lunes, octubre 21, 2024

El móvil de las cosas

 Muchas cosas por emparejar cuando ya se lo tomó ella a la ligera. Miro el ambiente, suelto lastre y empiezo la navegación.

   Lo decía ayer Fermín, si Muguruza, el mar, el océano es la metáfora de la vida. Días para ya donde coger una lancha con varios motores de cientos de caballos, con los que llegar hace un rato. 

    El resultado es darse cuenta de ese personaje que ha tomado el camino de la indignidad. 

    En una aldea, encerrada en el Amazonas , cercana a uno de sus ríos. Tuán expresa que Pitxu ha tomado un camino equivocado, se ha alejado de su protección, ha caído enroscado por una boa de 5 metros y murió asfixiado. El primero es joven, el segundo lo es aún más.

    La gente del poblado, como la madre que nunca reveló las claves de comunicaciones entre presas, para transmitirse mensajes, sabe que el joven les está contando una mentira. Le dejan seguir, cree que se salvará si va aumentando el nivel de su fabulación. Va introduciendo en su narración que se volvió y se dirigió hacía la cabeza de aquella serpiente, que la golpeó y la atontó, pero otra había aparecido y surcaba ya por sus pies, lo que le hizo apartarse. 

   Aumenta su fogosidad y su intrepidez, cuando añade que apartado de la segunda, cogió a la primera por la boca y se la intentó desgarrar, sólo la aparición de un gorila, paró lo que estaba consiguiendo. No porque ayudará a la constrictor, sino porque le dio en el codo y estando en una posición tan equilibrio, le desestabilizó y tuvo que soltar, cuando esta daba signos de soltar a PItxu.

    Iba a añadir algo más, cuando vieron que se volvían hacía Ssiunn que con otros veinte joven, traían el cuerpo inerte de quien había sido abandonado por Tuán. 

    Le explicaron el rito de muchas generaciones en el que se les daba esa responsabilidad a un joven que debía integrarse en esa comunidad tan débil que necesitaba la fortaleza de todos para la autoprotección.

    El castigo para esta generación había cambiado, con respecto a todas las anteriores. Tenían fama de ser, casi inhumanos; estaba vez pensaba que, por diferente y curioso para su tribu, no sería menos. 

    Le dieron un teléfono móvil, donde le enseñaron cosas que no tenían que ver con ellos. 

    Enseguida comprendieron que podría ser la causa de su exterminio, porque allí tenían que estar todas alertas y prontos para actuar.

     Se fueron y se lo dejaron encendido; era el sino de los tiempos, les había llegado el que no se agotaba la batería. 

      Tienes la oportunidad de conocer otras cientos de historias como las que nos has contado tú. 

      Tienes que escuchar alguna de Spanbauer. Como en forma de tragedia griega, uno de sus protagonistas termina cometiendo incesto con su madre; sin que le desgarre el sentido de la culpa.

      A la vez de toda esa tarea, en esta selva sucederán cosas; tu castigo es decidir lo que quieres aprender; de lo que no tiene nada que ver contigo, o de tomar conciencia de cual es tu tarea en la sociedad en la que te ha tocado vivir.

      Sale una voz cavernosa, espirituosa y le anima a lo primero, niega lo que has hecho; dentro de nuestro mundo se admiten y pasas a otras pantallas.

       Mientras esto sucede, todos se dan la vuelta, Pitxu se ha reanimado y quien le abandonó fija la atención en el móvil; ahora, unos seres emboscados en banderas y exasperación hablan con la misma lengua de serpiente con la que lo hizo aquel jefe blanco; que acabó ensartado en sus propias varas de medir.

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