Ay, Carlos pegarte una perorata sobre la presunción de inocencia y resulta que lo juzgado es la presunción de culpabilidad. Ventajismo en estado puro. Ser fiel a los que te pagan, ser agradecido, no siempre es de ser bien parido.
Vienen las hordas; nunca se fueron, hace noventa años, ahora; los grandes beneficiados de la obra pública: los Florentino, Eulen, Santander y otros muchos, acudiendo a la celebración de la Mentira como arte de informar les dan vela a los abducidos
Señoras de rancio abolengo diciendo que el antifascismo es la violencia. Cogiendo el principio de transposición para endosárselo a estos. La violencia eres tú y tu cuidado outfit
La gente quiere tranquilidad, como aquel día: caca el fascismo, caca el antifascismo. Equidistancia
NO, el fascismo, como dice Olmo Dalco, en Noveccento es el que subyuga al trabajador. Son esas grandes empresas que, con lo recibido. Luego financian asociaciones: Hazte Oír, Allas netxwork, abogados cristianos, manos limpias que crean procesos ficticios sin que les suponga ningún desgaste porque el dinero les es infinito como los sobrecostes del Zendal, de Madrid Network, de un partido popular que para que su tesorero tuviera acumulados 50 millones de euros en Suiza, ¿Cuánto tiene que haber entrado en el partido y que no se haya notado ese personal desfalco al desfalcador?
Existen gente que les siguen creyendo, porque acuden a sus mismos actos. Personas que conocieron lo que era ganar mil pesetas al mes y la dureza de las condiciones de vida para obtenerlas que ahora no quieren comprender que los 9.000.000.000 millones de pesetas que tenía ese Barcenas, luego tesorero de Taburete era la calderilla de todo un Partido al que votan y que a ellos no se les podría caer porque lo suyo era de un día de sudor.
No es nada original está reflexión, las Laura Arroyo, Irene Zugasti, Pablo Iglesias, Manu Levín y muchas otras lo siguen señalando, la otra pata de la gran mentira, del fascismo son los medios también financiados en nombre de la Libertad.
¿Por qué utilizan la palabra Libertad? Porque muchos no la tuvieron, porque, incluso, como en esa tertulia de final de verano, se les obligó a crear otra realidad, esa en la que el ejecutor de un vecino era "el malo" señalado e impuesto por la dictadura. Contemplar en una persona mayor de 90 años como se le libera de esa mentira, que se construyó, para sobrevivir, es una de las imágenes más impactantes que se puede tener, de una persona que en los días siguientes te habla con más franqueza.
Ocurre poco, pero es luz; los que gobiernan esos medios son los Himmler, los Goebbels que repiten una mentira hasta el infinito para hacerla verdad. Son esos miserables canallas pedrojoseses, jímenezlossantos, pura maldad pero bien alimentados por las empresas que sobrevaloran lo que hacen a lo público. Podríamos decir que nos ahogamos en nuestras propias mierdas.
Salen impunes esas Cayetana, mentirosa compulsiva en el 11M a decir que la violencia es ponerles enfrente en el raciocinio de ser humano, para que se les pueda enfrentar en su impunidad.
No dejarnos transportar a sus maquinaciones, no sólo españolas, mundiales, donde los Steve Bannon y tanto otros, están elaborando idearios de forma continua para señalar al que lucha por dar a conocer que quienes destrozan la igualdad son las grandes empresas que financian el odio y aportan nuestros datos. Rebelarse a ese estado de opresión es una obligación, una necesidad.
Existen grupos dentro de la sociedad que se bañan en un grado de comodidad muy elevado; pasó cuando la derecha corrupta catalana tiró para adelante con una legítima aspiración de un grupo de personas, que no tiene porque llevarse a cabo. Las dos grandes derechas al agitarse, al querer, cada una, enfrentar hicieron ver que el líquido en el que se baña una sociedad era un magma inflamable donde era posible el enfrentamiento, incluso intrafamiliar.
No les importó jugar con ese liquido, cada uno quería llevar la cerilla hasta el límite.
Ahora, a esa señora Álvarez de Toledo, le ha llegado el ideario estadounidense, mundial de señalar el antifascismo como el enemigo de la sociedad.
Nunca lo fue, la violencia la engendran los de arriba, que reciben beneficios muy superiores al pago de sus servicios y como agradecimiento y para que la fuente no se seque, alimentan a sus benefactores. El señalar esa inmundicia no es violencia, es haber llegado a un grado de conciencia y compromiso por el bien común muy grande.
Esos escuadristas que como dice Scuratti, salen a conveniencia para proteger al Rey, días después de la Dana de Valencia, mientras pegan impunes, a la mayor autoridad elegida de un país, nunca van a tener capacidad de raciocinio, sólo huesos alimenticios de una estructura que no existe sin el ser humano. Otro día irán a Torre Pacheco, con otra mentira, alimentada desde arriba y difundida por esos medios que no quieren ser llamados pseudos, porque llamarles provocadores y alborotadores para dar valor a cada situación y romper esas ficticias equivalencias que nunca existirán.
Enfrente el antifascismo es señalar a los de arriba, los grandes beneficiarios, aquellos terratenientes de entonces, aquella banca, ahora diluida en Fundación, que financiaron el crimen de traicionar a quienes les habían concedido el deber de cuidarles. Y si, no fue por salvar a una Patria, fue para su propio beneficio y el de sus corruptores.
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