Parafraseando a un cronista de la ciudad que empezaba sus crónicas, con "estando en el bar para esas familias de antiguo abolengo "; empiezo la crónica de aquel día, durante las fiestas de la ciudad, en que nos hallábamos en aquel primo número que apellidaba al nombre medieval. Mis compañeros de fatiga ya trabajaban; yo, ahora me lo recuerda el tiempo necesario para la jubilación, andaba por esos estudios que tanto se me atragantaban y que me hacía agarrarme al botellin de tantas y tantas noches.
Mientras las dos personas a las que acompañaba pedían el famoso "café irlandes", era necesario "ponerse a tono" para entrar en ambiente de las fiestas. Nada pasaba, conversaciones de esos días. De la intranscendencia de una no amistad, sin que por ello reconozcamos trascendencia incluso en la amistad.
A la segunda petición de una repetición de una cara bebida como para mí podía ser "ese café irlandes", percibí algo en mi interior que no se si había vivido hasta entonces en mi nube de cierta confortabilidad. El camarero, con el que tiempo después viviría la misería de un trabajador sometido, miro al dueño como dudando que tuvieramos la capacidad de pagar aquellos alcohólicos manjares. Mis compis, andaban en sus historias, pero yo en algunos momentos he tenido las antenas desplegadas para oír lo que pasaba por los alrededores.
El dueño me lanzó con una fuerza descomunal a la realidad y al saber donde estaba mi lugar. Le confirmo a su servidor que les diera lo pedido que los pobres tienen también derecho a tomar, algunas veces, esos cafés tan exóticos para mí.
Qué se lo dijera a un sirviente y este, siempre desmostrará esa sumisión, supera mi capacidad de comprensión de los medios por los que reciben la información quienes luego soportan a esos patrones que apoyan a políticas que, haciendo populismo bajando impuesto, sobre todo a los ricos, después defienden que
La educación no es derecho para todas. Y entonces, comprendes porque tantas fuerzas de la sociedad que salen beneficiadas, gastan tanto dinero para mantener a esos yonkis de la desinformación con sus publicidades que antes hemos pagado en los sobrecostes de tanta obra pública.
No hay comentarios:
Publicar un comentario