.Cuando la corriente te lleva
hacía un sifón. Si ya conoces que existe ese agujero, por el que, o puedes
pasar y salir, hasta ahora; ó entrar, pero estrecharse la salida y no caber, ó
simplemente, quedar en la entrada, sin entrar pero sin poder irte para atrás
porque el agua que pasa por debajo de ti, te succiona como el mejor de los
pegamentos. Tú luchas, desde mucho antes para que esa fuerza no te lleve a ese
sitio de tan improvisados resultados.
De la corriente de la que quiero
hablar hoy, la podríamos conocer como la sana corriente. Esa corriente, que
lleva una agua esmeralda, transparente, que te permite asomarte a las truchas
que voltean alrededor de tí, que cuando golpea una roca, busca una salida clara
del agua, o nuestra piedra te ofrece un espacio plano, claro, sobre el que
apoyarte, para que, levantando el casco, no se os olvide, el líquido se escape
por la parte de abajo de la piragua. ¿Dónde lo observo yo? Por ejemplo, en
CTXT, carnecruda.es y otros medios.
Ayer, me contestaron
de una forma muy cortés, educada cuando les intente argumentar que en la ruedas
de prensa que están dando los representantes de este Estado que afronta la
pandemia, igual se tiene que pedir también honestidad hacía los ciudadanos por
parte de quien en sus editoriales, portadas crean un estado de alarmismo, que
no tienen el fin de ayudar a conocer a sus lectores la realidad. No voy a
defender al lector crédulo que cuando su periódico dice una cosa, habiendo
dicho en días anteriores la contraria, nuestro interlocutor saca la conclusión
de que es el gobierno quien siempre lo hace mal.
Vi, a última hora de la
noche, que una referencia periodística, moral que tengo desde hace años, Javier
Gallego, crudo, y con esto he vuelto a las corrientes duras, fuertes que puedes
encontrar en el río Ara, y por una de las cuales baje, boca abajo, durante unos
interminables metros, son honestas y no te llevan a ninguna trampa. Defendía
que en las ruedas de prensa, se tiene que preguntar y repreguntar porque la
ciudadanía necesita conocer la verdad.
Le entiendo y me dejo arrastrar
por ese agua. Me respeta cuando desciendo, sabiendo mis limitaciones de conocer
la realidad y él la busca, como está mañana con las personas reales, y no me
engaña con algún árbol caído por detrás, un sifón que ha aparecido porque el
nivel del río está o más bajo o más alto o cualquier otra circunstancia en la
que hoy en día se están moviendo, tantos y tantos medios, que cuando van a las
ruedas de prensa, no muestran como carné de pase su traición a la verdad, sino
que van adiestrados, por publicitados y pagados, con los fondos buitres que
están especulando con nuestras viviendas o haciendo subir artículos de primera
necesidad.
Siempre, siempre, estaré alerta,
bajándome en tramos, aunque ya sean conocidos, para explorar si esa corriente,
esos 7 medios que financio, muestran en sus etiología el respeto al lector con
la muestra de los muy diferentes puntos de vista que existe sobre cada aspecto
de nuestra vida. Es un tiempo raro, con la indecencia moral, en forma de árbol
desquiciado como obús, en la que una antigua política, soportada por una
derecha que destrozó la Sanidad Pública y un político que sólo ha trabajado en
chanchullos durante toda su vida, buscan erigirse como corriente a seguir a malditos
sifones
Con vosotros, como con ríos
salvajes, bellos hasta la locura como el Noguera Pallaresa, bajaré atento a,
conociendo mis limitaciones, todas vuestras insinuaciones para seguir
llenándome de conocimientos y apertura a otros puntos de vista, a otras
técnicas de manejo de la pala, barco o incluso de afrontar las agua.
Sigo dudando, sin embargo, que
quien te dirige a esas primeras casuísticas de sifones criminales que hablamos
en los primeros párrafos, puedan tener barra libre, para ya en el sifón, y
esperando que tenga una salida limpia, como tuvo una compañera, ellos crucen
ramas, piedras, y otros obstáculos para que en un momento determinado, estando
próximos al ahogamiento, ellos se ofrecen como extractoras de su propia
suciedad.
Quizás habéis decidido descansar
de tanto ajetreo y no habéis llegado hasta aquí, pero cuando quiero recordar el
agua, muchas veces, aparecen sus monstruos
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