampas que no sólo atrapaban sino que tenían o cuchillos o venenos que buscaban matarle.

    Estamos en este tiempo, y el análisis se sujeta, sobre una lógica que me hubiera gustado que tuviera el soporte de los conocimientos que te ayuda a controlar la filosofía. Al final, me fio de la capacidad que me han dado los años, pero he visto a otros con mi misma edad, haciendo caso a lo que ve en la televisión. 

    Analistas de gran "sesudez" eligen comentar algo que intuyen que alguien ha dicho, pero no las afirmaciones de ese señor, que hemos intuido antes no ha elegido un camino fácil en la vida.

  A esto segundo, la mayoría opinante podría decir que es un señor que está fuera de la política, que sus afirmaciones ¿qué afirmaciones?, ¿Por qué se van a comentar?, ¿dónde, dónde las ha dicho?; ¿cuando dejó la política? ah, ah, ah hace dos años; demasiado tiempo para hablar de un desaparecido; fijense de un tal Casado, se fue hace unos meses y parece como si ese tiempo no hubiera existido. 

   No, no, no nos merece la pena cualquier comentario sobre el who?. Ese Pablo Iglesias, parece que no tiene suerte en la vida. Le echaron de la política, no le cogen en las universidades, no en las privadas, que ¡ya ves tú! que va a analizar el sobre el poder de lo privado; no le cogen ¡EN LAS PÚBLICAS!, en esas hay tribunales justos, como en la otras instituciones. 

   Pues ya ves tú, ni en las públicas. 

   Así que diga cosas de periodistas; que si son corruptos, que si dominan las acciones de los diferentes políticos un mindungi, desde un podcast, no puede ser ni comentado.

  ¡Hostias, un podcast!, no la SER, no, la sexta, no otras bazofías mediáticas, todas chupando del dinero público y de las empresas que reciben gran cantidad de obrar, algunas innecesarias, corruptas; vamos dinero de la sociedad. 

   ¡Atención, escuchantes, videntes, lectores!, ¡Atención!, (voz en off de José María García)

      ¡Atención, Yolanda Díaz!, si tú, no te hagas la despistada que no te sacamos en la tele. Holi Iñigo, holi, Antonio.

      Pablo Iglesia, si, sí en la Uni de Otoño; el podcast no existe porque si lo nombro, alguien pensará que tiene que escucharlo. Niño, oyentes, videntes, lectores, sólo en la Uni de Otoño, de Ahhhhhhhhhrrr

Podemos, lo he dicho, ha menos preciado a Yolanda; sí, sí, a tí, ¡qué te he dicho que me hagas caso!. No ves todos los anunciantes que tengo, algunos jueces que no son acusados de prevaricación, algunos policias gamados que dicen defender la patria; no la nazi, sino la patria.

    Si, sí Yolanda ha dicho que no les respetas; ha dicho que ellas, ya lo ves son muy inclusivos, te pusieron a tí; que tienes que tenerles en cuenta. 

   ¡Cuidado que han sido imputados más de 20 veces!, y desimputados, sólo, más de 20 veces, vamos las mismas, pero sin exclamaciones.

    Mira, mira Antonio opinando, no ves, tiene un futuro esplendoroso y fíjate que ha escrito Franquismo S.A. e Infames y le pones ahí, para que haga sesudos análisis. Lástima que sea Antifascista y muy bueno, (pero le difuminamos con tanto descerebrado que metemos a su lado).

     Yolanda, le da por mirar el vídeo, lo ve con sus asesores; vaya, este Pablo con el tal Ferreras, no se corta. Ni este último tampoco, hoy vuelve a entrevistar al Primer Ministro. ¿fabricará algo tan burdo y lo expulsará a ese tal Pedro?

    Chica, pues no te nombra, si dice claro que son ellos los que tuvieron 5.000.000 millones de personas dándole su confianza y unas alianzas consiguieron emborronar su trayectoria, su nombre, su existencia.

    Por ello pide respeto, te recuerdas quienes fueron los muñidores de esa trama. Les pone nombres y apellidos. No hay duda a quien se refiere. Pero de eso, te han dicho los Media, de eso no se nombra, ni se cita, porque es irrelevante, porque no existe. 

