sábado, julio 03, 2021

Brisa

 Si te metes un texto de un compañero de trabajo y te va ganando con una dulzura en su forma de exponer como tenemos que atrevernos a confrontar a las alumnas con realidades que les rompan esquemas ya admitidos, entonces piensas: gracias y a romper comodidades. 

Somos de muchos choques pero también de miradas que estallan para que nos despedacen y nos volvamos a reconstruir desde nuestros destrozos. 

 Teniamos nuestras seguridades; muy cerca, se cruzan momentos que tienen una brillantez con una estela a la que te ofrecen subirte. 

 A estas edades, como no estar abierto a nuevas experiencias, incluso si al final de una noche alargada, la sirena; no la que sufrió el otro día en mi otro escrito, al cantó que la volvia loca, sino la que se acerca a la mesa, que se convierte en barco en el navegar en una noche que ya se anunciaba de estrellas.

Sin embargo, el vendedor de la PE me pareció  tan pesado en sus ofertas, en sus métodos mágicos que renuncié a tantas maravillas de ofertas en sus tómbolas con tickets para días siempre festivos, para ser sólo un explorador enfrente de seguridades que han sido, sólo en las últimas semanas, pasadas por el tamiz de la sobreexposición enfrente del alumnado, para la cual me he sentido muy feliz, por haber tomado las aspas con los nombres Sten, Pablo, Rodrigo y el libro "Place of Dance", para cortar todas las hierbas de miedo, los cardos que nos alejaban de encuentros donde recibimos un necesario feed back.

 Difícil ya embarcarse durante un curso escolar; Andrés Beladiez, Karla Kracht. Como creadores, nos hacen una reflexión sobre guerras y destrucción. 

 Tenemos un reto donde conjuntar tantas informaciones que el alumnado está recibiendo y que nosotros parcelamos, empezando, para no despistar, con las incapacidades propias. 

  No pierdo la piel, y a esta llega, la memoria de un proyecto Europeo Sócrates, donde con compañeras maravillosas, cavamos encuentros para defender nuestra certeza de la necesidad el agua. Jesús, increíble buscador de conocimientos nos llevaba por Sigüenza, Guadalajara, o su Alcalá para mostrar geografías e historias. 

 Maryse, desde un canal, cerrado al tráfico de embarcaciones, nos guiaba por la naturaleza y fauna de aquel espacio, trabajándolo en las clases; sueños de educación por proyectos.

  Desde Grecia, el ritmo de lo antiguo, me embeleso un día especial, aunque detrás había intereses que no tenían nada que ver con lo que buscábamos.

  De Francia, a la soberbia y clasismo se le dedica el tiempo que merece. 

Brisa permanente para futuros inciertos

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