jueves, abril 16, 2020

Trenecitos con olas

Es un tiempo de olas. El tren que comentaba en el podcast anterior es muy fácil de coger. Vas por el medio, es un continuo sube y baja, divertido. Se supone que tienes una cierta pericia y tener esa sensación de vértigo y de ir con los demás, quieras que no se agradece.

En épocas de muchas lluvias, me imagino que quienes tienen el control de la presa que regula el cauce, tendrán que abrir, como previsión de una desgracia, si retienen más de la cuenta y en un momento tienen que soltar una ingente cantidad de agua, de repente. A la vez de los manantiales y torrenteras, se puede arrastrar mucha suciedad, no pequeña, sino troncos caídos, ramas, basuras plásticas que la masificación humana ha minimizado en su daño pero que puede provocar desgracias. Podríamos sentir que esas épocas fértiles en el río, en la montaña, tiene su transferencia a la vida. Ésta va acelerada en un grado máximo, podemos ir bajando por el agua que creíamos limpia.; pero todo se acelera, como el río Ourika en Marruecos, que bajando desde Sefti Famma, fue subiendo hasta adquirir una velocidad considerable mientras estábamos en el agua.

Sin darnos cuenta nos empieza a pasar a ambos lados diferentes materiales. Puede ser plantas olorosas, esplendidas que han sido seccionadas por un hierro cortante, que va rodando por el suelo. Creemos que tiene una buena intención, ¿quién va a dudar que una rosa, un tulipán, una viola tenga mala intención?. Nos relaja con su visión, con esa idea de sentirnos todos juntos. No sé, por ejemplo con los crespones. En un momento determinado cuando vas a echar mano a esa rosa te das cuenta que no iba suelta que iba incrustada en esa especie de guadaña. Te apartas y te dices, ¡hostias que corta, si me meto de lleno!

Ante ese susto, has hecho una palada circular y la tracción orientada y te metes en la contra. Te costó muchísimo aprenderlas. Te acuerdas que en el canal olímpico de Bourg Saint Maurice, un niño. en una sola contra, creaba delante de tí, una obra de arte, descubriendo cada posibilidad. Te has quedado con el kayak hacia arriba, como buscando descansar.  Cuando coges aire, piensas, te dices, porque nunca me hablan de lo que se ha quitado durante tantos años a la sanidad pública. Se tenía a gala que era más eficiente la sanidad privada. Se las ha dado clientela desde la pública, se la ha puesto alfombras para que ganarán concursos. Muchos de los que concedían esos privilegios, luego entraban a trabajar en esas empresas.

Has tenido tu descanso, pero porque hablan de estas desgracias de hoy y no la de abandonar la sanidad, a la sacrosanta rentabilidad que hoy vemos que no está en la primera línea.¿Quiero no pensar? Me dicen, hay censores, ¿A qué? a las mentiras que lanzo, esto me molesta que me descubran. Y tú ¿te conformas a ese razonamiento?

Si durante años apoyaste la gestión pública, sabes que esto continúa, que tienes que salir otra vez a la gran corriente que nos seguirá empujando para abajo, pero en la última bocanada de aire que tomas, aspiras el suficiente aire para gritar. No hoy, siempre se ha de defender ese tipo de sanidad. Sabes que con el ruido, no te oirá nadie, pero lo intentas.

Ya otra vez en la corriente, disfrutas de esas olas que entre la cresta y el valle tiene tres metros de altura. Es genial, como se puede prescindir de estos momentos tan maravillosos, durante un buen rato, ríes y te diviertes, vas hacía un lado, hacía el otro, pero llega un momento de calma, te giras, vienen maderos grandes, arrastrados. Ahora debes palear, no dejarte atrapar. Esos maderos les ves como con una dentadura que te quiere desgarrar, ¿no te extraña que la CEOE, que ha cogido a una antigua ministra, eso que se llama las puertas giratorias, este buscando partidos que sean capaces de cambiar su discurso, para que se quite del medio quien está consiguiendo que haya renta mínima para todos y que los trabajadores con dificultades, las tengan en este momento reducidas?

  ¿No te da la sensación que en esos troncos, si te alcanzarán y dieran  por ejemplo la oportunidad de montar uno, te sentirías poderoso para entrar a formar parte de una especie de selección natural en la que el reparto de la riqueza se acabará y los pobres seguirían estando como una mano de obra despreciada, aunque eso si le pusieran la banderita por montera?

De nuevo has parado, la maniobra era más difícil, porque la corriente reinante es fuerte. A muchos, les parece natural que trabajando ellos, los inferiores, sean intercambiables. Son los tiempos. Había piedras pequeñas que no te dejaban pasar. Una que casi en el último para entrar en tu punto de destino, te impedía la perfección de la maniobra. Al final, lo has hecho.

Otra vez, aire; otra vez, mirar la belleza del agua, los juegos que te ofrecen, pero los peligros que te pueden deparar. Te quedan muchos tramos en la vida. Quizás hoy, decidas bajarte en esta próxima salida que ya ves cerca.

Palada circular por el exterior, tracción orientada y otra vez que te ves en mitad de la corriente. Paro de llover, hace un rato, la suciedad paso de largo y te dices, venga a descubrir pequeños huecos, donde parar, a pesar de la dificultad. Por si algun día tengo la necesidad y vas y descubres que poniéndola totalmente vertical la pala, te responde ante, y acompañándola con el giro de tu cuerpo hacia el interior de la curva, aún más.

El agua te divierte, la suciedad que se ha quitado en esta época de la atmosfera, nos está ayudando, nos está permitiendo evitar enfermedades a muchos mayores y niños. ¿Quién quiere coger salir otra vez, a la nube de humos que casi nos arrolla?

¿No será ese el miedo que tienen tantas y tantas empresas que se benefician del estado de las cosas actuales para conseguir sus ganancias?

 Incluso en estos momentos plácidos, pasan restos ponzoñosos que nos pueden hacer daño, un antiguo presidente que de jarrón exótico ha pasado a llevar cicuta. Otro, que siendo ya cicuta, ha pasado a convertirse en volátil, por tanto, doblemente venenoso y por fin, te encuentras con algo mínimo, pero desagrable y pegajoso.

Comprendes que navegar siempre va a ser tan bello, como expuesto a que cualquier circunstancia te derribe.

Hoy, consigues parar donde querías, mirar a los ojos de quien consigue llegar hasta aquí y no se ha dormido y decirle gracias. “El agua de mi río es fuente de vida”  así decía el proyecto que hice con Jesús y muchos alumnos-as. Hoy ha sido el río Noguera, y el rio de estos agitados tiempos quien me ha permitido explorar en mis necesidades y en mis posibilidades.

                                                                                                                                                                                                                 SImy


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