Nunca he valorado el mérito de esconderse detrás de una cuenta para esparcir odio. Si encima lo hacen gregarios de un partido, poco tiene que ofrecer, o nada.
Cuando se te ha quemado el monte, normal que patrocines al periodismo de bulos, vamos a reconocer que no lo es. A no ser que quieras que se sigan calentando, ahora la cabeza de tus crédulos.
Lo de crear oficinas 16 oficinas contra incendios, parece poco. Es más fácil, crear 5.000, poner ahí un apoderado, que luego en las elecciones ya te puede cubrir las urnas y luego por cada 100 puestos, creas 10 de bomberos y, por no perder la tradición, que existe gente que valora mucho eso, pero no el respeto que se le debe al ser vivo, creas uno de bombero torero que aúna tu grandísimo amor por la patria y las celebraciones de San Juan, tan bonitas que son.
Me escribe Mari Pili, que siempre lee mis borradores, aunque yo creo que como no la pago desde hace años, no les debe prestar mucha atención. Hoy por lo que sea, estaba hablando con uno que me ha mentado "pues el hijo puta ese del pelos" y quizás, mi Mari, que aún así la quiero mucho, se ha interesado por leer la entrada de ayer.
Dice la Pili, que fue amiga de la Juani, que no es bueno lo que he escrito, que parece un vacile. La digo que no, que en la metáfora de los japoneses, llega a existir un trabajador por cada mil comisionistas y que ahí, si, ahí el laborante si que tiene una cierta razón por cagarse no en las putas comisiones, sino en los pendejos, amamantados, culeros, bocachanclas, Santiago Cuneo dixit; que yo ponerle, de cada dos comisionista un encargado para que la cosa tenga un cierto orden, no lo veo del todo mal, eso si, el dinero se lo continuaríamos reduciendo al pendejo trabajador, con unas espaldas tan anchas como nuestra desvergüenza.
Así, con uno por encima, aparece el punta del iceberg que siempre puede hundir aún más el transatlántico de la sociedad.
Por cierto, El Hundimiento, Bruno Ganz, fíjate que interpreto al asesino de masas de la segunda guerra mundial con un acierto y rigurosidad maravilloso. Ahora te quedas pensando quien podría interpretar al fascista que opina que se tiene que hundir un barco; además del Open Arms, como para haber visto ayer la camiseta que lucía, y la cabeza se te va hacía aquella estatua sentada de Comillas y te dices, va a ser que no, ella tiene dignidad.
Y entonces, muy entonces, muy triste te ataca la imagen de aquel haragán que te apartó a la diosa Macarena en el Alhambra, aquella noche de verano.
El tiempo y el espacio no tienen derecho a quitarte aquella oportunidad y no devolvértela más que en recuerdos, para minimizarte, aún más.
Como tampoco lo tienen los amos de los fascistas de ponernos al frente a un, yo creo, sin temor a equivocarme, un haragán, que corrobora Patxi que era el tonto del pueblo.
Así ahí tenemos una patria engrandecida de sus mamones y golfos que echan la culpa a los demás y como dice Sarah: "es que ahí que ser idiota para hacerles caso"; pero claro,
y si ofenden, ¿eh? ¿eh?
Ramón lo tiene claro ¡que les den por culo!, ¡tanta carantoña a quienes piden asesinar al diferente!
¡Algo habrá que decirles!
Un amigo, que como el escribiente no se puede quitar de la propia efigie, los 800 años que estuvieron los árabes en España. ¡anda como el haragán y su novicio de la fiesta!, cree que es mejor apartarse cuando viene el violento y darle todo:
"no ha comprendido nada; primero te apartarás, luego vendrá, otro más fanático y te escupirá y luego llegará más que los anteriores y menos que algún otro y te dirá ¡oye, vaya chica más guapa que tienes! y ya lo mismo te da por luchar o lo mismo dice haber si tenemos suerte y sobrevive; ya no reharemos y cuando desaparezcáis alguien dirá:
¡ no lo veis! eran invisibles y hasta la muerte, siempre sobrevivirás pero algunos pensarán que fuisteis un sueño.
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