    Vaya lio chicos, desde los grandes medios me hacen ver lo que no ha dicho y olvidar quienes son unos traidores a tantos millones de oyentes, videntes, lectores que ahora me dicen como debo pensar, como debo actuar y que ese tal Pablo es malo, ¡muy malo!

      Ay Antonios, Iñigos pena, penita, pena; pena de mi corazón.

martes, noviembre 08, 2022

Viviendo Barcelona

  El equipo femenino de Barcelona, me gusta mucho. Su mentalidad es la de un equipo de fútbol. Las creaciones hechas para cubrir cuotas y apoyadas por medios para aparentar glamour, no sirven y se deshacen como azucarillos, cuando enfrente tienes a un grupo consolidado de mujeres comprometidas con su deporte y su idea de dignificarlo. Se fue Asllani, insinuando algo de esto, del Real Madrid y al Barça han venido las mejores del último Europeo y las promesas más consolidadas de una victoriosa España sub17, 2ub20, Vicki López y Salma Paralluelo. Existe un proyecto de fútbol; lo otro, parece otra pirámide más de un faraón.

   El grupo de activistas promotor de "arquitectura colectiva", de esa dinámica ciudad, tiene proyectos para transformar la forma de  vivir, sin las tutelas  de constructores y especuladores. Lo primero es una metáfora de esto segundo. Aquí una ciudadanía libre sigue los pasos de quienes van golpean los tambores a través de una prensa subvencionada, amordazada, atemorizada. Esta permite que la presidenta de esta Comunidad y el pelotero Alcalde, vayan diciendo que los demás son los que tienen controlada los medios.      Sólo una mala periodista y una mala persona puede permitirse no preguntar el porqué, el cómo, el donde y el cuando de las acciones de un presidente para acallar la prensa.  

   Mala persona porque si tu haces sociedad desde tu televisión, y sabes que a esas preguntas, las daría mil vueltas para aturullarse, en poner ejemplos, de su televisión autonómica arrasada de ideología, entonces no estás respetando la capacidad intelectual de quienes te están viendo anclados por muy diversos motivos, a tu, entonces, escaparate mañanero. 

    Lo de periodismo ni lo nombramos, cuando descubriste que existen ricos que desde su publicidad te puede soltar millones para que elabores un producto industrial carente de ética, carente de la esencia de ser un descubridor de lo que sucede en los hechos.

    Pena de digresión, porque oyes, triste, como tras años sin oírle, un: "si es catalán, no lo como".

    Descubrí, siempre por encima, es mi desgracia todo el poder social que existe en Barcelona; es muy ciudad amada, como con gente como Karo, Berlín, será mi lugar para creer en otra sociedad. 

    En "A vivir", Javier del Pino y en "Carnecruda", Javier Gállego se han hecho eco de un auténtico y esencial problema estructural en nuestra sociedad. 

    El primero, desde su imprescindible y transformador magazine de fin de semana, intuyó y recogió todo el movimiento que llevó a Ada Colau y Manuela Carmena a luego ser representantes de sus ciudades-

   En estos momentos con tres millones y medio de casas vacías. 

  Con una exaltación del miedo por la ocupación, 

  Con empresas especuladoras que incluso, pueden tener participaciones en su radio; ha cogido el reto de ayudar a buscar alternativas. Contará con una arquitecta para explorar soluciones que no tengan que estar dirigidas por los grandes poderes financieros.

    Javier Gállego, este pasado lunes, daba voz, en un programa grabado en Bilbao, a colectivos tanto, del País Vasco, como de Cataluña que están abordando, forma valiente, ya no utópica, sino real, un empoderamiento de las personas para que el problema habitacional no esté dependiendo de especuladores, directores de los pasos que debe dar una sociedad. El programa de carnecruda.es, que aborda este problema es el de ayer 07-11-2022. 

