miércoles, junio 15, 2022

Mi capa externa

 Podría haber elegido una gorra para que el Sol no me golpeara con esa fuerza. Dejé que fuera una externa la que me cubriera. Tan lejos estaba que me liberó el pensamiento y este, se desangra. 

  El personaje de "En tierra hostil", se queda bloqueado ante estanterias llenas de tantas variedades de cereales como miradas de niños que le reclaman el alimento de una esperanza. 

  Sólo es un grano en la arena. Paul Preston en "arquitectura del terror" en el capítulo: el asesino del Norte; describe la traición y la crueldad del general que organizó la rebelión: Mola. 

   En aquellos días, algun soldado miraría a su alrededor para intentar encontrar una lógica a sus acciones. Giraría, una y otra vez, y se preguntaría: give me one reason. A la segunda vuelta, recibiría una hostia de realidad que le ayudaría para seguir para adelante, aunque fuera a costa de ejecutar a gentes como él, pero eso si, quitándoles de las vías principales, por un cierto grado de decoro, pero sobre todo para que no interrumpiera a sus propias filas que avanzaban alimentadas por las armas de los dueños de otros paises.

   Alguna noche, cuando después de girar, saltar, postrarse, arrastrarse, disparar, recibir algun impacto de resfilón se diera cuenta de su condición humana; despojaría de su poder al dueño de su futuro, de su tómbola de muerte a la que le había enviado y le dejaría, en alguna estantería porque había sido, sólo eso, una pieza al servicio de quienes, siempre se seguían enriqueciendo. No había ni orden divina, ni cuidado por la sociedad, ni masones con oscuras tripas, ni protócolos que no hubieran sido reescritos con letras de barro mezcladas

   Sabe que el cruel, sádico, cuando lo es, no se para a esas "tontaaasss". 

  No te cansas de oír la interpretación de Bruce y la Street Band del "you can never tell", pero si lo dices, como vas a obviar que en el final de tu línea, cuando el vacío, te absorba, no te hayas salido de ese pasillo que se te venía encima de la arrogancia de poseer, pero del vacío de no compartir con el ser humano.

   El fuego del incendiario te rodea, sólo escaparas por su camino de ser más cruel. Destruye ese fuego del horizonte, toma al otro y llévalo a su casa, que nadie te proclame el enfrentamiento con quien compartes caminos, por mucho que de sus decorados salten rayos y de sus púlpitos proclamen llegado el día. Sólo es bussiness, pero lo visten de cuentas de oro, que se deshacen de ese recubrimiento tan brillante, como débil ante las miradas entre los asientos de un metro que vehicula ensoñaciones o números de difícil encuadre.

  Podemos ser héroes, sin capa, por ese único día en el que estamos. Amante, con quienes nos acompaña en el conocimiento. Hace ya una eternidad, me parece que no estaba en la línea,  fuimos amantes de nuestra cuerpo, pero el tuyo era la mente porque siempre me lo recuerda. Ahora, ese héroe mira tantas estanterias llenas de ondas; con su mano las va tirando a la basura, por los suelos quedan los ruidos de las destrucciones eminentes. 

A veces, me quedo con alguna muestra, la acaricio. Sé que no puedo deshacer el hechizo de una sociedad tomada por las estridencias que pacen por los suelos; pero a Manu, a Azahara, a Gerardo les agradezco que sus palabras rompan el holograma del necesario sometimiento

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