Visito los pentagramas por si en sus escaleras encuentro un misterio. Su altura es muy grande, pero cuando saltar ni puedo y oír, me está vedado, descubro que siendo yo, mis saltos y mis sueños suben montañas y coronan Everest, pero es tras un paso, otro, y la mano de quién me sujeta, el abrazo de quienes nos descubrimos que nos necesitamos.
Existen los odios de quién no escucha a los demás, como un periodista de La Vanguardia, por nombre Pedro, que dice no oír el podcast de La Base, pero le desprecia sabiendo que quienes perdieron la dignidad, aplaudiran con las orejas al que él, el tal Vallín. Atacó a ese tal Pablo, fue vicepresidente de un Gobierno de España, por votos, no defendió a los ricos, ha vuelto a sus puestos de trabajo, enseñanza, periodismo, sin acudir a pesebres llenados con dinero, como recompensa.
A Iglesias le ha llamado sobre todo fusarista, vamos defensor de Putin; Enric Juliana, Antonio Maestre, al oírlo, como en el experimento de Pavlov, han sentido que sus orejas se les alargaba y aprovechando la ocasión, las han utilizado para aplaudir la osadía de meterse con su ogro. No deja amigos, entre quienes se someten a las excrecencias que les han hecho tragar sus pagadores. Nada pulcros estos, canallas de medio pelo que conocen las claves del periodismo y como en una partida de póker, las mezclan y las echan sobre los tapices dorados que les pusieron los amos a los pagadores.
Periodismo es mucho más; hoy en día, te han elevado a la categoría de dios; un bello oficio si lo cumples comunicando a los demás lo que tu sabes. Te tienes que enfrentar a él, con tu ideología, pero con tu dignidad.
Cuando te llega una noticia y tienes el poder que te da una sociedad que entregó a la televisión su manera de razonar, en tus manos te han colocado un tesoro y en tu mente un puzzles en forma de jeroglífico que tienes que ir rellenando con una decencia mental que no empozoñe a seres que en muchos casos han confiado en tí, la forma de entender la sociedad.
A ese señor, Pablo Iglesias que le han puesto a los pies de carretas, sicarios, depredadores, alucinados y zumbados, le tienes que dar el respeto de contrastar una noticia, porque tú sabes que han existido informes sacados de policías corruptos; no te extrañara eso, cuando conoces a compañeros corruptos, pagados sus programas por cajas B de partidos.
Si Antonio, que ya rie, casi todo lo que vaya contra Iglesias, escucha de Vallín decir que tiene a gala no ver los vídeos de La Base; lo de buen periodista, tendrá pues que poner en cuarentena, las afirmaciones de este tal Pedro, de la Vanguardia, porque si no, muchos podrán pensar de él, de Maestre, que al verse señalado por dar cobertura de izquierdas a un gángster audiovisual, es capaz de aceptar un mediocre artículo de un periodista, en general honesto.
En su descargo, podemos decir que la bazofía patrocinada por Comunidades y Ayuntamientos, no la ha defendido nunca. Por cierto, esas entidades públicas, parecen necesitar más súbditos meapilas, pistoleros catódicos que seres humanos a los que dicen representar.
Cuando me agarro a los pasamanos musicales, contemplo con mi mano izquierda que el DO mira arriba para sujetarse en el RE, pero decide descansar sobre el SI de la anterior octava
Nunca he querido dar un DO de pecho, pero escuchar " le duela a quien le duela" una análisis de todo lo que le está pasando a Inna Afinogenova, por venirse de Rusia y pasar a estar ejerciendo su oficio, ese bello periodismo, en esta multicultura España, desde, entre otras opciones, La Base, les tendría que poner sobre aviso esos silenciosos seguidores de los patrones. Un pais con mil millonarios que tienen a un gran número de sus compatriotas viviendo en la calle; con su indecencia para utilizar sus millones para también querer gobernar un pais, donde ellos sean cada vez más ricos, a la vez que millones de sus vecinos, vagan vidas atravesadas por una cera que les traspasa su futuro, y les anclan a un horizonte de cartón y hormigón; debería hacer pensar sobre la honestidad de quienes se someten a los suyos a ese estado y que pensarán de los ajenos, de los "otros", que no son capaces de contemplar en su aclamada patria, que les es sólo una carcasa, sin sonidos que compartir