    En mi cabeza, existe esta metáfora entre el fútbol femenino representado por el Barcelona y los pasos de una sociedad que crece desde su base. Eso debiera ser España y no la de los padrinos que nos van dando imágenes de glamour, para paliar nuestro sometimiento a los caramelo envenenados que nos van dando en vueltos en papeles tramposos de trapos y sicofonías en sus aperturas. 

domingo, noviembre 06, 2022

Ellas y la única tierra

         Una  A está allí, pintada para describir tu espíritu, impresa en mi, para soñar otro mundo posible 

Hace ya años, con mi boina, con un bastón que protegiera mi tobillo maltrecho, me vio quien me había estado viendo utilizando mi extraña juventud, explotando la sangre que bullía para ser arrojada en olas continuas para derribar barreras. Me habló como si fuera una persona derrotada, esperando la extinción.

  Ha pasado tiempo; pego brincos con las palabras porque quienes me escuchan no se activan; compro instrumentos, por si soy capaz de darle un sonido que recuerde a Dylan, otro día que vuelvo a escucharle con sus abrazos en letras y sus besos de una garganta que le extrajo un corazón que comparte. 

  La belleza, diría Luis Eduardo Aute; esta está a mi lado derecho, en un frío y soleado domingo de otoño, contemplo la subida a Vazancao, antes está la reñal, su higuera y multiples y juveniles recuerdos. A la entrada ha quedado la estructura desmontada y amontonada en tres pequeños metros, de un andamio que ayer cubría una fachada de diez metros de altura. 

  El equilibrio del momento, tiene la musicalidad de la voz de Juan José Millás y Javier del Pino, podríamos decir que todo tiene el abrigo de la honestidad, al contrario de lo denunciado por Ignacio Ramonet, ex director del Le Monde Diplomatique, con los personajes de su nuevo libro, que han conseguido que la verdad parezca que pierde su vigencia por la repetición y porque enfrente tiene la frescura descarnada de la piel de la desvergüenza que tiene la mentira.

   Este fin de semana, un grupo de jóvenes han fertilizado de entusiasmo un pueblo que cierra la puerta del Alto Tajo, como para exorcizar el frío que viene. Sus sortilegios trae un calor envuelto en risas y saltos.

   No muy lejos, a la distancia de un rayo de una estrella, dibujado por un niño, en un museo, dos jóvenes se pegan a los marcos de dos cuadros. Escribo este instante mientras permanezco arrobado por la reinterpretación de "every grain of sand", en Estocolmo este 2022; si aún pudiera tener la oportunidad de ser una tabla del escenario, porque no ser un receptor de esa voz que quisiera reposar sobre mí.

  Las dos chicas, los chicos de Amsterdam, rompen nuestro equilibrio. 

  ¡Como estos desaprensivos pueden amenazar el equilibrio de las pinturas de Goya!, ¡cómo pueden desventar el grácil vuelo de jets privados!, ¡cómo los científicos se rebelan contra una sociedad que se mantiene en el equilibrio tras siglos de nuestras acciones!. 

     Hablan de nuestro único mundo. 

      Nos pegamos con un pegamento de adictos a los combustibles fósiles para que un día podamos andar 2 kilómetros. 

     Vemos como hipnotizados a quien desgaja, como un psicópata, cada pequeña porción de un pulmón de la tierra, es respetado porque dice que embellece las caducas ropas con las que nos vestimos, antes que estas se pudrán como nuestro futuro.

      Destruir nuestros instantes íntimos de encuentros, como esta mañana, porque nuestros manantiales van siendo contaminados con los metales pesados de nuestros abandonos al cuidado de quien nos mantiene. 

      Vamos abducidos, abandonados al círculo que nos han trazado las grandes compañias de explotación de lo fósil, las que las utilizan como adictos, que a cambio, nos proclaman que  no, que también utilizan lo verde, aunque sólo sea como un pijama para cuando nos dormimos y no les consumimos.

      Grandes popes, seres de respeto, lo piden para esas obras atacadas, de forma anecdótica. Necesitan droga dura.

     ¡Qué alguien se queme a los bonzo!, 

    ¡Qué como en aquella película que no entendí, la gente se vaya lanzando al vacío sin ninguna esperanza!

    Incluso entonces, escribirían de lo poco adecuado que resulta que los suelos de una senda por la que pasa un corredor dentro de su pequeña cadencia, sean perturbados con esos cadáveres que debiera saltar y que no le permitirían contemplar un AltoTajo de un equilibrio sublime.

