A mi mula, a mi mula, no le duele la cabeza; entonces no sé porque se para, si el heno se lo preparo en un pesebre de grasas y tuercas.
A mi mente, a mi mente le cuentan que existió el cabaret de Satán donde acudían los habitantes de la noche para no ser reconocidos en sus trajes que les esconden sus pasiones cuando desnudos de tantas y tantas ataduras.
A mis cerebro, a mi cerebro le explotan las conexiones para poder asimilar al amoral que trata de vender que hubo un antes y un despues con su actos.
Si lo hubo, en él se desataron las bajas pasiones, la desvergüenza y los nexos de unión que deben existir en una sociedad con derecho a ser muy diferente.
Durante años se han ido derramando las consecuencias de este tipo de culminación del canallismo al que nos abocan, para ser ellos los reyes.
A mi discenimiento le crece el origen de su putrefactas y envenenadas raices un liberalismo nacido de su anterior control de una justicia amamantada por un regimen dictatorial que aún no abandono su capacidad para formar a los futuros servidores de una balanza ¿taimada?.
A la educación, a la educación le duele esos que piden libertad, porque es lo máximo en una familia; por encima de un estado que debe cuidar que todos tengan las mismas condiciones a la hora de recibir las enseñanzas.
A la educación, a la educación le crece la cizaña de los que preparan los ejércitos para que una idea fuerza, sea el faro que obvie las desigualdades. Formadores de represores en nombre de palabras, que encierran todo el poder para las élites.
Adoradores de la muerte, con santuarios en los consejos de administración que les regalan prebendas por su aplicación de la ley de porras y foams.
A la filosofía, a la filosofía le duelen sus huesos por los páramos donde la enviaron para que esos liberales tomen su alimento de los otros y guarden sus riquezas en sus cofres ciegos con llaves de darles su autoconfianza en las cajas que les nutren de desinformación ante la que se postran.
A mi cansada mente, a mi mente le crece el repudio no sólo por las consecuencias que preñaron a un ser amoral, sin sentido de la dignidad, sino todo las condiciones previas que dan cimientos a la desconstrucción de un edificio difícil de engarzar como es una sociedad y que tienen en ese jefe de obras, por mucho que se crea diosecillo insufrible, la exaltación de la toma de las ruinas provocadas por las anteriores carencias de un liberalismo cainita.
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