martes, abril 12, 2022

El caballero verde y la enagua.

 ¿Me ven? Levanten la vista, soy el caballero verde.

  No señora, no es una enagua. 

¡Qué no quiero coger al niño! Los carga el diablo, luego me quitan mi nombramiento de caballero y tengo que ir a pie, ¿lo entiende?, un caballero; además, verde. 

 No, no, se llaman calzas, de siglos, y si, otorga glamour. 

¿Penélope?, 

No, zoquete,

  Cabalgué de cruzadas. Luchamos; nunca sabre en favor de quién y allí con mi malla, aquí con mi no enagua; sobran las presentaciones. 

  Comprendimos que surcar los mares; bueno solo el Muerto;  pero con un mal rollo, sería imprescindible para acercarnos a aquella posición, nos mimetizamos con las holas que vienen del cielo y en horizontal, en el mar, ni destacan, si no se levantan para devolver: "hola" y todo porque se inicia un dialogo de besugos, zona, por cierto, muy proclives a ellos. En el mismo sitio, simultáneo, simétrico, en mestizajes, las otras olas, como "Los Otros" que vienen y van. Parecen las querellas contra Podemos

 En casa, pequeña fortaleza, batida por cañonazos que no entran, y por tanto no interviene el VAR, hemos colocado las mesa redonda. Cleese anda, con sus pasos irregulares; Idle, navega desiertos con silbos y Jones, ha caido en uno de los agujeros, que quienes están ahí. 

  Uff, demasiada fauna y muy difícil de describir; primero está el asceta, curioso ser, ha retirado todas sus neuronas para entregarse a la meditación. En ese trance estaba cuando le han ido pidiendo que se despojara de lo que tenía. Le quedan unos harapos, por calzones. No sé lo pedirán, los que se han apropiado de todo lo demás, son muy de guardar formas. Unas, cilíndricas, otras, alargadas; estás, pese a su emblemática decencia, si te descuidas te la clavan. Eso sí, les gusta las triangulares, ellos, arriba y con sus dos pies pisan los otros dos ángulos. Aquí, el amigo, en su agujero, necesita moverse, sin parar, no sea que le pise el de arriba. No, me lo podía esperar, parece orarse a si mismo. Ni cuando les oía defender a los que te quitaban los derechos.

  No más difícil de creer es la posición de la señora, que se ha quedado en enaguas. ¡Eh, señora, mujer, póngase las bragas!, que su ropa no hace ese servicio. Ahí anda, como otros muchos, creyendo que con un trapo se ponderan todos sus valores. Es decirles, eso y ¡por dios! se agitan, se revuelven, se ponen firmes. Luego, algunos de ellos se quedan sin casa, se quedan sin derechos laborales, sin sanidad pública y te miran, ¡hola!; pero con un odio que tienes que mirarte en el espejo ¡si, soy yo! el mismo que con rufianes y matutes te han estado diciendo que te estaban engañando, que el trapo, era el de los magos, algo para mí, nada para tí.

  Aún así, mmmmmmmmmmmm, te sigues revolviendo contra los enemigos eternos; si, si son ellos, te vuelven a señalar con su capirotes y togas. La segunda vez, ya dudas,

  - coño, por expresión, no por excitarles tan temprano, si ese tal Matute me dice lo que me está pasando y quienes lo provocan, porque, aunque le han revestido y vituperado de diablo, sin embargo, ¿les hago caso a quienes me han llevado a ese agujero?.  

   Yo, me sacudo el polvo, no lo hilen con lo del párrafo anterior, están leyendo habiendo cumplido ya, por la noche, aunque hay mañana que me levanto como un canto; a duras penas me consigo izar por encima del límite, pero los que me metieron en el hoyo, ya se van repartiendo mis ropas, dejándome a mí en andrajos.

 El caballero verde cabecea con desesperanza, tiene la sensación que estos, una vez en el agujero, ven la vida como en el Bernabéu, en una pantalla inventada de e 360 grados, todo les he definido y claman al cielo por reparación de sus mundos novelados que nunca existieron.

  Jones, que sigues entre nosotros, invistenos de caballeros entre los muros desechos de las piedras con las que nos acribillan, pues ya nadie es consciente de ser culpable y vuelan en nuestra dirección, desde todos puntos cardinales.

   Amen

   No, joder, que no queremos más piedras. Quizás besos y también postres, pero no 31 a la vez.

  Bueno, ¡qué asi sea!

   Ahora no, me quito las enaguas

   Ufff, glu glu

  No, leches las calzas. Ya no se lo que me digo

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