viernes, octubre 14, 2022

No es fácil

 El perro, en el pueblo, lo tienen suelto todo el día. Algunos días se viene conmigo a labrar. Es gracioso porque despues de estropear la mula por quinta vez, he decidido que me ponía yo la escollera y me he puesto a tirar del arado.

 Nunca lo hubiera pensado, porque mi perro es de natural apático. Lo de acompañarme para correr, también fue flor de un día. Le puse el collar, yo mi arnés de última moda y los dos quedamos de maravilla. Alguna vez que me vio débil, tiro un poco de mi para que saliera del sopor.

   A cambio, ese primer día todo fue sobre ruedas,de tal manera que alguien nos denunció porque aquello no le parecía creíble. Yo, esa capacidad de asombro, la voy perdiendo pero que el ganso de mi perro, que no ha tirado de mi ni cuando caí al barranco, aunque debo reconocer que se quedó allí, y sin hacer nada, se mantuvo firme para que fuera yo el que casí se hernía

   Pero ese día parecía ser especial, tiró con ganas, durante un buen rato y me salvo que la avenida de agua que dejó mi casa inundada.

   Debo reconocer que he amado a los perros, de lejos y que, a veces, se me hace, por ejemplo "el culo gaseosa" viendo sus vídeos. Pocas veces se me ha pasado tener uno, pero

   Me parece, cuanto menos, curioso, lo de estos animales. Si han escrito muchos libros sobre su fidelidad. Pero claro, son las 23h y empieza a refrescar en ese otoño que no llega, con las temperaturas aún altas, pero que vista la naturaleza con un primor que provoca un paroxismo de emociones, todo parece fruto del caos climático

   Todo esto, en mi perro, me causa curiosidad a donde podrá llegar estos con medios y ese correaje; pero, perplejidad es la palabra que me causan los esbirros, que ahora se quejan un poco porque son puestos a la luz.

    Tu te puedas ser en la puerta de entrada al pueblo y observar como van llegando las diferentes familias; ahora bien que venga un autobus con jubilados de Badajoz y se te bajen para ir a jugar al bingo y a comprar mantas, si que te tiene que extrañar.

     Una pareja de afamados periodistas lanzan alguna queja por recibir una serie de  imprecaciones ante haber sido puestos a la luz, su canallismo y su servilismo a la riqueza. Podrán en un avión privado y exhibir en todo su plumaje, lo que si es, también, verdad es que no podrán aparecer ante el común de los mortales, como almas inocentes.

    El periodismo no es nada inocente y la petición que se está haciendo que la información no este en manos de holdings parece lógicas; se propone una teoría de los tres tercios, donde diferentes fuerzas equilibrarían las ejercidas por el gran capital. 

     Son dueños del casino y ellos los groupiers que nos hacen sentir que tenemos igualdad de oportunidad parar enfrentarnos con lo que sucede a su alrededor, pero no. Esas sectas que tienen a un dios como su referencia, actúa con una desvergüenza que traspasa la violencia porque se protege de unos jueces atacados en su frenesí cerebral por servir a ese dios y terminar siendo el diab.  lo de la injusticia.

      A mi, que mi perro se me vaya a estar horas, me importa. Que un amoral, dentro de una emisora, se pudiera ir a Somalia, ni tan siquiera en nombrarlo. 

     Y es que la última vez, no fue fácil encontrarlo, a veces se va con los de su raza, dice. Para mí, que no; que cada uno es de su padre y de su madres, aparecen, incluso como desalmados; y lo más turbio obedeciendo como si no hubiera un mañana, o al menos una pizca de dignidad para salirse de sus sota, caballo y rey. Además ahora que para jugar al guiñote, ya sabemos la teoría del número de palitos, podríamos hablar con estos táhures para que nos dijeran la cuantía de su sinvergonzonería, pero, ahora se pliegan y reclaman lo que no pidieron para otros. Bueno esto sería otra historia, pero, por entretenerles, se lo quería contar.

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