Acorde contra el malmenorismo

 Existen ciervas que consideran a los pámpanos de las viñas como algo tan sabroso como bello que merecen no sólo un mordisco sino que quieren invitar a saltar y derribar cualquier valla que se ponga por delante, por parte de toda la manada, para destruidos los obstáculos, ponerse ciegos y hasta arriba del mencionado alimento; las uvas, pudieran ser considerados como un mal menor a esa glotonería que tan planchados y bajos de ánimo dejan a los que dedican su tiempo al cuidado y amor por las viñas.

  Crear acordes entre las notas que bullen en su cabeza, era un problema para Cecilia. Bullían todo tipo de insecto y tañían en tantas frecuencias que plasmarlos en algo inteligible para Pati se había convertido en un reto que le lanzaba suspiros de lo imposible 

 El animal de Peinado lanzaba cozes al viento con una violencia que rompía equilibrios. Las moscas perreras se posaban en quien sabía que les hundiría las uñas hasta quebrarlas.

  Una corza buscaba confundir su cabeza entre los girasoles que se habían abierto para la exuberancia del lugar que tanto atraía a las obsesiones de quienes manejaban cámaras de fotos. 

   Bufaban jabalíes, cómo aquellos otros marranos que no habían podido obtener el poder total. Creían estos, que haber demostrado su capacidad para llegar el éxtasis de la impudicia, les allanaría el camino. 

   Se hubieran llevado por delante a quienes habían animalizado, Irene, Martina, Pablo pero descubrieron a las Laura, menoscanas, a tantos y tan variados Manu que supieron que eran muchos los millones a los que, antes,  tendrían que tumbar.

   Con la capa de himnos, patria y grandes nadas habían amansado a los necesitados que embestirían por su ciego quebrantamiento moral y perspectiva de futuro.

     Existían las disonancias que despistaban a las Cecilia; ellas empezaba a distinguir cuando les hablaba gente como Javier Burón, sobre el problema de la vivienda que gente como Jaime Palomera también trata. 

  La pregunta era clave, ¿Por qué no existe un 15M de la vivienda?

   Raúl Sánchez Zedillo lo describiría animando para elaborar, de forma autónoma, unos acordes de cruda acidez para la construcción de alternativas que tienen el aguijón de señalar a esos que no se atreven por el malmenorismo, por el que siempre tantas y muchos fueron despedazados y enterrados en tantas cunetas.