sábado, noviembre 29, 2025

Aprendizajes

 Se queda sorprendido un colega con el que se compartió un breve tiempo de convivencia en la vida. Estima que existe demasiado radicalismo porque en esa conversación, desde hace muy poco, con una cierta periodicidad, se dicen tacos para definir a algún personaje de la vida política. 

  Desde quien lo dice, se siente con la suficiente fuerza argumental para hacer esas apreciaciones. El paso de los días, le hacen reafirmarse, pero por el camino se abren zanjas y en un muro al que parece caminar como la zorra, para indicar quien está un grado más arriba, un boquete para que haya un cuestionamiento. 

   ¿Se utilizarían en público esos palabros de los más variados grados?

     No, seguro

 ¿Con la misma contundencia se podría definir la gravedad de lo que tratas de definir con una o dos palabras?

   No, cada uno tenemos matices. Y mantener lo común por encima de las apreciaciones, te hacen sentir los pulsos del diferente como las baquetas que te dan un orden.

   Existen tantos mundos, en los que no se han entrado y tienen tantos matices que, al final, esa contundencia primera parece estar corona por la estupidez, sobre todo si, un abrazo de complicidad es mucho más reconfortante que enfurruñarse, dar la espalda y empezar a dar cabezazos contra paredes ajenas que esas no tienen abrazos.

    Tomorrow is a long Time, canta Bob Dylan

     Take five

    No, no, por favor toma diez segundos y cuando veas un movimiento raro en el juego de las cartas; olvídate de la genialidad de decir que tienes razón; es más importante el poder celebrar con la marcha Radetzky el tiempo que se compartió; lo otro era unas eventualidades que se sucedían a cada paso.

      A cambio como no estar orgulloso de las enseñanzas que te dio desde el compromiso con él mismo y con el tiempo que compartimos en algunas conversaciones.

     Nunca será una acto menor; años después te sirvió para comprender como en la dictadura, a través de una violencia ciega por parte de las fuerzas de seguridad, habían paralizado a base del terror infundido hasta el punto de cambiar la realidad de lo sucedido, por parte de personas honestas en su trabajo, con la familia y en trato personal. Cambiaron los sujetos de la violencia, para achacárselo a quienes no habían sido, los maquis, cuando lo corregiste por lo que te había narrado uno de los maestros de la vida, le costó admitirlo, pero lo libero, mucho.

    ¡Cuántos miedos tratan de imponer a través de la violencia y el terror ejercido!

     Se quitan los trajes de la superficialidad que nos alejan para sentir aquel corazón, abierto para quitarse las cadenas.

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