Me imagino que un periodista se tiene que sentir incómodo cuando es señalado desde el poder político, porque detrás de este está el policial, el judicial y sus espectadores por alguien que pasa a ser cuestionado.
Hablábamos, el otro día, de la importancia que se le dio en un pasado, y en un reciente presente que se está desarrollando a las noticias que salen por la tele.
Cuestionarles, por parte de quien crees que siempre ha debido ser honesto, pone en el disparadero a alguien que tiene en la honestidad y en una correcta información sus herramientas de trabajo.
Un periodista que cuando debe dar los datos sobre los partidos políticos que intervienen en el funcionamiento de la sociedad, olvida uno, que siempre, por otra parte, recibe denuncias, que el tiempo demuestra como falsas, realiza una labor desinformativa y alejada de los cimientos que debe ayudar a construir el tejido social. ¿No debe ser el mismo estamento periodístico quien, por su prestigio y por su funcionamiento que ya indicamos se basa en dos pilares esenciales, quien denuncie esa mala praxis?
¿Por quién puede sentirse ofendida una asociación de periodistas atacada? Ellos mismos dejan de tener la dignidad de su profesión, si a periodistas, estén o no afiliados, que son vejados con mentiras y ataques, sólo ofensivos, porque presentan verdades de los políticos que les interpelan con agresividad, les oponen, señalamientos, concedamos que inapropiados, ante informaciones que dejan de estar constatadas para ser sólo meras opiniones, que en este caso pasan a ser partidista.
Difícil dilema, cuando tratamos todos de dar la apariencia de ser justos y equilibrados. En este marasmo de análisis de ofendidos; aparece, ¿oportuno? Un informe sobre los asesores que están haciendo funcionar los ministerios. Nadie puede negar la innegable vocación de dar a la sociedad la verdad; en estos momentos, ¿se atiene a ese honesto espíritu dar los datos de quienes asesoran al gobierno por encima de poner en un contexto cuantos existen en general?
¿Puede ser el
análisis de los datos fríos? Se podría afirmar que se duplican cargos, si a
estos se les concediera el privilegio de asentarse en esos puestos; también si
estos asesores dejarán de ser personas para ser corporaciones privadas, que
normalmente realizan acciones que desde la administración se pueden ya
realizar.Y anterior a esta reflexión: ¿existe imparcialidad a la hora de sacar este análisis en la administración general? O ¿no es más necesario hacerlo en administracciones que van a ser examinadas ahora?
Podría utilizarse la ironía para ayudar a recolectar las patatas envenenadas que se han ido repartiendo en tiempos pretéritos, por parte de cajas B, que sirvieron para alimentar difamadores, mentirosos condenados, especuladores de medias verdades y canallas con principios de servir a los poderosos, como nos siguen contando en el libro: “M, el hijo del siglo”; pero, es la acidez la que en nuestra exposición supura datos ante sus juegos de magias, que tienen a la violencia, enmarasca, cuando andan en las oposición, sin poder; y reclamada en sus malvadas diatribas apenas pasadas, como objetivo.
Tenemos las herramientas globales de conocer los mensajes, que estas internacionales del terror difunden, cambiando sólo el idioma, para conocer sus fines semejantes.
¡Viva el periodismo y sus periodistas! Para quien lo ejerce con honestidad personal hacía sí mismo y sus lectores, oyentes o espectadores.
El viaje por la objetividad, sólo podría ser ejercida por una máquina, pero sabríamos que los datos manejados, tampoco serían honestos. ¿Fue una máquina la que olvidó mencionar a un partido político?
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