Debiera haber imaginado que tomar bebida de soja, podría tener su agujero negro. En el periódico, hoy han puesto una fotografía de uno de esos que existen en el espacio. Impresionante. En mi menguante cartón, hoy he visto el porque de ser menguante. El tapon; este tiene forma de montera.
Me han reducido el tamaño, pero con arte. Nunca hubiera imaginado que ese grado de asunción de una cruda realidad lo tomarán como un festival del toreo.
Me ponen un pito de esos y luego me añaden a la gafa con bigote a la montera y le provoco un sofoco a mi suegra
La tomadura de pelo ya ha sido realizada.
Hoy, condenan otra tomadura, en este caso de cabezas.
Tomaron una biblia, dieron un golpe de estado y al país le empezaron a desangrar; pero sin sorpresa, los de siempre.
Aquí que somos muy de eso; en algunos programas televisivos el culo, pero no el de la botella, se les hizo gaseosa, para mí que no de la que tomamos juntos.
La Biblia tiene por costumbre callar, por tanto dice lo que el que la toma.
Algunos obispos, abren un libro. Lo mismo parece la biblia. Aquí el problema es que este parece haber hablado: salido, no en el sentido bíblico, más bien como su editor. Pero, tiene toda la apariencia de lo dicho arriba. Ya lo cantaba Frank Sinatra: My way.
Lo único, quizás, es que parece travestido con la ropa de chamán. No es cosa baladí, con eso ha echado agua y algunos,dado hostias, incluso en la iglesia
De rosca, también alguno iba pasado durante la guerra civil.
Al retomar el libro de Paul Preston para abrir una ventana. Te ves, otra vez, apoyado en el alfeizar, leyendo sobre aquellos que se embrutecieron siguiendo las interpretaciones de quienes les servían el alimento para que la locura les ganará. Hoy toca el capitán Aguilera y el africanista, en toda su acepción, Mola, de grado, sus hostias allende.
Una cebolla, porque se viene abajo, tras algunos meses, pero la sacas del cartón, la pones una montera y te da todo el pego.
Nada de malos rollos. Te lo tomas como un grano más de arena. Lo único que se te mete por los calzoncillos y ahí que te ves mirando a un lado y al otro y luego, al frente. Y entonces, si, te rascas porque te da rabia que aquella con la que estuviste y nos deleitamos, mire de reojo. ¡Eh! ¡Qué lo pasamos tan bien que hasta arraigó en las escasas tierras fértiles del cerebro!. No ha podido, pero eres capitana de mis esporádicas partidas.
Así que el publicista que ha tapado este encarecimiento de la bebida de soja, que sepa que esto que escribo estaba flotando en el aire y no, no es tarde, aunque la sombras están cayendo.
Aquellos, de aquella tertulia mañanera, hoy dicen no encontrar la montera y su cara de cartón, la verán en alguna gota de agua a la que se asomen. Su heroína está en la cárcel, el cartón ha disminuido, con lo cual su contenido como el de biblia de ese dicharachero obispo ha quedado reducido a sus aprensiones
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