    A ellas, a las que se visibilizan para que sean vituperadas, para que sean reducidas a violentas ensuciadoras de un marco magnífico.

    A ellas, cada grano de mi consciencia. 

   Aunque las sombras empiecen a cubrirnos. Su Sol, es una nueva energía para que no quedemos paralizados

    Not dark yet Bob Dylan, Pet Mackintosh

sábado, noviembre 05, 2022

La cancela

 Decía un egregio periodista falangista, Emilio Romero, más o menos, que la derecha tiene que mentir porque defiende solo a 200 familias muy ricas y no tendría votos para ganar poder en democracia

  El camaleónico Luis de Guindos, siempre ha sabido responder a su equipo aún con camiseta cambiada, la nuestra, la traicionada

Todo lleno de cancelas, a ver como llego yo a comprar el nuevo barco. 

   Y me es necesario, porque por el Henares, puedes ir relajado, muchos días alaño, pero llueve durante una época larga, como excepción y entonces empiezan los desvarios en los terrenos, aparecen manantiales que parecían perdidos, piedras que son arrastradas, árboles que se cruzan en el camino "un sin dios" dirían los de"amanece que no es poco".

    Se vuelve tan loco el ambiente, que escuchas a un, ahora, banquero, antes titiritero para la tele, desde lo institucional y antes, gurú, sin suerte, que dijo que la ayuda a los bancos, no la pagarían los ciudadanos españoles que te dices a tí mismo:

    "Uff lo mío con el río desbordado es una locura, todo destrozado, ningun margen para crear un futuro, pero tiene su lógica porque cuando atacas el orden de siglos, las consecuencias se hacen esperar pero son inmediatas, pero  dar valor a un fullero, tampoco debiera ser nuestro "modus operandi".

     A la zorra que ha avistado hoy a las gallinas, le ha dado un mordisco un perro. Nada que no suceda en la naturaleza; en  la de un ser humano, las cosas son más raras; sucede que un monstruo, no por feo, no por tener siete cabezas; si, porque le ponen un micrófono amigo y parece el Messi de la economía que va driblando, dejando huella de su impronta,  de su capacidad para el regate, para para el tiempo, para hablar de un futuro brillante y claro, te lo dice en la televisión y te pones de rodillas, para escucharle y de pie para seguirle. Pero claro, con el tiempo, te das cuenta que no te puedes poner de espaldas, ni, desde ese lugar, agacharte para recoger una moneda que te tire. Por un pequeño rasgo te das cuenta que es falsa, y por los goles que van cayendo, pero en tu propia porteria, concluyes, este tío me está quitando la pelota, se la está dando al contrario y me está haciendo falta a mi mismo. 

     Eso te lo ha hecho hace tiempo y te quedas con la cara más estúpida que has podido poner a una broma pesada. Ahora le ves en la pantalla de nuevo, con la misma jeta, las mismas artimañas y hablando para tu equipo, pero debajo ves que lleva la zamarra de tu contrario, los bancos, y entonces, por mucho que en la televisión pública pongan su efigie y sus palabras, sin la contraprestación de mis mejores defensores y centrocampistas que saben como minimizar las trampas que nos va poniendo el infiltrado en nuestras propias líneas y tú, como delantero, te quedas aislado, entristecido porque no te van a llegar balones. Estas tristes, como cuando te acuerdas de los bocatas de panceta con queso que te embrutecía de gusto, pero de repente percibes que todo empieza a funcionar que los defensores y centrocampistas le quitan su disfraz y sabes que te van surtir balones y que a ese fulano, le podrán alabar por su capacidad de trasvestirse, como a su dama negra, pero tú puedes llevar a cabo tu verdadero juego, sin que los cimientos te los corroan.

      Son los días en los que las cancelas con las que te han ido poniendo cielos sin estrellas, van saltando, aún sabiendo que, incluso, el que es salvado por lo público, creerá que algo tendrá la cabra, cuando la suben tanto por la escalera.  

      Si, porque les lees la mente y les conocen porque la flauta es la de Hamelin; no el saxofón de John Coltrane, sueñas.

