martes, febrero 07, 2023

Empezar por lo fácil

   Votan para prohibir una idea, el comunismo, al que se encargan de insertarle el adjetivo de asesino, para dejar como única opción imponer como lo único admisible: la democracia capitalista a la que no quieren poner ese mismo adjetivo aunque haya provocado tantas muertes, tanta desigualdad y dependencias de entes, mimetizados en la glorificada libertad que ellos ejercen desde la superioridad, como un martillo sobre un clavo sobre la ciudadanía que recibe y vive reflejos de una vida en libertad en países que han fagocitado los recursos de otros países, con traiciones en golpes de estado con mercenarios patriotas al servicio del glotón occidente, de guerras armadas por las industrias bélicas de ese insaciable mundo y por democracias, donde sus representantes servían primero a sus intereses y los productos de esos países pobres fluían a los escaparates de los taimados mercaderes, siempre dispuestos a enriquecerse por encima de sus clientes y empleados a los que, consideraban infrahumanos.

  Crímenes contra aquellos ciudadanos tenían que partir de sus tierras esquilmadas y doble crimen porque a ellos sí que les rechazaban, en nombre, también, de un dios en vanos.

   Nos deslumbramos en codicia bajo las luces, ahora de led, apagando nuestra mente para que no viera que mucho de lo que era, lo "comprábamos", nos poníamos como excusa, pero nuestros silencios ante la violencia, era rapiña. El mayor robo de todos los siglos había sido sobre los países tutelados. Eso fue entonces. Ahora, que aquellos países empezaron a salir de tanto miserable propio y ajeno; las grandes fortunas, no tenían ningún conciencia en hacerlo sobre su propia conciudadanos. Aún así algunos pensaban que quienes de sus vecinos lo denunciaban eran los malos. Se cumplía la sentencia: primero vinieron a por......., ahora estaban, en el...luego a por los vecinos. Algunos hoy el timbre y ponían la serie a todo volumen.

    A mi, mi señora me lo dice todas las noches: "chico yo no sé para que recortas el seto, enseguida viene la del chalet de la esquina y se pone la hamaca y ¡hala! a vernos; pero chico, me dice ella, ya no lo hacemos como hace años. 

    Asiento, ya "el papel apenas lo leemos" a cambio a Gerardo Tece le hemos puesto en una peana; ¡Cómo escribe! parece como el  Velázquez sevillano, cuatro pinceladas parecen y sin embargo descubres que no se le ha escapado ningun detalle de una realidad que si te descuidas te niega a ti mismo, para hacerte un autómata de un mundo que puedes vivir "como el mejor de los posibles" si no tratas de mostrar sus fallas.

 

No hay comentarios:

Siameses y mercader

Siameses y mercader
Zaida, Fernando y