Decíamos hace muchos años que la tele era la caja tonta. Creo que esa acepción viene desde antes de las televisiones privadas.
Han pasado muchos años, y hoy, cuando no puedo salir a cantar "Los Mayos", me veo que me quería salir una jota pero era para denominar como una televisión pública española, puede, con 40 años de democracia, hacer el gilipollas.
Qué un juez, necesitado de lo que sea, o esperando un mejor futuro, que no digno, se lancé por un tobogan de desvergüenza para abrir diligencias porque una asesora sujeto durante un acto, el hijo o hija, de una política de la que es asesora, pudiera ser cuanto menos estúpido o fruto de un descerebramiento momento. Parece ser que no tiene competencias sobe ese apartado.
Pero al editor o el redactor de la noticia en la televisión pública española, ¿no se le cae la cara de vergüenza?.
Juzgan al mismo tiempo comportamientos corruptos de un partido que lleva en el gobierno envilecido, durante 26 años. De eso no se dice nada. Quien ha mandado dar prioridad a otra más de las noticias canallas sobre un partido, que siempre las ha desmentido cuando todo se ha acabado sin ninguna culpa de esas personas y grupo, deja a su hijo o hija a cargo de algun compañero que en esos momentos le puede prestar atención mientras prepara esa noticia infecta.
En algun momento, pensará mejor antes, que por lo menos eramos "caja tonta" y ahora soy "un manantial de mierda".
Del juez y de ese ser que ha mandado dar prioridad a esa idiotez, me acuerdo de lo que dijo el Gran Wyoming en el speech más antológico que he oido en mi vida. Hablaba de los jueces, la indignidad, su significado en el Japón y como resolvian el sentido de honor pérdido.
Afilo la catana del conocimiento para luego donársela.
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