     

viernes, noviembre 04, 2022

La Adquisición

 Sembrando por lo baldío descubrí que un metro de esfuerzo, también se puede medir en kilos. No es fácil descubrirlo, más si es de una forma tan abrupta como me sucedió a mí. 

   Mi señora había puesto la paellera en modo receptor de un Sol, que para ser Noviembre es muy intenso. En mi cuarto de "inventor" estaba yo terminando de limar una pieza, con una lima del 8. Mucho más dura que la la caña del 3 de mi saxofón, pero claro, todo tiene su lógica, esta ultima recibirá mi saliva y la de bici voladora tendrá que soportar unos calores que en verano, se hacen tan insoportables, tanto que las últimas pruebas las tuve que hacer en la selva de Irati. Allí, sus árboles parecían acariciar mi locura de empezar a planear, si llevando un paracaidas, pero con la duda si se abrirá si no he cogido la suficiente altura.

    El caso es que fuera por ese calor, fuera porque el roce hace el cariño, pasó que la paellera se soldó con el techo solar que le había puesto como protuberancia protectora a mí bici. A mi, me pilló sentado ajustando los pedales, porque ya sabes que estas eléctricas como forma de lavar su imagen, hacen que el conductor mueve los pies para que active un poco el corazón. 

   Las fabricantes de bicis, lavan su conciencia por haberlas hecho una fábrica de colesterol, haciendo que muevan un poco los pies, como las eléctricas dicen que generan energía a partir de las placas solares, pero un poquito, porque la mayor parte de su negocio lo extrae de las fósiles. 

    Trampas con las que cada uno calmamos nuestras ansiedades.

   El caso es que la paellera activo el mecanismo que ya tenía instalado y vaya, me ví volando. Allí, salieron todos mis miedos, ni pedaleo, ni leches, iba tan tenso que mis piernas parecían tomadas por hierros que, podían sentirse despreciados, porque todos las partes de mi aparato, ya volador, estaba hecho de composites de materiales nuevos. 

   Ibamos cogiendo altura; a mi no me quedaba más remedio que relajarme y ya empiezo a pedalear y a mirar para abajo. Allí, sobre un montículo, estaba la chica de ayer. Fuí a llamarla, a gritar, pero desistí; me vinieron los recuerdos compartidos que fueron intensos. Me relaje, como a ella también la ví contenta de su actual situación

   Subíamos más, pero más de un exagerado muy alto; tanto que no sabía si me quedarían pulmones para tocar el saxo, porque parecía como si mi fuelle se hubieran pegado en sus paredes.

    Al llegar a unos diez mil quinientos doce pies de altura, levanté la cabeza y me dio por mirar al lado izquierdo. 

  ¡Hostias, que venía un cohete!, pero como vienen estos, a toda leche, sin freno, sin control porque no ví a ningun piloto, ni nada parecido a una perrita Laika. Me tocaba a mí acelerar, pedaleando, aunque no sabía si aguantaría una presión sobre los pedales a los cuales no había terminado de atornillar.

   30 metros me sobraron, para que ese artilugio no me destrozará, ni me desintegrara; pero sobretodo me salvo que hiciera una tumbada, como las de Márquez, desafiando la gravedad, casi un 65 por ciento, si lo hago un poco más, me pongo a girar y lo mismo, al terminar la rotación, me hubiera dado el candado que llevaba abierto la escotilla de la nave, "china", que pude leer en su idioma "eh chicos, estamos en prueba".

    Al rato, delante de mis narices, ví que se desintegraba; pensé, ya podía haber sido antes, sobretodo cuando una pieza que se había salvado, seccionó la soldadura que se había hecho entre mi paellera y el techo. 

     Empecé a caer, en forma de misil balístico; cerré las piernas y aferré la bici a mis piernas. Cuando ya estaba a punto de tomar tierra, con el paracaidas abierto, pero siguiendo cayendo con fuerza, mi paellera nos adelantó en la caida y se quedó debajo de las ruedas de mí bici. Empezó a planear y tomamos tierra de una manera controlada, como tienen que ser los componentes que vas a poner en la paella. 

