Ayer, podía haber sido uno de los días de la semana cultural si esta pandemia no presidiera tantos de nuestros actos perdidos, ya no sería fácil que hubiera intentado hacer una radio de instituto como aquel malogrado intento de dos días.
Hoy hablaba con quien ha mantenido el club de kayak para homenajear al río Henares y el Piraguada, club que lo habitó hace un tiempo para mezclar la fuerza humana con la de la naturaleza; confieso que la práctica era más difícil. Ese ímpetu, gusto y desafío ya no existe ni es motivado
La radio, ayer, fue un tema de conversación en dos generaciones con las que he compartido mi esfuerzo por enseñar.
Una pareja de alumnas se paraba a comentar y a tener claro lo que quieren ser y todas las trabas que se están encontrando ahora durante su proceso de formación en un centro público que tiene miedo a perder alumnado y profesorado. Su forma de defenderse es intentar luchar, palabra terrible, con las mismas armas que parece ofrecerle la sociedad: más inglés, como antes, fue un bilingüismo fracasado, o una tecnología que sólo tenía el nombre, mientras se le estaba dando todo el poder a los colegios privados, con los que se concierta, en virtud, de una "imposibilidad" del Estado para darle una educación adecuada a todo el alumnado.
Igual que mientras se masacraba de una forma cruel al doctor Montes para que puesto el foco en él, se diera paso a una privatización de la Sanidad Pública; también parecida táctica se ha utilizado con la enseñanza Pública. Se hablaba de Excelencia, Bilingüismo, Tecnologicos, a la vez que se iban introduciendo las empresas en la Educación para casi colonizarla en la Comunidad de Madrid. Libertad, imprimen, pero para sus privilegios. Mientras, en Alcalá de Henares cierran colegios y un instituto público, sin sufrir ninguna merma los privados, algunos de los cuales pudieron tener la indecencia, que no enseñan que yo sepa en su curriculum, de pagar dinero a políticos corruptos, a la vez que recibian terrenos públicos a coste cero.
Sólo nos quedaba el deseo de desearles que fueran ellas mismas; que nosotros como profesores podíamos ser sólo un acccidente, pero que ellas eran, mucho más importantes por lo que eran por si mismas.
Les hablé de Carnecruda, como no recomendar una radio que tiene un equipo que cada día nos abre maravillosos caminos en los que explorarnos en las artes de las que ellas me hablaban.
Pocas horas después, una antigua alumna, ya ella, licenciada y una maravillosa bailarina desde antes que estuviera con nosotros. Cogió al alumnado de dos grupos y les hizo una progresión sobre el hip hop del que ella se ha especializado y donde ha profundizado. Si entonces era eléctrica, ahora ahora es pura expresividad y comunicación. Conseguí que un grupo mío, realizará la clase con ella. Costó que no se dejarán llevar por el pánico; en primer lugar, yo que pensaba que todo se vendría abajo.
Fue maravilloso, todo el grupo se implicó y creo que se les ganó, poniendo una semilla en su inquietud por ser algo más, pero, sobre todo, por destruir el sentido de miedo que siempre aparece en los primeros momentos, pero que una vez vencido les hace ver que su capacidad para aprender, está en romper ese momento.
Cuando esperaba que las malas grabaciones que le había hecho fueran transferidas a su cuenta; pudimos estar hablando durante un rato.
Como no la voy a recomendar Carnecruda.es si las artes que ella enseña y explorar flotan en el ambiente de cada uno de los días, en que podemos oírlos.
Antes de ayer, ayer, hoy carnecruda.es un viaje necesario por nuestros universos
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