domingo, octubre 03, 2021

Una mente satisfecha

Satisfied mind es una bonita canción que ayer tuve la suerte de descubrir, cuando durante un rato le dí la oportunidad a Jhonny Cash de ocupar el espacio de Bob Dylan. Desde luego, no es porque un  sometido fanzine pusiera a la luz, una pretendida zona óscura de este último ¡Qué raro es que disfruten y ganen clientes mostrando esos espacios de cantantes, escritores, actores quienes tienen unas fuentes de financiación de su sucesión de hojas que en muchas de sus tintas derramadas, se aleja, incluso, de la decencia. 

  ¿Pero donde empieza la indecencia?

   En las empresas que son las grandes beneficiadas de partidos dirigidos por seres a las que derraman beneficios y corruptelas con la esperanza que lo derramado por la cabeza, llegué bien filtrado y disminuido, a los pies de un pais, que son las personas que caminan. 

   Llevan años, siglos, sabiendo que eso no pasa a sí, que se queda en la barriga, pero no les importa porque son las suyas. A veces, de ese sudor seboso, caen gotas que algunos feligreses parece que entienden que son para su felicidad.

   Pudiera estar la indecencia en los periódicos que reciben ese excedente recibido por las empresas en grandes obras faraónicas o no, públicas casi siempre, "eternas ubres del capitalismo", que les anima a dejar de ejercer una bella profesión como la periodística, para pasar convertirse en una maquinaria propagandista de las excelencias de esos, sus "madames". Era gracioso como un periódico recogía las palabras de una empresaria que ponía en su familia la autoría del descubrimiento de unas cuevas, en este caso "las de Altamira" y otro que ponía en contexto que había sido un pastor y su hija la que lo habían hecho. ¡Qué raro que tanto trabajador admire la mentira de la primera, que luego explotó ese suceso y le entregue su intelectualidad!

  Sigo con la pregunta del párrafo de arriba

  ¿Está la indecencia en los políticos?

   Prometen que sus acciones irán dirigidas a ayudar a una sociedad. Demasiados miembros de esta, identifican la repetición extenuante, admirativa de esas palabras como el mantra de una salvación mágica, aunque descubren que en el día a día, nada de eso tiene que ver con su factura de la luz, ni con la resolución de un problema constitucional que es tener derecho a una vivienda, ni con un futuro que no esté sometida a la empresa privada, su patrocinadora

¡Qué raro es que una gran parte de ese electorado crea las palabras políticas de un país en vías de ser ocupado por huestes de desalmados y no se den cuenta de la incapacidad para que estos políticos cumplan el mandato constitucional, su otro mantra hueco, de satisfacer las necesidades habitacionales.

    Un cáncer en la sociedad, por ejemplo Madrid, y en los partidos que dicen atender al obrero, es que en sus estructuras se introduzcan bocazas, mercaderes sin escrúpulos que lo que hacen es ir trepando para, al final, descubrirse que eran servidores de nuestros primeros posibles acusados. 

¿Cómo puede llevar ese psoe madrileño estar colonizado por un A.M Carmona que durante años ha parecido un vendedor de humo y ahora, tras su último número de magía, se ha desvanecido por él, transmutado en un directivo de una empresa que con sus actos coordinados con otras, sueña con desequilibrar el funcionamiento de un país? 

   Por último, ¿Soy parte de esa indecencia?

 Un día, como cantaba Jhonny, descubres que es más bello, tener una mente satisfecha entre los andares dubitativos que ama las miradas que escrutan, los actos que visualizan a los migrantes y las palabras con las que te exploras por si salen atropelladas, para tener que ser pisoteadas, pero cuando compruebas que son leídas, poco pero este pasado mes de Septiembre por una media de 23 personas diarias, se te ilumina la cara con una sonrisa porque lo que parecía un desierto, cuando fluyen te mecen arrullando cada poro de tu piel, aunque en algunos casos, estes casi seguro que busca el marcarte y controlarte por siervos

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