    No vale echarlos al tumtum. El tener una familia de 40 personas que se juntan para probar este plato tan sabroso, me había salvado, junto con mi bicicleta que no pudo probar ni sus neumáticos, ni su freno; pero yo creo que tendré alguna otra oportunidad, porque cosas raras me pasan.

jueves, noviembre 03, 2022

Gárgaras

 A hace gárgaras me mando mi madre, cuando quise hacer una sopa de pescado y no sé porque intuí, que por hacerla de pescado, la tenía que poner como la mal salada.

  Mi madre, siempre tenía una excusa para no volver a darme una nueva oportunidad y mi padre se preocupaba por saber donde había estado las últimas doce horas. Descartaba cualquier posibilidad de comer algo en lo que yo hubiera podido incidir. 

  Lo veía un poco exagerado pero mi acción de "nouvelle cuisine", casi, había costado un matrimonio y por eso, no iba a ser, lo tenía claro; así, si había estado en la universidad, bien, que estaba a 5 kilómetros; pero si había estado entrenando en las pistas mejor, porque estaba a ; se aseguraba que había estado a 15 kilómetros, al meno a quince minutos en coche. 

  Me dolía aquella situación, al fin y al cabo, les quise dar su propio habitat a aquellas sepias y gambas, pero claro, no conté con que era una perogrullada, hacerlo cuando ya estaban muertos aquellos bichos.

   De estos animales, he descubierto que mejor no hablar más. Les llamas por su nombre, mal; que que son esas confianzas; les llaman por un genérico y un desastre, porque no tienes las ciento de variaciones que se pueden encontrar. Yo, por ello, me voy al baño y mi táctica es un tanto especial, pero creo que me funciona.

  Allí nos ponemos a hacer gárgaras, simple ¿no?

   Yo diría que no, porque de repente nos ponemos a "walk on the wild site"; todos al unísono seguimos la cadencia de Lou Reed y alguien que entra, ajeno a nuestra extraña conversación, nos pregunta "eh baby" donde está el papel higiénico.

    Nosotros que estamos a lo nuestro, cambiamos nuestro ritmo y Jackie que está cerca de una serie de rollos, se pone a bailar. Si es rap, pero más profundo cuando escucha el saxofón. 

   Entonces, porque nuestras burbujas son como son, las lanzamos más altas, con unas sonoras erupciones. Todo eso despista, como no va a despistar si incluso en nuestros días perfectos, estar con ellos puede llegar a convertirse un equilibrio en el sinsentido. 

    Nuestras muecas son de "oh, que agradables es estar con vosotros".

    Para mí, que el centollo, está sobrevalorado, pero no hasta el punto de meterle en una sopa. Esas, y no otras razones son las que me ha dado para marcharse. De un modo, un tanto agrio y quizás en exceso, ha pasado a indicarnos que ha descubierto el "satellite of love". 

    A mí, que quiero entrar en la cocina me ha sacado "out my mind". 

    La sopa, desde luego, nunca volvió a ser preparada por mí. 

    Incluso, a veces, me parecía que estaba en exceso sosa


El señor ¿es pastor?

 Como pastor, durante años, he tenido que soportar muchos "dimes y diretes" acerca de mi relación con las ovejas.

  La cabra es otra cosa, durante unos días ha salido al campo en unas condiciones no adecuadas. A mí, me empiezan a mirar de una forma inquisitoria y es que, al instante, me hago cabra; si por algo es, será que les veo venir y me digo: ¡a los riscos!. Antes de ir allí, me avisan, cuidado que hay mucho buitre suelto.

  No doy muchas vueltas al caso. Ellos están a lo suyo y yo a sacar mi voz y mi aire. No es fácil, si fuera para cantar, bueno, hice mis prácticas y me mandaron a balar. Yo creo que no puse toda la carne en el asador; por entonces el veganismo empezaba a tirar de mi, pero yo creo que más bien fue porque me tomé la canción protesta a la ligera,  y esas letras de tú, yo, mi amor, soñar entregado a tí, pero no al aire que eso si que es más profundo, te hace banalizar, incluso la ingesta de un buen o mal jamón. 

  Pero claro les tengo que aclarar, pongo, por ejemplo, el color de la perilla, si, contra más viejo más detalles externos para disimularlo, y la caña que me llevo a la boca, pero sin espuma, hubiera dicho que es para un saxofón y para que los ensayos, hubieran aumentado la agresividad y es lógico, las corrientes de aire cambian de costumbre y escuchas y ves a los vecinos un poco más agrios contigo. 

