Fue Felix alguien con el que echo en falta discutir y tomarme una cerveza. Corrimos algun marathon. Él con un mérito muy grande, debido a sus horarios de trabajo.
Vidas de un sacrificio intenso. Salieron de pueblos donde el trabajo era el horizonte de cada amanecer, para anclarse en repetidas carencias.
Sirvieron y buscaron darse otra oportunidad que la mostrada por sus horizontes. Engendraron sueños y a ello se entregaron hasta diluirse. Fueron, con y en ellos.
Han llegado al final de su vida; ella exhausta y rodeada del amor de su hijo y la hermana que siempre estuvo pendiente.
Escucharlas porque daban todo, sin medida a quien sentían próximo.
Momento para sentir un dolor profundo por la presión de lo inmediato. Siempre serán marcas indelebles en lo que somos, por lo que se compartió.
El desánimo por esa pérdida de más de 50 años de ayuda mutua, casi pared con pared. Será esa fuerza, a veces, triste de trazar los caminos que queden en las estaciones, cada vez menos, y por ellos, deberán darse la oportunidad de hablar con otras personas que les valoren por lo que eres y por lo que has dado.
Amaneceres en un Abril, estación abrazo.
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