Érase un hombre que se hizo oír durante décadas. Le acompañaban una palabrería florida y un desparpajo que prueban paciencia desde Carlos a otras directoras. Para marcar ironía utilizaba los dos nombres de algunos de sus atacados. Lo usó con uno que no era de mi cuerda y me parecía gracioso.
Por eso, estoy seguro que estoy equivocado porque cuando lo he escuchado, ya de forma esporádica, en sus ataques a Pablo Iglesia he sentido que es más que inquina, que es odio hacia una opción que se ha opuesto a los que patrocinan su brillantez.
Es fácil se puede salir de tantos púlpitos a los que acude y entonces empezar a mirar a los pies a los bancos
¡Oh bancos! si, si estos que fueron rescatados con dineros publicos, que juegan con la economía, que trafican con armas y por ende, vidas humanas.
¡Qué vergüenza!, ¿no?, señor Banco, soportas televisiones que mienten, manipulan y crear opinión desde la tergiversación de la noticia.
Oh!!!, ¡Qué se ofenden!, que ellos se dedican a refrotar empresas que nos entretegan.
Si, no creáis que no os hemos entendido, mientras realizáis otros sucios negocios y metéis en vuestros Consejos de Administración a políticos "en modo Josep Piqué" que de mayor, poco más o menos se tiene que preparar el bolsillo y cerrar la luz de la dignidad.
Fondos de Inversión otra pata para andar y luego volar de algunos Medios de comunicación deficitarias. ¡Cómo no van a ser maravillosos! A los que meten dinero en ellos, se les devuelve una rentabilidad fuera de mercado. Como esos "bénditos" Fondos no van a aspirar a tomar pisos públicos, a precio "político vendido" y subirlos y especular con ellos, para los dulces inversores obtengan beneficios desde la criminal inhumanidad.
Asi que aquí estamos Miguel Ángel Aguilar, admirarnos de una generación que pareció que habían cambiado la sociedad, pero habían ido aceptando las componendas de un rey, con Medias aceptando las mediaciones de la opacidad; los supervisores que seguían orgullosos de haber silenciado la voz de los aceituneros altivos, con un poco de cebolla, cada vez más luminosa, espectacular pero al fin y al cabo con tantas capas escondidas que las dobleces te llegaban hasta a el propio espinazo
¿Se atrevieron con mucho?. No más de lo que tienen que estar sacrificando un grupo de gente que han comprendido el abismo que nosotros mismos nos estamos cavando.
Podrás estar ahí como Maestro, pero alguno, como Javier Gallego se tuvieron que ir porque no siempe se tiene que agachar la cerviz
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