I was sailed in a new project. She didn’t wait me. The countryside now dried my spirit. Nothing could happen if the time finished.
Maybe the next 4 days would be important, but she wasn’t sure; I had lost her confidence and tough that maybe could change in the life course. Sometimes, I has loved sports; another time, I had thoroughly read good history and roman books but now, I walked close the river to find out my sister, Genara.
When the Berta’s sister disappeared, years ago, the row was tinny and dangerous, nobody wanted to travel it. She should do it.
The climate change has arrived years ago; as someone said this is a cycle that we’re speeding up. Ok, I through, this is the question. World are always changing; the problem is our actions.
Genara taught with stories close to her life to explain contents. Berta had understood that around her sister had strong powers that didn’t like her
Catholic hierarchy and landowners, those eternal ideas that submit common people, had symbiotized with that person, eroticized by absolute power
Berta should be murdered behind the message of love, homeland and progress, although the last word was only for rich people
En su habitación, ella, sóla, percibe el horror. Su vida, ya, ha comprendido que no vale nada para verse en otro atardecer, en ponerse un nuevo vestido, escuchar la canción que la erotiza desde la primera vez que la bailó con su marido.
Como ama tanto la vida, podría haberla invocado en su mediocridad olvidándose de denunciar la apropiación de aguas y terrenos que son de todos. Seguro que aún tendría derecho a compartir los ojos azorados de su hijo, cuando llega la bella vecina para seguir jugando con él, pero, ellos, ya adolescentes. percibiendo que otras experiencias les llaman.
Seguro que ese pantano de bárbaros, aún les concedería el privilegio de bañarse en alguna nueva cala artificial, sintiendo el cosquilleo de unas ramas anegadas que claman por el viento que las frotaba con besos.
No, cuando entra él, sicario por múltiples de sus razones que le han rellenado el cargador; ella trata de darle un bastón para que su mentira de alimentar a sus hijos, no le deje caer por su desequilibrado apoyo, al quitar otra vida; trata de vestirle aunque sus vergüenzas estallan en la gangrena de utilizar una arma ponzoñosa.
A Berta, en edad para ser marinera a puertos donde se descubran nuevas madrugadas, tras el disparo la atrapa el sueño, en una pantalla. El arma será la neurona de su asesino, con casquillos de oscuridad y risas de tinieblas. Son los volúmenes, que sólo han sido ejecutores de enemigos que ellos no tenían.
Se enciende la pantalla, el río rellena los escondrijos como surfea sobre tierras ayer secas; juega con los triángulos que ayer eran puertas por donde salir a una nueva lucha y hoy, se ha convertido en una ventana de ojiva por donde ni un rico entrará en el reino de los cielos, ni tu deberás intentarlo más que darla de lado como en un slalom con cadera de merengue.
¿Cuántos no están?, a las “Berta”, ataviadas con la muerte por pretender parar proyectos con fondos “honorables” de inversión para sangrar la tierra, la revive la quietud del danzante, sin movimiento por siglos, que se despereza de la oscuridad para trazar arcos para puentes con las otras, líneas donde atravesar horizontes, círculos sobre los que botar para ver los futuros con manos que te equilibran.
Quizás me sueño Polunin, mejor ella, que risueña me recuerda que mis articulaciones de calcio en sus duros viajes, flota en la comunión de un sueño de respeto a la naturaleza esplendorosa, por eso, agitado en pies, manos y troncos; necesaria, por eso interactuando con el espectador que, ahora se ve parte necesaria para salvarla; sublime, cuando tras recorrer el escenario, se abraza, en el medio, a sí mismo, porque es ella.
Remeros con palas pintoras a lo imposible; timoneles, con palabras cubiertas de las riquezas de sus absorbentes raíces, a nuestras Bertas, con cada trazo, con cada palabra la latís, nuevas amazonas
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