viernes, agosto 08, 2025

Unas dianas

   Por fin está donde cree que puede devolver la confianza.

   Se metió en un mundo al que no había llegado por mucho que sus ilusiones y su esfuerzo fueran enormes, pero no grandes porque no respondían a los cánones que se deben cumplir cuando se quiere tocar música.

    Escuchaba con ahínco pero se había instalado en su interior, la posibilidad continúa de hacer trampas con lo que se le pedía. 

    Desde con el primer profesor hasta con los actuales, se envolvía en luces y estrellas, pero sabía que en su interior no terminaban de fructificar ni la buena medida, ni la repetición de esta en diferentes partituras.

    El último, como aquel otro, fugaz en tres clases, ambos se percataron ese malabarismo visual, para no acometer el verdadero problema. Leerlas como le había reclamado aquel padre porque eso debía ser diario, y si, sabía él, no había trampa que ejecutar.

    Lucio, en esos días, cuando las realidades quedaban a la luz, se abochornaba y prometía incidir en ese gran abismo que nunca terminaba de cerrar.

    Él pedía responsabilidad a los demás, como ese socialismo que pide fidelidad a sus socios; no a los de ahora, que ya cumplieron lo traidores que necesitaban para intentar destrozar a los muy "denostados" podemitas.

    Cuando Lucio te va pontificando eso, te das cuenta de lo traidores que esos mismos socialistas lo fueron con quienes les permitieron gobernar, cuando se habían dado cuenta, estos podemitas, de lo fake que eran aquellos aupados ciudadanos, o el nombre que tocara en cada momento. 

    Ningún gobierno ha permitido que se le hiciera un escrache a uno de sus miembros, más de dos horas y además con consecuencias, como ponen por ejemplo a aquella aspirante a Napoleón, llamada Soraya.      Siete meses, más o menos, 5040 horas, tuvieron que aguantar en su propia casa, Pablo e Irene, quien le había ofrecido tener un gobierno y lealtad, hasta donde eran sus esencias; hay los amigos de 50 y el batallón progresista o los niños de la gamba, ahora, ya no les encerraría como ese diabólico Page hizo con quien se integró en su gobierno para diluirse. Por mucho que estas Esther Palomeras, se pregunten que ha hecho Podemos, por los romanos de Occidente y Pablo Fernández la dejé con ganas de volver a por otra.

     El taimado Lucio, como ese amigo asturiano de izquierda unida que quiere coalición con socialistas, pretende que el imperio de los jueces, con puerta de entrada, impuesto como el ojo de una aguja por aquel dictador, siga ejerciendo el cuarto poder desde sus poltronas, cuando son los ciudadanos quienes, por ahora, tienen el poder de elegir a sus representantes. Hoy Lucio, trata de desbrozar y desenredar el ovillo en el que le tienen metido unos cuantos de esos jueces, que contemplan como sus compañeros-as permanecen silentes, conscientes de aquella gran lección que dio la derecha corrupta, al eliminar a Baltasar Garzón de la judicatura. Que sea ahora el estado quien tiene que restituir el honor de este juez y borrar aquella vandalización de la justicia; produce otras tantas carcajadas en quienes cometieron aquella felonía. 

    Se le dijo a los buenos Lucios, pero les faltó vista.

    Por eso, ese mandato de corresponsabilidad parece tan gracioso; los meses o los años siguientes les van mostrando que aquellas pesadas Ione, Irene, Laura, Irene eran más honestas en las tareas del gobierno, que los burdos periodistas que con puñales de manipulaciones les iban dando algún que otro baño de masas, tantas veces innecesarios, tantas veces, motivo para bajar los brazos y recibir "crochés".

     En esa balanza en la que quieren poner el seguidismo; su actos traidores les ha terminado perjudicando mucho más a ellos y a los ciudadanos que a un partido que nació de las plazas y que ha recibido tantas toneladas de putrefactos actos que sobrevive ante todo, con la dignidad y reconocimiento de quienes se hacen consciente del maravilloso trabajo realizado

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