Alguna tardes, escuchas bocazas, sin amistad, que te insinúa algo que dejas pasar, no sabes si por prudencia o porque no siempre controlas lo que te sale por el surtidor de lavar idioteces.
La insistencia, loca, de partidos corruptos, de partidos floreros o agrupaciones para la exaltación del descerebramiento en que desaparezca de la sociedad un partido que ha logrado que suban 250 euros el SMI, en un periodo de una crisis social y humanitaria sin precedentes. A la vez que ha defendido a los habitantes con problemas de habitabilidad, en medio de sociedades privadas que especulan con un derecho básico de su,siempre tomada, mancillada manipulada Constitución.
Cuando por la tarde noche te acercas a una ventana en la que crees poder mirar, surge un paisaje en el que no delimitas ninguna de las formas que quisieras poder visualizar para contarla que tal el día, vaya lio se ha montado o esos mundos son suyos, pero las barreras son mutuas y los nexos siempre exisitieron como los hilos que la impresora de 3D va dejando en el vacíos para que estos, luego, puedan hacer su función al romperse con gran facilidad. Cuando después de golpear tres teclas descubres que así será ya; que la realidad se desliza entre las agotadas neuronas que necesitan silencio, sueño o quizás un rato más sueña irse a Belfast con Patrick, para que "no digas nada" siga realizándose en tus personajes que recreas de unos seres que vivieron en un filo de navaja que en aquellos tiempos fue Irlanda del Norte.
Leer, fuera de las pantallas, te concede un tiempo extra de día para que bullan calles, Dolours, Adam, Frank, mujeres creyentes que fueron desalojadas de sus creencias, por las fuerzas del orden de ese dios al que, a su vez, tenían tomado en templos y otras especulaciones, mientras su afán terrenal hacía olvidar a las crédulas, que no llegarían a saber que a su creced y multiplicaros, estos habían añadido, no, no al aborto, pero si a dejaros en la miseria, porque nuestro real reino es el de la especulación.
Como epílogo, parecía que en la frente, ero invisibles a los espejos parecía haber escrito: cretinas.
Así tienen la sensación de oír, que no escuchar, cuando un Toni cualquiera, su esclavo, su servidor, su lengua de víbora utiliza su herramienta de trabajo, el tweet, como antes, ese teclado, lo fue de otra medradora para atacar al que le señala su dueño, sin darse cuenta de su "pobre y misera condición moral", porque a esos, de forma curiosa, si les recompensa con los dineros públicos, que no tienen inconvenientes en saquear.
Eso es parte de la esencia del liberalismo, impropio por no ser logrado en verdadera luchar, sino en favor que será pagado
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