martes, agosto 12, 2025

Una canción encadenada

 Alguien, por lo que sea, duda que después de tres años puedas tocar algo diferente al "cumpleaños feliz"; bueno, la existencia tiene estas cosas; bebes en mala hostia y sueltas eructos. La culpa no es suya; será siempre tuya por haber dado margen a esas profundas disquisiciones. Entrar donde no te corresponde es lo que tiene

  Algo existe de verdad, asegura Encarna, por el día que oyó el anterior párrafo, en un garito donde se servía garrafón, preparado para el seguidismo; parece a esos lugares asisten muchos fachorros que se juntan en manadas para aprender a cazar, algo que ya habrán visto en lugares donde se amamantan.

   Pepe, que está seguro de haber mirado bien si estaba "cerrado el gas", confirma que aquello fue el momento culmen de la bajada a los infiernos. Volverá a caer, es lo que tiene ser racional; si fuera, sólo animal, lo evitaría.

   Cuando ella entró en el lugar, avistó primero a un Pij-1, adoctrinado en lugares de pago, no sólo de sus padres, sino de los ciudadanos, ese logro, le daba para vacilar a aquella Roja. Pij 2 encendió un mechero porque sabe que puede destruir tanto, que aún así saldrán indemnes, lo estudiara años después en algún grado que fabrique la universidad privada nacida "ad hoc" para poder dar títulos a cualquier no que pase por allí, sino que se seleccione y pague, incluso el ciudadano; pues no son chulos "ni na"

    Pij 3 se acerca y se restriega, es lo que tiene haber tenido un ama desde infancia. Los instintos primarios le fueron cubiertos de forma animal, sin ninguna empatía por el respeto al otro, para él, no ser humano. 

     Pij 4 es el más bestia, si adhiero a la manada escondiendo no el rancio abolengo que no tiene, sino el servilismo de sus progenitores; es por ello que despeja todo lo que existe a su alrededor y de forma inconsciente, con el pie derecho, lo aprendió a golpes, se prepara para embestir, lo hace con una inusitada fiereza, tanto que, incluso, asusta a los otros acosadores. 

      Pij 5 es el reportero de todos ellos; es apreciado porque su verborrea no tiene limites y, aunque no se podría extraer una frase inteligible, teje las palabras para fabricar un vestido de desprecio al otro y de agresividad. Bebe y viaja gratis, por agradecimiento de los que sólo tienen la función de bajar la cabeza y hacerla de mureco. Uno de ellos, Pij 6 es un desgraciado, dotado de una belleza inusitada, parece que a esos machotes, con un fondo algo oscuro, les provoca un cierto nerviosismo que sólo apagarán con la violencia hacía el diferente, cuando lo que tienen es una violencia interior por sus impulsos reprimidos.

      Pij 7 es el puto amo, sabe de lo que va el tema; sabe de la fortaleza de la joven que se les enfrenta es por eso, que achucha de forma organizada y consecutiva a cada uno de los cafres, que se reafirma con ese acto de servilismo a la cabeza faro y psicótica.

      Pij 8 ha salido de su inmensa casa, donde se baña en cada uno de los lujos que tiene; fuera de allí, busca estímulos verdaderos, por tener los anteriores, ya, hasta en la sopa. Se lanzará sobre la víctima con la animalidad de ser soltado de las cadenas de lujo.

       Pij 9 está haciendo un "eramus" de bestialismo y recibe su bautismo de fuego, entre risas y cafradas

       Pijo 10 acaba de salir de una granja donde algún gallo ha cantado, entre pagadores de entradas subvencionadas; allí la turba ha repetido consignas elaboradas en laboratorios de ultraderecha y que se distribuye como medicina entre el pienso comido con pasión con masas crédulas de verdades digitales. Los otros diez Pij podrían ser descritos como hordas asalvajadas, que respiran los olores de las meadas del macho y saben que su vida es mejor siguiendo esos efluvios.

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y