Rocio Gómez, Eduardo Robaina periodistas que se acercan a la normalidad. Allí descubren que ya esta está cambiando. El sueño de todo rico, pobres contra pobres, como hoy ha vuelto a recordar Javier Gallego, en uno más de sus inmersiones periodísticas en la humanidad ante el conocimiento de sus seres pertenecientes.
Barrio obrero, labrado con sudores de gentes migradas para cumplir con el cíclico acto de trabajar para sobrevivir aunque no haya ningun otro estímulo. Ver al inmediato diferente, cuando en sí mismo existen necesidades, lugar ideal para que se acerquen canallas para sembrar y abonar con mentiras, ese terreno desequilibrado en las mutuas carencias. Oír, la falsa ponderación con la que niega ser racista quien repite mensajes de odio al prójimo, apoyado en sus cadenas de información atiborradas de proteínas adulteradas que "tonteina" a los crédulos que ponen, por contra, en duda el periodismo honesto que existe y desvela argumentos dentro de informaciones contrastadas.
Llaman, apelan nuestros vecinos venidos de los diferentes allendes, para que no nos pongamos la toalla para inhalan nuestras autosuficiencias que nos dejé sin otear y profundizar en tan diversos de los lugares de nacimiento
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