lunes, abril 04, 2022

Ya veo los colores

 Lanzo un adjetivo con un chip para teledirigir un beso. En el circuito, con dificultades por alguna de las deficientes soldadura, corre la voz de un escritor que desvela los cortocircuitos que muestran una sociedad televisada. 

  Parece que eso nos hace participes de un mundo acelerado en los actos, sin posibilidad de converger. No hay excusa, algunos, ves las fotos, siempre están. Esos son los imprescindibles. Sociedades echadas en manos de filibusteros y trampistas. Saben utilizar los medios y estos han pasado a ser, una prolongación de quienes les pagan. Abismos

 Jordi Évole lanza, ayer, las preguntas precisas para que en los ojos, en las palabras, afloren los horrores, las pesadillas vividas por los seres humanos.

  Maja, habitante de la antigua Yugoslavia, tiene 15 minutos para elegir como llena la maleta para iniciar una nueva vida. Unos días antes, ella forma parte de la juventud que recorre Europa por el interrail. No lo hice, hubiera sido imprescindible. El día que llama a su madre, su vuelta, es resquebrajar la mirada, con lo que percibía lo que la rodea. Mirar a través de un cristal roto, un corazón rajado y una vida que no vuelve a ser la misma.

  Ella, se aferra a los libros, es lo único que le puede dar consciencia, a sus 18 años, de lo que es:

Libros para una vida: Requiem, Anna Ajmanova, Hamlet y Adorno y Horkherimer, de la Escuela de Frankfurt

 Tiene sus amigas, ha ampliado su círculo en ese viaje iniciatico pero sabe que los caminos, se convertirán en carreteras con peajes emocionales, pagando con los lazos de vida de los que se tendrá que despojar. 

  Todo desaparece, pero esos tres libros, son la tabla a la que se aferrará para que su nueva vida, tenga un anclaje con lo que ella era. 

   De la dulzura con la que hablan las cuatro entrevistadas, emana un chorro de un dolor interno que te cubre las arterias para que estas lo absorba y, al menos, les acompañes, siendo muy poco, para que asimiles la importancia de estos seres en la construcción de mundos inclusivos.

  Mesera, con 11 años, sale de una Siria, con diferente culturas. ¿Qué horrores existen en un mundo para que una, ahora, diga que ahora ya ve los colores que nos visten?

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