Cogiendo una partitura aspira a entenderla en su totalidad, desgranando, incluso una armadura, si hiciera falta.
No hay termino medio, durante un largo tiempo era aprender a tocar teclas. Ahora sabe que necesita comprender todo lo que hay dentro y que existe mucha más información de lo que parece dentro de esa hoja y saber cada pieza le abrirá una senda diferente para llegar a ese lugar antes, desconocido y por tanto, sagrado, que es lo que tiene lo que no se entiende, se le eleva a montes y cielos
Millás hace un programa de esos que abren puertas, no para Javier, el chico sordo y ciego que se lo trabaja de una bella manera, incluso con sus descendientes; sino para quienes como Juan empieza a quedarse más a solas con estas hojas y se da cuenta que el lenguaje entre ambos empieza a fluir, no con la suficiencia de quien se dice que ya ha llegado.
Goles perdidos; el banquero Pep no lo admite, se alía con quien necesita sentirse vencedor, incluso de su vida miserable. Sabe que no defraudará a Uno; este y otros Adiccionados, por nombre, son capaces de taladrar el suelo de la embarcación y de tirar por la borda el chaleco que les salvaría. Ser parte de un éxito es el sentido de su vida. Para ello han escondido su dignidad en un mercado del que compran su mercancía expoliada.
Todo para ser nombrados y entronizados, pero en váteres, como parte de la Libertad, su señora de mármol; Ellos se percatan a duras penas que sólo son, el mal necesario que aúpa a los depravados instauradores de las burlescas democracias. Ya, en sus estertores, sazonadas con la inconsciencia de quien se arroja al mayor depredador de la tierra, los impúdicos ricos, que se ríen de los sueños húmedos del sus porteadores, felices, sudorosos y receptores de micciones, valoradas como oro en paño.
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