Pepita dijo que no sería capaz Louse, pretenciosa como ella sola, ¡leche! qué te llamas Luisa, tira para adelante pero con un rifle trucado por Federico; el tiro sale para arriba que, tampoco es lugar seguro, le das te cae una cagada del extinto y te llena de porquería y lo que es peor dejas de interesarte por el susodicho.
El caso es que Pepi está cansado de tanto corzos; salen por la derecha, salen por la izquierda y claro, si provoca Louise, ya tienes que mirar incluso a las estrellas. Para abajo, lo que esperas es que los bulos no te atrapen con sus raíces.
¿Por qué se preguntaría Luci?, que para no dar pistas no añadiremos ó sólo una a ó un ano que una y otro pueden soltar lastre que fertilize cualquier pequeño sueño para ilusión de unas u otras.
Fijarse que siempre ha habido salvajes; antes salías con el bote, atronanfo, lo espantabas y hala, lo mismo caía por un disparo certero o por un cortado, pero eran jabalíes. Los otros lo mismo te daban una paliza, no porque sí, por atemorizar pero bueno la democracia dice que les atempera. Debiera ser así..
Luego en las grandes fincas cinéticas metieron una gran variedad de animales. No, el dueño, estos solían ser menos y en gran parte de la misma familia. Así que ciervos, cabras montesas, corzos y alguna variedad más, parecieron ser piezas a ¡matar? en fincas cercadas, donde acudía gente de diferentes tronos, a veces, palaciegos, a veces, de detrás de un seto. Cuando empezaron a escaparse por lugares donde ya no había tantos habitantes y tanto hambre, ni depredadores, la cosa empezó a tomar otra proporción.
Va Juan por un valle, apenas visitado y ves 20 o más ciervas y te impresiona hasta un límite, no son como los corzos, una pareja por aquí, cuatro por allí. No, en esta época de berrea, todos se juntan, será por la fiesta del sexo; durante el Covid, de vez en cuando se cogía alguna celebración de esas, donde si íbamos a morir igual, que nos pille follando, era la consigna.
Quien puede oponerse a la vida, dirían ellos.
El problema de los bulos, es más de corzos, van en pequeñas pandillas y dices voy a exterminarlo por aquí; pero resulta que uno ya se había escondido por los carrascales y se va para otro lado y lo cuenta;
¿Responsabilidad? ninguna, es que, es que ví, es que estaba, es que, asco por los "es que" sin conocimiento, es lo que dan.
Conduces en una noche en la que no ves la luz, en carreteras con curvas que sólo tienen un beneficio, has aprendido a ir despacio y te da tiempo para reflexionar, pero de repente, te sale un corzo o bulo, le golpeas, ves que no ha dañado el coche, pero tienes dudas. A ver que pasa, te dices. Esta vez, crees que lo has eliminado, pero no, se levanta y se va con todos sus cuernos a cualquier otro lugar.
Estos, la berrea, la hacen más silenciosa, ladran, luego cabalgamos decían los sabios, pero ahora los sabios son el Txocas y otros seres monetizados. Una locura, vamos. cualquiera le dice a ese en vez de "vamos", "Podemos", le da un síncope y se le ve tan charlatán que daría pena que le pasara algo porque un pequeño ruido siempre acompaña.
Con las ciervas, cuando están en esa historia. Hola ciervo, ¿Qué te haces?, que es tontear porque sabes que te monta si, o sí; por lo que sea, te quedas mirando el lugar por donde se producirá el ataque. A ti, la belleza te atrae de toda la cierva, pero vaya, la otra cierva: mira ¡el culo! y te hace un asco, así que en adelante se quedará como la cierva culo; que gustará de ser llamada así, es una banalización, pero no del que te ha mirado, sino de la cierva que sólo se crea vista por su trasero. Una pena, cuando en el campo su presencia fue alabada por lo que era, como ser aceptado que forma parte de lo que nos tratamos y descubrimos
El origen fue en una finca cercada, pero fuera de ella, parece que la convivencia es lo mejor.
Así que, no por la noche, que con ese salir, porque sí, porque le da la gana, ¿De dónde? de, incluso debajo de las piedras, el bulo te lo suelta el más pequeño; que dices, va un corzo con unos días, no te va a destrozar el corzo.
Curioso el grande, lo has dejado para que resucitara pero sin que te haya afectado en el coche y el pequeño te hizo un destrozó de mucho cuidado. Que todo también es por las prisas, nunca son buenas, diría el poeta o Salustio, que permanece en la piedra, cara al sol.
Así que, tienes días con luz que te amplia el horizonte para evitar un posible ataque y cuando te llega la noche, las luces artifíciales te ayudan, pero te dan sombra y en las curvas, lugares de umbría que te hacen vayas en un "sinvivir" que es un medio de transporte muy precario, más cuando en estos campos sin labor y con mucha agua los bulos se alimentan de forma impúdica y sobre todo irresponsable, que ya ves tú son como los renacuajos que de es que, es que, es que, poco a poco deviene en grande, como los sapos y sus besos, eso sí, dxn mucho asco, puro asco.
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