sábado, abril 25, 2020

Dub

¿Cómo llegó  Arsenio a ser pariente lejano del pueblo Dragonio? Él, carpintero se acercó un día al río para talar aquel esplendoroso roble. Resulta que cuando empezaba su tarea, llego el grupo de danzantes de Dub y le rodearon con el sonido emanando de un enorme aparato y el ritmo en el cuerpo. Aquí el señor empezó a descomponerse pues siempre había hecho lo que había querido y donde había querido con lo cual, no poder escuchar el ruido infernal de su sierra de mano, le hizo, atrancarse y golpearse en repetidas ocasiones en "salva usted sus partes", todo esto, a ojos de nuestros amigos moradores de la habitación de Dub, les producía hilaridad.

Con lo cual, si antes habían sido ellos solos, en un círculo quienes se abrían y cerraban, como dando la idea que se iban a comer a nuestro antes hombres con creencia en que se comía en mundo. Ahora, unidos otros personajes de los pelajes más variados y contradictorios con las que se puede uno encontrar en una convención de hombres sin convencer.

 Del círculo fue saliendo una línea de estos nuestros protagonistas que se acercaba al coche del, ahora dudoso, leñador que en un descuido y con ese ritmo que le hipnotizaba se vio sin su famosa sierra, terror de todas las arboledas cercanas a sus territorio que temían su aprovechado criterio de cercanía, que él decía ser muy ecologista, pero que a la vez destruía una tierra que necesitaba esos árboles para sujetar los terrenos que sufrían con las lluvias intempestivas que de un tiempo a esta parte se habían hecho asiduas.

 Sin su herramienta hubo un momento que quiso hacer uso de su fuerza que era legendaria en toda el cauce de nuestro río y que incluso se había transmitido allende los bosques de ribera. Pero el ritmo paro y los que hasta ese momento habían parecido unos animalitos pesados, pero inofensivos empezaron a tener un aspecto que le hizo desistir de su reconocido malhumor y furia desquiciado.

Se iba hacía la furgoneta, pero de repente, echando un último vistazo al río, observo que un dragón le llamaba.

- eh!, eh! tu eres carpintero, ¿no?

- Nuestro Arsenio, pego un respingo y un salto para atrás a la vez. Empezó a sudar de forma copiosa y se dijo, esto no puede ser, primero unos bichos asquerosos me desquician con un Dub, desconocido, penetrante y hoy, exasperante para mí y ahora, unos pequeños dragones me hablan. ¿Qué me pasa?, ¿yo que soy tan de la tierra?.

El dragón insistió: somos del pueblo Dragonio, yo me llamo Piranio de Whald y necesitamos de tu ayuda. Sin esperar la contestación prosiguió, el caso es que de la Catedral de ahí arriba nos han pedido los carpinteros que trabajan en la construcción de la habitación con las caras en el techo que como tienen que ser muchas y tan pequeñas pues han pensado que con nuestras manos y piernas (si también las utilizamos como vuestras manos, aclaró) podemos darle una precisión que ellos no logran

Arsenio, podía ser muy bruto, pero todo lo que tenía que ver con la carpintería de alguna manera le calmaba. Así caído en el suelo como estaba, se incorporó y mostro interés por lo que le estaban contando. Ni más ni menos, que le habían visto que llevaban algo en la oreja y que con eso había hecho unas señales en el árbol, antes de empezar.

Así, sin más preámbulos

Y eso ¿Qué es?, señalando a su oreja

Tan habituado estaba y tan poca importancia le daba, porque le era tan necesario siempre, que le costara entender que se referían al lapicero.

Cuando les dijo el nombre y para que servían Varios miembros del pueblo Dragonio salió y atendieron todas y cada una de las explicaciones. La primera es cuando les dijo de donde podían obtener las tintas para embardunar las mejores maderas, que allí tenían, para poder escribir.

Así fue como el pueblo Dragonio, se encargó de dibujar las innumerables caras de la habitación de aquella catedral. Y como Arsenio empezó una relación que duró ya para siempre

Los animalitos del Dub, de repente se habían ido, pero el ritmo se había quedado y de vez en cuando, en días de más agua. Ellos, los Dragonios, con ese ritmo jugaban a coger olas

                                                                                                                                                                        Imy


No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y