miércoles, junio 01, 2022

Crimson flames

 Se atan fuegos sobre mis ideas; alguien dijo que no pasaba nada, que al cuerpo le dejaría vivir, en una caseta con puertas de palacio.

 Era más viejo entonces, cuando veía los días en blanco y negro; aquellas imágenes se grababan con las palabras de los maestros que hablaban de la igualdad que da la libertad.

   Ahora que soy más joven, me atrapa el tiempo que dibuja finales; en algunos rincones los maestros, liberaron las alas de la mariposa, para que siempre creyeramos posibles hacernos otros.

 Cierran las palmas para que en los puños mueran aquellas bellezas y con nuestra rabia, podamos golpear las ideas. No nos dimos cuenta que al igual que las repetidas estafas piramidales que nacieron hace siglos; ahora se habían mimetizados en criptomonedas; como las mentiras repetidas del fascismo, ahora se nos ofrecía en bebidas energéticas de más periodismo, con ventanas, exclusivas a sus intereses. 

  Nos decían que al otro lado había páramos y prietas las filas bendecidas, con justicias arrodilladas, las producciones independientes del capitalismo, nos ofrecía las trincheras que no podríamos traspasar por ser terreno minado.

  El soldado poe huyó de las tinieblas, de capulló se acercó al Sol de las grandes empresas, Ícaro alocado soñando que el dinero le abriría su puerta. 

  Dejé, cuando era mayor que sus ideas se colocarán sobre mis actos, creyendo que alguna vez, en los límites del filo de la navaja pudiéramos tener la fortaleza suficiente para cerrar sus malas ideas. 

  Ahora no aspiro a esos encuentros, a ellos les iluminan una cohorte de esclavos con antorchas engrasadas por necesidades y vivir el momento. Dicen de las imposibilidades de entenderse quienes tienen ideas que chocan por momentos. 

  ¡Qué raro! Lanzan anatemas y presentan a ejércitos sumisos y preparados; callarían por la dignidad de un pais robado y despojado por un partido y sus financiadores.

    El antepasado que soy de mi ausencia, reclamaría mis páginas de ayer para cantarles; no arrancastéis  todos los odios y creastéis bestias, que os callaron y os cercaron vuestra felicidad.

   Cuando escribía entre tintas de dudas, amé los tiempos en los que se iban desperezando mis pasados, que ya no querían confesión; ahora agradecía que en mi barco se hubieran amotinado tantos yo, y que subido al palo mayor esperará las tierras fértiles de aquellos de quienes habiéndose desembarazado de cargas, se ofrecían por si sus sendas, eran caminos en los que nos encotraríamos.

   Alguien quiso definir lo bueno y lo malo. Otra quiso incendiar esto último. Como si alguien la preparará las piras, cuando vieron a tantas ideas sometidas por actos repetidos

  

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