jueves, abril 02, 2020

Reflexiones. Sifones

.Cuando la corriente te lleva hacía un sifón. Si ya conoces que existe ese agujero, por el que, o puedes pasar y salir, hasta ahora; ó entrar, pero estrecharse la salida y no caber, ó simplemente, quedar en la entrada, sin entrar pero sin poder irte para atrás porque el agua que pasa por debajo de ti, te succiona como el mejor de los pegamentos. Tú luchas, desde mucho antes para que esa fuerza no te lleve a ese sitio de tan improvisados resultados.

De la corriente de la que quiero hablar hoy, la podríamos conocer como la sana corriente. Esa corriente, que lleva una agua esmeralda, transparente, que te permite asomarte a las truchas que voltean alrededor de tí, que cuando golpea una roca, busca una salida clara del agua, o nuestra piedra te ofrece un espacio plano, claro, sobre el que apoyarte, para que, levantando el casco, no se os olvide, el líquido se escape por la parte de abajo de la piragua. ¿Dónde lo observo yo? Por ejemplo, en CTXT, carnecruda.es y otros medios.
  Ayer, me contestaron de una forma muy cortés, educada cuando les intente argumentar que en la ruedas de prensa que están dando los representantes de este Estado que afronta la pandemia, igual se tiene que pedir también honestidad hacía los ciudadanos por parte de quien en sus editoriales, portadas crean un estado de alarmismo, que no tienen el fin de ayudar a conocer a sus lectores la realidad. No voy a defender al lector crédulo que cuando su periódico dice una cosa, habiendo dicho en días anteriores la contraria, nuestro interlocutor saca la conclusión de que es el gobierno quien siempre lo hace mal.
 Vi, a última hora de la noche, que una referencia periodística, moral que tengo desde hace años, Javier Gallego, crudo, y con esto he vuelto a las corrientes duras, fuertes que puedes encontrar en el río Ara, y por una de las cuales baje, boca abajo, durante unos interminables metros, son honestas y no te llevan a ninguna trampa. Defendía que en las ruedas de prensa, se tiene que preguntar y repreguntar porque la ciudadanía necesita conocer la verdad.
Le entiendo y me dejo arrastrar por ese agua. Me respeta cuando desciendo, sabiendo mis limitaciones de conocer la realidad y él la busca, como está mañana con las personas reales, y no me engaña con algún árbol caído por detrás, un sifón que ha aparecido porque el nivel del río está o más bajo o más alto o cualquier otra circunstancia en la que hoy en día se están moviendo, tantos y tantos medios, que cuando van a las ruedas de prensa, no muestran como carné de pase su traición a la verdad, sino que van adiestrados, por publicitados y pagados, con los fondos buitres que están especulando con nuestras viviendas o haciendo subir artículos de primera necesidad. 
Siempre, siempre, estaré alerta, bajándome en tramos, aunque ya sean conocidos, para explorar si esa corriente, esos 7 medios que financio, muestran en sus etiología el respeto al lector con la muestra de los muy diferentes puntos de vista que existe sobre cada aspecto de nuestra vida. Es un tiempo raro, con la indecencia moral, en forma de árbol desquiciado como obús, en la que una antigua política, soportada por una derecha que destrozó la Sanidad Pública y un político que sólo ha trabajado en chanchullos durante toda su vida, buscan erigirse como corriente a seguir a malditos sifones
Con vosotros, como con ríos salvajes, bellos hasta la locura como el Noguera Pallaresa, bajaré atento a, conociendo mis limitaciones, todas vuestras insinuaciones para seguir llenándome de conocimientos y apertura a otros puntos de vista, a otras técnicas de manejo de la pala, barco o incluso de afrontar las agua. 
Sigo dudando, sin embargo, que quien te dirige a esas primeras casuísticas de sifones criminales que hablamos en los primeros párrafos, puedan tener barra libre, para ya en el sifón, y esperando que tenga una salida limpia, como tuvo una compañera, ellos crucen ramas, piedras, y otros obstáculos para que en un momento determinado, estando próximos al ahogamiento, ellos se ofrecen como extractoras de su propia suciedad.
Quizás habéis decidido descansar de tanto ajetreo y no habéis llegado hasta aquí, pero cuando quiero recordar el agua, muchas veces, aparecen sus monstruos

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