viernes, julio 03, 2020

PorCausa, performance, Spectram

Ayer PorCausa nos ofreció primero, una performance; segundo, datos donde apoyarnos para indicarnos la realidad de la migración, la realidad vivida por dentro, de cada una de las personas.

la veracidad de sus condiciones de vida en nuestro pais; al que investimos de dignidad por nuestras pasadas, presentes y futuras grandezas, pero en el que obviamos las condiciones en las que son recogidos los frutos de hueso que en esta época saboreamos.

   Por unos segundos, el primer momento, cuando hablaron de performance pensé en mis sueños, sólo esos, de crear realidades paralelas que me sirvan para explicar algunas de las situaciones vividas.

 Justo cuando iba a empezar, la performance, a las 13h., y arrebatado por el tiempo justo con el que había abierto la pantalla, porque uno de nuestros mayores, de 91 años, se me había ofrecido, minutos antes, a preparar el mango de una azada; la sola visión de su presteza, de su sabiduría y menticulosidad para hacer un buen trabajo me hizo obviar el tiempo, para contemplar la maravilla. En esos instantes de nerviosismo, por si llegaba, una vez más tarde a una cita, leía a David Fernández, periodista, en un twitter, en el que un niño del Congo, con una pequeña porción del coltán que había extraido se ponía en comunicación a través de ese material, con alguien de la parte del mundo que hábito.

Muchas veces he podido pensar en aquel niño, que a través de un video denuncia que contemplábamos en el instituto, contaba su trabajo esclavo, como si fuera un juego.

Estaba vez era yo, quien tenía la oportunidad de hablar con él, porque una esquirla de coltán que ha encontrado, era parte del que sirve para hacer funcionar mi teléfono.

Me demanda que cuando vamos a venir para darles mejores condiciones de vida, porque ha podido ver que estoy en una sala con una televisión. La atribuye la cualidad de enseñar la realidad. No sé como explicarle que no, que no es así. La tele me pone el mismo espacio, aunque sea abierto, que él está pudiendo ver, pero que, también, me esconde muchas de las realidades que lo conforman, y otras que no quiere que aparezcan. En ese sentido, le digo tú, sin la intermediación de la pantalla, puede que conozcas mejor el contexto de lo que te rodea.

PorCausa es mucho más claro y clave en esta exposición de lo que nos rodea. Nos propone el informe Spectram

Porcausa.org. Spectram

Me alegraría que no lo hayas leído, y te fijes en lo que te digo, antes de pinchar. No te recomiendan leerlo en las siguientes situaciones

-          Si crees que todo el dinero para ayudas sociales van a las personas migrantes.

-          Si en tus conversaciones veraniegas, pudieran ser también invernales, otoñales o primaverales, siempre vas a contar a los marroquíes que están sentados en las terrazas, a los que reciben ayudas “a mogollón”

-          Si vas a contar que cuando nos íbamos fuera, viajábamos con contratos y con todo en orden. Vamos como muchos de nuestros jóvenes que salen hoy en día, a la aventura, para trabajar en lo que se les ofrezca.

Si, para tus conversaciones quieres emplear el trabajo honesto, anual, en profundización de estos periodistas, no, no me digas que equidistantes; porque te diré, los prefiero comprometidos, con ideas, pero sobre todo “honestos”, veraces con los datos que te exponen para que puedan ser analizados y contrastados porque son los que te ofrecen desde las instituciones que trabajan con esas realidades.

Si quieres eso, por respeto a ti mismo, y no repetir los mensajes mendaces de proclamadores de cataclismos, en los que ellos, como las cucarachas sobrevivirían, tienes tareas.

Sé asertivo contigo mismo; pon en cuestión quien, ¿cuántas veces?, has descubierto que te ha mentido en otras importantes ocasiones.

Por eso, no me digas que no patrocine estás informaciones periodísticas. Son parte de los muros sobre los que edificio mi existencia. Como en los mercados de la vivienda, existen otros materiales, que me los dan al bajo precio de escuchar sus publicidades de forma repetitiva, no con inocencia, amena, pero que en sus esencias están podridas y son falaces, con lo cual en cualquier momento, me quedaré mirando, estupefacto mi desnudez ante quien pagó esa información que ha horadado los cimientos de una sociedad que ahora estará postrada a sus falsos postulado.

  Susan George tiene que ser nombrada cada poco tiempo, con una información que nos repitió en diferentes momentos. Los que ahorran pagando menos impuestos cuando tienen un gobierno afín, gastarán mucho, pero desde luego menos, que si pagarán esas tasas,

Por Causa, se nos hace necesario porque su trabajo, han demostrado que es imprescindible, respetuoso y profundo para, por un lado, visualizar a los migrantes como los seres en transición que somos todos, y por el otro, para tomar conciencia del negocio que existe con ellos; desde el origen, donde traficantes comercian con su necesidad de encontrar una vida mejor, no sólo para ellos, sino. en la mayoría de los casos, para las familias que se quedan en su tierra. Hasta aquí, en nuestros campos azotados por una calor, cada vez más repetitivo, cada vez más inhumano, donde se les entregan a unas condiciones de sometimiento para que nosotros podamos introducir en nuestros paladares, sedientos de sensaciones placenteras, melocotones que nos recuerden las infancias algodonadas que se deslizar voluptuosas por las comisuras de los labios, eternamente insatisfechos, de forma consciente olvidadizos de las palabras vehementes de modernos negreros que no quieren inspecciones, como nosotros no queremos saber que los kilos que puede recoger en un minuto, esas personas, son el pago para toda una jornada de trabajo de 480 minutos, al menos.

Spectram un trabajo a agradecer a Ana, Juan Bautista y un equipo que anda detrás, que al hacernos conscientes del otro, nos tiene que hacer reflexionar de nuestras posturas, de nuestros olvidos y de la necesidad de tener una vida ética, porque la sumisión nuestra a la mentira y la de los migrantes, a los actos denigratorios hacía ellos, es el principio de una violencia que nos envilece





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