 Tú, te imaginas con otra caña, porque aquella anterior te dejó. Nunca te dijo porque; vaselina o cualquier otro producto que haga que el anzuelo entre mejor y el hilo no se enrolle, es algo a tener en cuenta; por lo que parece también ella, quería que le diera un mayor carrete y la vaselina se la tiene uno que aplicar en las costumbres rudas, pero, como siempre, al automasaje lo han definido como una de las multiples formas de perder la vista; pues es empezar a frotarte y, algunos días se te vienen malos rollos y al final, pues eso, que te lo cortan,

  Así que sucede que un día, ya te importan un carajo lo que digan de tus relaciones con la ovejas, o con las liebres que las pierdes porque como en el patio, se quedan comprando chicles y tú, iluso, vas contando ya que el dado, con su número tres, puede ser un sobresalto de miedo.

  Y te clavas ahí, silente, por eternidades y les pones nerviosos porque se enredan con sus chorradas y se les hace pegajosas y ya de paso, te vas al aprisco y le mentas al señor, ¿no estará aquí por las ovejas?

  Se rasca la cabeza, no contesta por uno, dos, tres minutos y por último, como para crucificarte, afirma ¿Donde leches la echas que no tengo ni un maldito queso?. 

  Ufff, mejor no decirle nada; al fin y al cabo es su padre el que todas las mañanas se empeña en bañarse en esa leche. 

   Claro, tampoco se la voy a poner luego al señorito, aunque no creas que no se lo merece

martes, noviembre 01, 2022

Los dinosaurios, la no competencia

 Se rompió el cable, cuando creíamos que subíamos a una velocidad prudente. Alguien lo había pelado lo suficiente para que nuestro ascenso se tuviera que hacer por escaleras sinuosas y con miedo a caídas vertiginosas.

 Entrevista Aimar Bretos a Javier Ruiz, por la publicación del último libro de este: "Edificio España, el peligro de la desigualdad". 

  Después de años, cuando las primeras veces me pareció que Javier tenía una pedagogía periodística necesaria y dirigida a las personas, vuelvo a centrarme en lo que dice y en su sinceridad.

  Da claves para comprender todo lo que nos sucede en este pais. Se dio el poder a los ricos y al Estado se le concedió la tarea de ser un órgano represor de otras visiones tan dignas, como diferentes y de difusor de hagiografías tan falsas como ensalzadoras de seres e instituciones que se refugiaban en la verdad del cartón piedra, al que le habían dado consistencia y presencia permanente.

  Habla de unos ricos que se han hecho fuertes en la punta de la pirámide, entre otras cosas, porque cuando ha llegado la democracia han tenido a serviles y taimados periodistas que han fabulado para crear relatos entre los ciudadanos, donde los malos, son muy malos, por mor de sus imprecaciones y sus bravuconadas, amparadas, como aquel día, por ejemplo, con skinds heads, más raudos que la policía.

  En España, esos ricos, hace muchos años, brindaron su puerta, con sofisticados mecanismos y con un cinismo que pudre la convivencia social. Hablan de los otros, como los okupas, pero olvidan que hay abajo, dice Javier, están los que son parte de los cimientos en los que ellos viven muy bien. 

   No temen, y es triste por otra parte, que la violencia de esas personas empobrecidas les llegue a ellos. Han conseguido que existan grupos de policías que se crean que pertenecen a la clase de los de arriba, aunque sea para servirles. Años después de "rodea al Congreso", no "toma el Congreso" como parecía alguna parada organizada por sindicatos policiales, el relato es desvirtuar y poner dos adjetivos para desprestigiar y despreciar a una gran fuerza de la sociedad que veía que la corrupción campaba a sus anchas y que la crisis, provocada por la codicia de los poderosos, la iban a pagar ellos. Jóvenes con más respeto por la ciudad que quienes la habían incendiado, no en anecdóticos contenedores, sino en condiciones imposibles para subsistir de una gran mayoría de la sociedad.

