Antes de llegar al gobierno se atrevió a denunciar a poderes que le estaban impidiendo, incluso, la existencia política. Llegó a ser menospreciado desde el más alto poder de su partido hasta el más bajo cuadro de mando, vamos un personaje teledirigido, eso si sin la posibilidad de ser Comunity Manager del perro de una película "echada para adelante".
Se le votó porque el abismo era tan grande con su contricante como el gran Muro de "Juegos de Trono". Esta había llegado con la indignidad por bandera, para ser puesta en una peana con la cual adorar la postración a unos seres que establecidos sólo emanaban las llaves de las cancelas de la cárcel social a la que nos ponían como horizonte.
Llegó el osado desafiador, se estableció, despertó a los “tragabaldas” que le habían odiado e intentado apartar dentro de su propio partido, para que se dieran cuenta que le tenían que agradecer otros muchos años chupando de las inagotables ubres del Estado. Habían recriminado a otros que acudieran a votar al "estigmatizado"; le habían, incluso, preparado una encerrona para dar lecciones de pertenencia ciega a un partido. Paradojas, ahora, a gente como él, le debían, por lo menos, un futuro, con el "enemigo", pero trabajando.
¿Llamaría el sáfico arcángel para reconocer su estúpida interpelación a ser parte de una mesa petitoria, y amañada, donde sacrificarían al cordero que les saciara su hambre de lobo?
Oír a Yanis Varoufakis volver a mostrar el camino tomado por Europa como un nuevo error; ahora también de aquel valiente denunciante de un estado de las cosas sometidas al capital, es tomar conciencia del cambio de la narrativa de la tragedia de Sísifo; donde uno de sus imitadores, comprende que lo mejor es tomar esa piedra como una tabla de surf y aprovechar las diferentes crestas de las olas para exhibirse VENCEDOR y merecedor de los panegíricos que le sean dedicado en los libros de historia, escritos por los sobrevivientes al desastre.
Habla el ex-primer ministro griego del sometimiento de los Estados a los bancos que exhiben la impudicia de su poder para obligar a aquellos luchadores por la autonomía del poder político de los otros poderes a que sean los bancos, los receptores de todo el dinero que se ha puesto en circulación para salir de esta situación de absoluto caos por la pandemia.
Como una iglesia dominante que expele bonhomía y grandiosidad por ser la tenedora del "Santo Grial" de la VERDAD ABSOLUTA, los bancos, que no aspiran a tan pequeña arca, pero si a la suntuosidad de su también, ÚNICA RAZÓN a la que el pueblo debe someterse, conocerán en el sentido bíblico colonizarán y someterán a los medios de comunicación a los que de forma grandilocuente les concederán el título de "Cuarto PODER", cuando en realidad, los tomados por ellos, serán tan sólo los embellecidos panfletos de las mentiras que nos calmen las ansias de creernos bien informados.
Salen en tromba los ofendidos editoriales, dueños reales de esos medios, fuera de los esforzados reporteros que tienen la honestidad de responder a las 5W, a satanizar bien a Yanis, , Juan Torres y, por supuesto, a Pablo Iglesias. Político encerrado con su familia, por el silencio de sus compañeros, servidores temerosos de esos medios que deben devolver rentabilidades a sus obedientes y ciegos inversores, con palos guías a la luz de sus ganancias.
Dejan en paz, por el momento y porque tienen la zafiedad como solución, a quien ahora exhibe la aceptación de los dos más dos, que quedan en negativo, porque entre comisiones, vuelos a paraísos fiscales y toma de Medias, los patos salen volando y no añaden.
Se hace acompañar del mito del rey, para que les aceptemos, como de pequeños nos hacía nuestro d. Ernesto maravillarnos con las narraciones de las épicas victorias de la historia, bien fuera el Cartago, al atravesar los Alpes, o por Roncesvalles.
Existe un número, grandísimo, de gente que tiene una cierta estabilidad, que va poniendo tablones de ceguera por la que se van atravesando las pozas del cieno de la derrota y de la imposibilidad de supervivencia; en ellos se apoyan estos políticos, ya vencidos, ya domados para hablar siempre de un paradisiaco estadío de las normalidades, sólo contrastadas, por los minutos de los horrores de los informativos que sirven para pensar y actuar con un “mejor me quedo como estoy” con el cual consolido pobrezas y grandezas que se van haciendo cada vez más crueles entre los que, por ahora, sólo tienen la Tierra como lugar habitacional.
A la vera de estos nuevos presidentes domados, tratan de aparecer los “sosos, equilibrados” aspirantes, me imagino que con un medido lenguaje que dice alejarse de los extremismos, igualando en esa desequilibrada balanza “de ni en un extremo ni en el otro”, a quienes por un lado se exhiben desde su “centralidad” con los adoradores de dictadores, desde la Alemania nazi, pasando por el delirante usurpador instalado por un conglomerado canalla de jueces corruptos alimentados por tramas económicas en un país como Brasil, con los que intentan que se haga cumplir una Constitución española en vivienda, pago de impuestos y otros derechos.
Esos seres seráficos parecieran querer verter los confetis del Gran Wyoming para que en una pretendida barca con pingüinos traídos al desierto, se salven quienes como la “Madame” con el látigo de una pretendida Constitución, la hagan restallar sobre las mentes de aquellos que como decía Kant, más o menos, el necio es el que está seguro que está defendiendo la verdad. Algun día cuando quieran comprender que esas Tablas de la Ley, y hablan sus tapas descubrirán que se las leían con las páginas en blanco. Jamás alcanzarán a reconocer que era aquel a quien les habían hecho odiar quien llevaba años leyéndoselas, como una alucinación, habrán ido subidos en la misma barca con aquel denostado enemigo, y comprenderán, siempre tarde, que él no era su enemigo, pero ya les habrán fabricado otro “diablo” a quien atacar, vilipendiar y escupir. Y lo harán, vaya si lo harán
Y mientras, EL SUPERVIVIENTE, tan nuevo como los viejos patriarcas que se han ido repitiendo en la historia seguirá apareciendo como el vencedor que salió de los infiernos en los que trataron de encerrarle. Mentira, sólo le prepararon para que siguiera los mandatos que mantuviera “el orden de las cosas”
No hay comentarios:
Publicar un comentario