Luis Antonio baja a la calle, la encuentra, como siempre, llena de gente, ruidos ensordecedores de coches, nerviosos de no poder soltar sus bridas, entre semáforos sin corazón.
Don Dos nombres habla por dos móviles; de forma alternativa atiende a sus tres interlocutores. Pide calma, no sin pasión, a quien no está al otro lado.
Doble apellidos desde su atalaya cree dominar todo lo que hay a su vista, tanto desde el ventanal, como de las cientos de pantallas, a las que agita para poner nerviosas a quien anda dentro, piensa.
Tres soberbias fotografías las exhibe para que todo lo que palpita o derrapa en ebullición se someta a su magnificente porte que ha sido retocado para tapar la nada que ofrece.
Los periódicos de esos magnates señalan al enemigo, intentando magnificar lo que ofrecen ellos.
Buahh, buahhh, son malos, quieren que los trabajadores tengan guarderías gratis para sus hijas; quiere que los medios de transporte sean gratuitos.
Quieren, escuchen, quieren, repite a voz en grito Don Dos nombre que el "puto" cardamomo no se venda como especia carísima en supermercados exclusivos. Se han traído en vuelo especiales.
Al electo Mamdani se le ha ocurrido ofrecerle el cardamomo a Luis Antonio en mercados municipales, que es adonde se dirige en estos momentos.
El Doblado, pero sólo en apellidos, nunca lo hizo con las camisetas con las que se hizo rica su familia. Está deeeee looooooss nerviosssssssss. Es uno de los del dos por ciento de los habitantes que van a tener que aporta su aportación al fisco de la ciudad.
Y ¡una mierda!, poca clase tiene cuando le tocan su dinero. ¡Hatch, ponte a llorar de inmediato!
Proclama a todos los vientos que pudieran haber venido y tenga planeados llegar que el incremento de los impuestos será para todos, TOOOOOODDDDOS. Incluso a quien la vida, tras atraparle el fentánilo, le importa una mierda.
El joven Cardamomo ha comprendido parte de la estrategia de Tres Soberbias Fotografías, atrapar a quien la miren para que pierdan las conciencias.
Así que hip hop, vídeos rápidos y mensajes que no son huecos.
Una ciudad tratando de ser humana y sin las cadenas de las grandes fortunas, que nuestros jovencitos creen que son a quienes nos debemos.
La ciudad a descubrir, la que nunca duerme.
New York
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