   Eran más respetada por los medios, publicitados hasta el esclavismo, una ministra de gobierno que pedía luz a una Virgen, que luego obró el milagro de colocarla, por los servicios prestados, me imagino de poner aquel mantón, dentro la estructura de la organización empresarial.

   Un detalle que iba implícito en lo dicho por Javier Ruiz y que en la avidez de tiempo de los 29 minutos no ha podido ser pormenorizado era el de la vivienda. 

 Cuando afirmaba que en este Edificio España teníamos varias estructuras que estaban muy por detrás del Europeo; este era un aspecto, crucial. No tener un parque público de viviendas o habérselo dado a fondos buitres que como primer y ultimo fin tienen obtener las ganancias de sus inversores es una fracaso tan monumental que en este periodo de nuestra historia será un fracaso no tener la valentía para afrontarlo.

  Reconocen Aimar y el autor del libro que les afecta todo lo que se publica en redes. Los políticos y sus necesarios asesores miran las encuestas y las tendencias. Son conscientes de los métodos, inhumanos y maquiavélicos que pueden utilizar los que han nacido para perpetuarse dioses, incluso con el 10% de su riqueza; pero quieren ser más. 

   Quieren rehacer los evangelios y destrozar los ojos de una aguja para decir que yo pude vencer la maldición de aquel enviado, un tal Jesús, y la he atravesado y aquí estoy vivito y coleando. 

   Entre sus tretas mefistofélicas tienen poner a periodistas que con un halo de pulcritud, hacen las preguntas necesarias para ser llamados miserables. Cuando una periodista no sabe analizar o esconder los casos de lawfare  y el poder absoluto concedido a otra especie de servidores, encerrados en juventud para ser platillo de una balanza y no fiel de ella, entonces, nos podrían producir dos reacciones, contrapuestas; por un lado, nos daría pena por no ser capaz de trabajar en la comprensión tanto de su poder, mediático, como del judicial; pero, por otro lado, y nos tememos que en el más que posible,  estaríamos más próximos, a la repugnancia porque sabiendo todo lo anterior, ha querido poner el foco en su entrevistado, como parte del problema. Tantos como ella, quieren aparecer como periodistas o legítimos analizadores de la realidad pero se convirtieron en unos subvertidores de pensamientos que no tienen las claves que ellos poseen. Ante un patíbulo, a tu reo, no preguntas que diga su verdad, porque enfrente se la has preguntado a alguien que sabes que tretas utiliza para conseguir sus fines. Como pagador te podrán proteger, sesudos analistas, más o menos honestos. En realidad, eres lo que quisiste convertir a quien mostraba tu falta de escrúpulos, basura.

   Necesitamos las viviendas de la Sareb, tomada por presidentes, que luego se van a lo privado; otro desvarío permitido. Empoderar a las personas para que su vida no sea pagar hipotecas, sino hacer Estado y convivencia. 

   Se puede tener una imagen pulcra en el exterior y aquí, por haber conseguido cosas, que parecían imposibles, pero el estado de la sociedad, necesita más, porque silenciosa, demasiado, quizás, existe una base social que apoyaría la valentía. 

    Enfrentarse a las tres patas de un taburete que la semana pasada sometía y humillaba a un enviado de las élites, para hacerle ver quien mandaba, en nuestro caso, es una necesidad, porque el éxito sería construir sociedad, por encima de alacranes que poseyendo un veneno infecto, cuando rabian pueden inyectárselo entre ellos.

    Dice Javier Ruiz, que incluso en el éxito, fue quitado de las pantallas; cuando ellas son el mayor exponente de la exposición ante la sociedad. Insinúa quienes otros, desde otros canales, pudieron conseguir perpetrar esa canallada. El 83% de la cuota de mercado televisivo está en mano de dos grandes oligopolios. 

     Un Estado no puede dejar dominarse por dos empresas con mutuos intereses para repartirse el pastel de las ganancias. 

     Nuestro cable ha sido mellado por quienes hablan de la necesidad de la competencia, pero eliminándola. Somos dinosaurios de lentos movimientos, pero necesarios para que no nos cacen quienes luego lo van descuartizando, porque siempre, pese a su encendida defensa de lo privado, comen de él.

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y