sábado, junio 04, 2022

Titanes

 Un río puede ser visitado por catedrales, universidades y por palacios. Él parece estar a los pies de estos edificios pero el agua que les mece, les es imprescindible para que sus gentes, en una tarde de primavera salga a recorrer la exultante primavera.

  Las letras del escritor fluyen desde un lugar oculto donde se han ido tallando las palabras que describen una traición a la realidad de su personaje. 

  Ha quedado un molino donde antes hubo un gigante, más grande de lo común pues con sus brazos parecía comerse el horizonte. Nadie dijo que se hiciera con las manos; pero engullir, si; esta acción necesita la complicidad de esas aspas que extraen del viento el conjunto de sus ansias. 

  Ciudadano Kane determinó que aquellos gigantes harían mejor función como molinos, para esparcir con sus pies de raices arraigadas en las tierras que empozoñan, y con alas que recogen las corrientes de lo que suceden para poder ascenderlas y desde ahí, mostrarse supremos con la envergadura de los apendices de sus propios hechos seleccionados y mostrados. Mientras les mirarmos en el aire, en tierra, quieren ocultar el origen de tantos vientos y los motivos de tantas ascensiones; pero cada una de las cubas va cogiendo las aguas para inyectarlas sus propios componentes. Se han hecho tan comunes, que nos los bebemos maravillados por los colores mostrados y los sabores dados.

  Por la catedral, marcial, pétrea, parecía que no pasan los años. Algunos nuevos colores, son dados por los tiempos. Existen los matices, pero no es cuestión de preocuparse, ya nos los dan en una tabla de colores.

  A Rudolf no le apetece que quienes ver los cuadros mostrados, tengan sus propias paletas con los que entender los paisajes. Luchará, envanecido por ver tantas sumisiones porque a tí, tus claros; tengan los filtros de sus tramposas transparencias. Te darás cuenta muchas veces, hasta que un día desistas.

   Su victoria.

  Mientras, cada piedra, cada tweet que sea arrojado desde palacio, será el suplicio que tendrás que añadir para al salir de la universidad, no tengas la soberbía de creerte formado para entender tantos saberes diferentes. Algunos con leches de cunas, agrias y levantiscas; otros con leches enfervorizadas sin rastros de uno mismo, sólo de las certezas de los pezones ajenos. Quizás deseados; siempre, en el horizonte imposible.

 En el río, miro sus transparencias, por si en el fondo encontrara la pala que endilgara en mis correrías para trasponer las olas con hambre de mis desconocimientos o falta de fuerza. Cada vez llenan más las aguas de las groserías de las grasas, plásticos o coches sin conductor a no ser el pez que trato de tocar el claxón para que no nos precipitaramos a sus autovias circulares.

  Ellas son Titanes, habitada la naturaleza de sus impulsos para que no seamos repeticiones de impotencias.

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