Observo las piedras que me va iluminando la luna, puede que una me hiciera caer, pero esos finos rayos me dan un segundo para evitarlas o remontarlas.
En la mano izquierda tengo las notas las ensayos para la "parada de la muerte"; a ella, alguien la grita "guapa"; da igual quien se está, la agraciada. El problema es donde está el abismo, tampoco puede que este en otro lado de la valla.
Surfeamos las notas en las que otros construyeron amores, historias, sueños, grandezas; las plasmaron para mostrar parte de lo que eran. La boca que dice guapa, tiene en sus cuerdas vocales, en su tráquea, en sus pulmones la fuerza con la que su cerebro ha sacado ese exabrupto.
Guapa, dice, mientras otra mujer desfila no muy lejos, en otro instante del mismo día, para recordar la muerte de su padre, de su madre, de un familiar. Eran los que les habían dado la vida; llegó una pandemia y el "guapa" de la primera fue lanzado a quien dio la orden de no medicalizar las residencias. La señora lo repite, como la vuelven a echar kilos y kilos de mentiras fabricadas por los medios que reciben subvencionados de lo público.
Pueden que estén ahora en el mismo sitio, en un tiempo diferente; a la expulsadora del "guapa" de la primera, no le exterminaron sus seres queridos, o sí, quien sabe cuantoo tiene de locura mi mente, o de perversidad, complacencia y mercadería las resoluciones del juez García Castellón. CTXT desvela la complacencia de la mente de la primera expendedora de "guapa" con la corrupción para que el dinero no se reparta de forma justa.
Si, a las puertas de una iglesia, ¿Qué es una iglesia parece que se preguntara un marciano?, ella le sacaría unas figuras de dos mayores y su niño recién nacido.
¿y?
Les hablaría de la pobreza del nacimiento, de las enseñanzas de su dios; suponemos que el extraterrestre no tiene una inteligencia superior, sólo la de esta mujer, pero eso si, como me decía aquel rumboso, sin ver noticias de España, ni de Bélgica
Y estos ¿son los pobres como los del Belén?
La señora, después del "guapa", se anima y canta una "saeta" a los muertos vivientes. Estos desfilan y se desnudan, les anima el extraterrestre, Lupito, por más señas. Dejen aquí, sus ropajes y sus robadurías,
Lo primero lo hacen, a quien le va a dar vergüenzas enseñar "su chorra o papo" si incluso a este le pueden decir "guapo o guapa, por parte de la cantatriz.
Lupito, el de fuera, recuerdo, coge de la mano a la voz, y su portadora, sin las cadenas del programa, y dice vamos a bailar sobre la tumba de los vivientes, resuena el chachacha.
La chacha se suelta de los otros pasos, los que la han aprisionado, cuando se los han dirigido desde la televisión que proyecta luz sobre las tres figuras inertes, sin voluntad, siendo sólo metáforas con la que se disfrazan lo que no tienen en esa "parade de la desvergüenza".
Señora, tu pareja, te deja en el sitio, te cambia el tiempo, lanza guapa. Por favor, dilo, a esta mujer que ahora coincide contigo. Ten empatía, como debiéramos tenerla por el sufrimiento de la gente palestina. Ama el conocimiento y el dolor por quienes les quitaron a sus seres queridos.
Destruyen la valla imaginaria en la que te han dejado encerrar.
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