miércoles, agosto 13, 2025

Lucas, el para penaltis

  En mi pueblo de arriba, el chico del Ignacio es un fenómeno a la hora de parar penaltis. A veces lo hace sobre un muro en la portería y por más que dieran con el pie, empeine o cabeza, no había dios que certificará que el balón había entrado. Petro se ponía pesado: " joder que ha dado en medio de la portería dibujada.

  Yo le demostraba que no había pasado la línea y eso le exasperaba más. Incluso amenazó con traer a torete que embestía con fiereza, no exenta, eso sí, de fanatismo que eso es un punto en la escala de gradación.

   Luego se calmaba y se dedicaba a vender tomates. Que dicen los de califato que sacan un porcentaje mayor que vendiendo maria; no preocuparse por la chica, hablan de la planta.

    Así que te cuenta, "hola compañero, soy José Antonio me puedes comprar un Chester". 

    Yo enajenado que es la etapa posterior a ser de Sumar, le preguntó: Quillos, Gabriel, Diego ¿quien os ha pegado el vicio? No os habéis percatado de los seres remora que se atosigan a los hígados y terminan siendo catedráticos de la burdez

     Voy para allá y les espachurro.

      No, va y me dice Ana, deja que los maquiavélicos ius lancen un nuevo cebo y les agarre los morros con el gancho y de ahí, por los suelos al matadero.

     Salud y aire, me suelta Pentecasto que lo intento deshacer ese mismo número de veces. Eunuco perdido, pronto dudo de la imagen holística de la chica. Decía ser gran periodista y era una más en los comederos de los florentinos. Ni neutral ni leches, agradecida en un 3/4. Tiempos malos para los Anas Al Sharif y buenos para los espantajos.

   Al Lucas, le tienen marcado. Los para, hablamos de los penaltis, pero este les señala la convencía de encontrar alguna alternativa. No veas como se ponen, ¡Qué no!, ¡Son tradiciones!, como los toros, se asesinan y les vestimos de arte y a otro tema. El seguidismo tiene eso, crea fanáticos que se creen que están cambiando el mundo, cuando, en realidad, están repitiendo salvajismos, cada uno en el grado que le dió su precario cerebro.

   Lucas les crea ilusiones de profundidad y algunos hasta rematan de cabeza y obtienen un chichón 

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